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Volviendo a la isla. Calzada jonda

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski» .- Cuando se celebró el concurso de cante jondo de Granada en 1922, Lorca tenía veintidós años. Su implicación en aquel festival condicionó para siempre su poesía como demostraría más tarde con su “Romancero gitano”  (1928) pero sobre todo con el “Poema del cante jondo” escrito mientras preparaba con Manuel de Falla el concurso que sigue marcando uno de los primeros acercamientos de la –así llamada- alta cultura a este género considerado hasta entonces menor y patrimonio casi exclusivo de los gitanos.  De eso hace prácticamente un siglo y continúan todavía los rostros de los hombres […]

Volviendo a la isla

En fin; El fin Gallardoski.-Qué se pretende realmente cuando se coloca un espanto al lado de otro espanto? ¿Justificar lo atroz? ¿La venganza? La venganza es un placer muy efímero y para los que tenemos tantas cortapisas morales que nunca vamos a ser revolucionarios ni nada, es un placer grotesco que la mayoría de las veces nos equipara en detritus ético con el adversario. Para quitarnos de encima la mosca cojonera  de la moral, nos asimos a la porquería esa de que el fin justifica los medios. Al que se queda en el medio, porque en ese tránsito hacia el mítico  fin le […]

Mudanzas y rescates

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Los medicamentos son como los dones con los que el buen dios premia a los justos. Por un lado, alivian el dolor, pero por otro exigen su tributo de fe y, como sucede muy a menudo, apaciguando un mal, alimentan otro que no nos esperábamos.Estaba bien el paraíso terrenal, sobre todo por la cualidad de rentistas eternos con la que se premiaba la mansedumbre y el absentismo sexual de nuestros primeros padres, pero ¡ay! Una vez descubiertas las cosquillas, el ser humano prefiere currar, padecer, ganarse el pan con el sudor de la frente y parir con […]

Volviendo a la isla. Prejuicios.

Juan Antonio Gallardo » Gallardoski».- La célebre flama británica se abisma en las gasolineras. La gente -por muy británica que sea- termina a mamporros en cuanto se siente amenazada. Si las tristes imágenes de esas pendencias nos llegaran desde el Ecuador, diríamos que claro… que estos indios no conocen civilización ni mesura, que pese a la gloriosa evangelización de nuestros ancestros, sigue el salvaje solapado en lo más hondo.  Mi amigo, el poeta peruano Antonio Cillóniz, cuando la indignación por algún asunto lo sublevaba y lanzaba un improperio gordo, solía decir: “me salió el indio” Él lo decía en tono […]

Volviendo a la isla. Naranjas

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Cerca de la estación de autobuses y rumbo a la playa hay unos cuantos naranjos. Ella me ha pedido que le haga el favor de coger una o dos naranjas agrias del árbol para un guiso que quiere preparar. No me acuerdo de qué guiso se trata, me parece que van a ser unas coliflores que a mí me gustan más bien poco. Pero eso es lo de menos; lo importante ha sido ir a la recolecta como el hombre de las cuevas iba en busca del oso cavernario para procurarle sustento y abrigo a la familia.  […]

Volviendo a la isla. Instrucciones para ser un capullo

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski» Usted también puede, si le pone un poco de interés al asunto, convertirse en un verdadero capullo. En uno de esos especímenes de la especie que dios o su asalariado más célebre; Satán, crearon el día que el peyote florecido allá por los viejos campos del norte del lindo Méjico les sentó falta y dijo Dios, ciego de psicotrópicos; – Hoy tengo ganas de hacer alguna diablura.  Y Satán, claro está, atento a una oportunidad para sobresalir en aquella congregación de ángeles mustios y obedientes, exclamó; ¡ ¡Esta es la mía!  Y de la costilla de […]
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Volviendo a la isla. No he visto

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».- He visto a un perro más grande que yo corriendo por la orilla, persiguiendo tontamente a las gaviotas que apenas se asombraban  de la corpulencia canina y menos de sus ladridos tan familiares. Casi cotidianos.  He visto a una pareja de jóvenes caminando a pocos metros del perro- sería suyo- abrigados como para irse de fin de semana a Laponia. El brazo del chico sobre el hombro de ella y ella agarrada a la cintura del muchacho. Componían una bella postal todos ellos; perro, gaviotas, pareja y orilla.   He visto a una señora en el café, […]

Mudanzas y rescates

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».- Informes sobre ciegos Tenía un amigo que cerraba los ojos y esperaba a que sonara la señal acústica de los semáforos para cruzar la calle. Aquello era mitad broma, mitad performance para constatar la piadosa preocupación de las señoras ante nuestra travesura. Cuando alguna de ellas nos advertía con un “cuidado, muchacho” abría mi amigo los ojos y las miraba como un arlequín triste y patético, casi picassiano. Las señoras sorprendidas y asustadas a veces, otras indignadas, muchas cagándose con toda la razón en nuestros muertos, meneaban la cabeza como diciendo “esta juventud…” Como sucede en […]

Mudanzas y rescates

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Utopias,pedanterías y otras teorías  Hay treinta o cuarenta personas. Son suficientes.  Entre ellas hay un agricultor que sabe cómo sacarle a la tierra partido. Nos dará patatas, guisantes, habas, melones de temporada y si tenemos algo de suerte, al lado de la huerta tendrá plantadas cuatro o cinco cepas de uva para que en el futuro se llenen de brindis los mediodías, con un vino joven que nos emborrachará lo justo. Lo justo siempre es necesario.  Otra de esas personas sabe trabajar el cuero, arreglar zapatos rotos, cambiar suelas, entallar y reforzar los cinturones. Y otra persona, […]

Volviendo a la isla. Qué coñazo

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Ya titular así un artículo le pone en bandeja al propio coñazo la broma, el chiste fácil.  En fin, yo lo que quiero preguntarle, señor pelmazo, es lo siguiente:  ¿Qué es lo que me quiere usted decir cuando me censura por preocuparme ahora de una guerra que desde el año dos mil catorce viene más o menos larvadamente, sufriéndose en esas frías tierras de Eurasia o como quiera usted llamar a ese basto país?  ¿Quiere usted decirme que no me ocupe ahora, tal y como viene haciéndolo el mundo mundial, de ese conflicto, o que llego tarde […]