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Volviendo a la isla. Las urgencias del hospital

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Al verso, al ripio, ha tenido uno que acudir para tratar de contar la impresión personal- uno habla de lo que ve, de lo que conoce- que me han causado un par de visitas a las urgencias médicas del hospital, por razones que no vienen al caso. Estoy bien, tranquilos.  La primera conclusión a la que he llegado es la ausencia de ricos, de gente con pasta, porque ahora para los voceros neoliberales un rico es cuestión relativa y nadie parece saber muy bien qué cojones es eso de un rico. Lo que yo sí sé perfectamente […]
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Volviendo a la isla. Oh, campaña

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Tener que besar a los niños feos y a las madres con olor a farmacia en los mítines. Aguantar a los cabrones de la otra orilla con cortesía para que nadie diga que somos unos maleducados y unos fascistas.  Visitar pueblos de mala muerte a los que jamás iríamos de no ser por la mierda esta de la campaña. Oh, campaña… Borrar del teléfono móvil la foto del maromo tocándose el rabo en una casa rural mientras nos recita obscenidades supuestamente eróticas, no vaya a ser que nos vigilen los moros desde Rabat y salga a la […]

Volviendo a la isla. Trascendencia

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski» .-Ayer vimos la mueca espantosa de un gato muerto en la carretera, atropellado seguramente por un coche.  Nos quedamos un instante mirando esa cara, la del gato, esa convulsión última y ese caos expresivo a medio camino entre el estupor y el espanto, y no sabemos a qué mundo pertenece esa expresión, si al mundo de los muertos o al mundo de los vivos.  Yo creo que al de los vivos porque guarda todavía el punzante destello del dolor y los muertos no tienen nada, ni siquiera dolor. Pero no puede ser al de los vivos […]

Mudanzas y rescates. Caridad y egolatría

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-Mientras trabajo tengo que escuchar, por cuestiones que no vienen al caso, a una mujer que desde la televisión dice las tonterías que se le van ocurriendo, unas muy gordas, otras menos.Hace calor y no sé si será esta sensación de asfixia la que me va llenando la cabeza de sombríasintenciones como al señor Meursault, el aturdido protagonista de la novela “El Extranjero” deAlbert Camus.Quizá sea esta canícula tan prematura, como a Meursault en el desierto, la que me inspira estanecesidad de apretar, si no el gatillo, sí el mando a distancia y quitarme de encima el […]

Volviendo a la isla

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».-PROGRAMA ELECTORAL Que tengan los niños derecho a dejar de ser niños en cuanto quieran. Pero que se les garantice el billete de regreso a la infancia. Que cada persona pueda pensar libremente las cosas más disparatadas. Pero que se les garantice el retorno a la cordura.  Que se organicen debates semanales entre dios y el diablo en las televisiones locales. Y que el que no acuda a la cita pierda (la fe)  Que la tarde que el cielo no cumpla y el crepúsculo no valga nada, podamos borrar ese día del calendario y que no cuenten […]

Volviendo a la isla

[…]a tanto,  pero casi. Por cierto, esta cita ya la hemos soltado por ahí alguna vez.  Te repites Gallardoski, te repites y te das una importancia que ruboriza a propios y a extraños. A quién le interesan tus tonterías cotidianas, a quién tus líricos devaneos, a quién tu monserga “antifa” A quién el rosario largo de tus manías, neurastenias y fracasos.   Pero uno no escribe para aquellos que afilan el colmillo, ni para los fachas que mandan mensajes borricos, ni para los que se alivian en las redes sociales provocándonos incluso una sincera carcajada  cuando ante nuestra demostrada elocuencia, resumen […]

Mudanzas y rescates

Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».- Tertulianos Vienen ya siendo carne de parodia, cada vez parecen más ridículos, tendenciosos y vendidos a ese sucedáneo del argumento que es el “argumentario”  De cada uno, sabemos por dónde irán sus desahogos ideológicos, de cada uno y cada una de ellos y ellas, conocemos perfectamente a qué voz responden. A esa, sí, claro, a la voz de su amo, apropiándose para tan peregrino cometido, del bellísimo nombre de la marca de gramófonos. Qué porquería.   Y todos conocemos a los amos, o por lo menos a sus tentáculos más evidentes que atenazan la opinión en forma […]