Decreto anticrisis con sesgos

Articulos, Cultura, Fernando Cabral Hidalgo

Fernando Cabral.-La medida del Gobierno de suprimir el IVA de los productos más esenciales de la cesta de la compra supone un alivio para muchas familias a la vez que es malo para esas mismas familias. La
supresión de este IVA originará una menor recaudación que conllevará necesariamente menos gasto social.
«Si algo han demostrado las reducciones de IVA es que no sirven para contener precios y sí para aumentar el margen empresarial y con ello las arcas privadas a costa de reducir las públicas». Así se
manifiestan algunos de los economistas al conocer la medida, mientras que los de fe neoliberal y la propia patronal de la alimentación y de la distribución no disimulan su satisfacción manifestando que “es la mejor medida tomada por el Gobierno y que cuesta entender que no se hiciera antes y que no incluya otros productos como la carne y el pescado”. Algo sobre lo que el Gobierno debería reflexionar, sobre todo el socio más progresista del mismo.
El IVA cero para los productos básicos de la cesta de la compra generalizada sea cual sea la situación económica del consumidor es una medida propia de la derecha y que demandaba desde hace meses. Por eso no pueden disimular su contento y se llenan de razón para pedir más desde su insaciable neoliberalismo económico.
La reducción del IVA de la electricidad no sirvió para bajar el precio de la factura de la luz, pero el tope al gas si que ha ayudado a bajar el precio de la electricidad y con ello la inflación. Al parecer esto no ha servido de enseñanza al Gobierno. Más efectivo hubiese sido, por tanto, un tope de precio a esos artículos básicos, tal como han hecho algunos países europeos, como Francia entre otros, nada sospechoso de ser intervencionistas en el mercado.
Con esta medida de una nueva reducción de impuestos como vía de reducir precios, el Gobierno asume el dogma de fe de la derecha de que es la única forma de ayudar a la ciudadanía, un falso relato que perjudica a los sectores más vulnerables de la sociedad en beneficio de los más poderosos. Es injusto reducir el IVA de la misma manera a los que más tienen.
Si el necesario cheque ayuda de 200 euros, también incluido en el Decreto Anticrisis, a las familias más desfavorecidas se queda corto en el alcance de las necesidades existentes y en la propia cuantía, más que nada por cuestión presupuestaria, justificaría que la reducción de impuestos no sean para todos igual.
Las consecuencias, al parecer, no previstas en la entrada en vigor de la llamada Ley del “Sí Solo es Sí” dio la gratuita oportunidad para que el PP se erigiera en adalid en la defensa de las víctimas de acoso, abuso y violación cuando gobiernan en comunidades autónomas de la mano de quienes niegan la violencia de género. La reforma de los delitos de Sedición y Malversación facilitó en gran medida al PP blanquear su pasado corrupto. Ahora, la reducción de impuestos para bajar los precios, dará un balón de oxígeno a una derecha política muy descolocada y sin alternativa en materia económica, más allá de las consabidas y generalizadas bajadas de impuestos, que después cuando gobiernan no cumplen. Hay que recordar que Rajoy llegó al gobierno prometiendo bajada de impuestos y gobernando no dejó un impuesto sin su correspondiente subida para solventar al crisis económica financiera de 2008. Las consecuencias aún las estamos padeciendo. Resulta paradójico que el gobierno de Pedro Sánchez abrace las políticas económicas neoliberales tan muertas como fracasadas, recuerden lo que ocurrió recientemente en Gran Bretaña.
Lo que nos jugamos en las próximas elecciones generales, con su anticipo en las municipales y autonómicas de mayo, es mucho con la posible entrada en el gobierno de la nación de la ultraderecha, como para que al electorado se le mande mensajes tan contradictorios, muy proclives a la consabida manipulación de la derecha política y económica y sus voceros mediáticos. Todo ello tendrá un efecto en el electorado tan indeseable como posible.

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