¿Feismo?
José Luis Zarazaga.-Hoy cuando se han cumplido 30 años del comienzo de aquella famosa Expo 92 que tanto prometió para Sanlúcar y que solo nos dejo una avenida V Centenario inconclusa, este humilde desarticulista quiere comentar un término que se acuño en Galicia en el año 2004 y que se denominó: “Feísmo”
Tampoco se trata de hablar de la Canción de los Sirex, sino de un término aplicable a un conjunto de construcciones, infraestructuras y otras obras humanas con alto grado de mediocridad que degradan de algún modo su entorno. Lo curioso de este término es que en Sanlúcar desde el primer ayuntamiento democrático se ha permitido que dicho concepto se extienda en el urbanismo y la arquitectura de nuestro pueblo. El feísmo de nuestro pueblo a igual que en Galicia engloba el término del canibalismo urbanístico y maltrato del paisaje. Esto último se define por la acción de consumir territorio de modo innecesario a través de planes urbanísticos expansivos creando una silueta discontinua de la localidad. Pongamos el ejemplo del anterior Equipo de Desgobierno del partido Impopular que nos dejó algunas perlas como la expansión desordenada y aislada de las Palmeras que hace casi imposible su integración en el entramado urbano ya que se permitió la construcción de unos polígonos industriales de arquitectura típica del feísmo sin orden ni concierto para separarla de la trama urbana ya consolidada.
El feísmo es totalmente aplicable a nuestra localidad, es el resultado de una actitud incoherente con el territorio, tenemos el ejemplo también claro de la barriada de Monte Olivete donde se une un urbanismo desordenado fruto de la ilegalidad y donde encontraremos materiales de construcción mal utilizados, calles estrechas y sin salida con la imposibilidad inherente de prestar ciertos servicios públicos, uso abusivo del cemento y del asfalto, algunas urbanizaciones integradas en el desorden y con una falta total de zonas verdes. Digo yo mucha manifestación promovida por nuestros amigos de Izquierda Hundida, pero les preguntaría yo en ese momento lo siguiente ¿Quién le pone el cascabel al gato?, porque precisamente se les manipula a los vecinos pero no se le habla de los costes de urbanización que tendrían que asumir y de los derribos que tendrían que soportar algunos vecinos para poder abrir los viarios y las zonas verdes que dotarían de servicios a al entramado urbano y que la integrarían en lo que es el resto de nuestra localidad. Que no, que no cuela, que eso es practicar demagogia barata.
El denominado y muy conocido arboricidido que se ha venido practicando en Sanlúcar también forma una parte sustancial de este fenómeno y lo estamos viendo en los espacios públicos bajo el nombre de humanización, `pondré el ejemplo de la humanización de la Plaza de los Cisnes donde se sustituyeron los espacios verdes por una plaza de lozas y hormigón.
Sanlúcar en este aspecto denota un problema muy grave y de difícil solución, se han ido construyendo nuevas urbanizaciones, caso de Verdigones por ejemplo, pero se ha ido dejando una dispersión arquitectónica por medio que lastra el crecimiento natural de cualquier localidad en lo que se denomina en urbanismo crecimiento en mancha de aceite o implosión hacia adentro del casco urbano. Esto último es un canibalismo urbano ya que se permitió la construcción de urbanizaciones dotadas de todos los servicios dejando en medio zonas degradadas con construcciones de una o dos alturas que generan unas medianeras horrendas y sin ningún tipo de ordenación urbanística lo que las hace ahondar en la antítesis de lo que debe de considerarse paisajismo urbano.
Seamos nostálgicos y aunque nunca cualquier tiempo pasado fue mejor, y comparemos la ciudad de hace 50 años atrás cuando aún no existían las barbaridades urbanísticas como Las Palmeras, La Barriada Andalucia, Cuando Bonanza mantenía su estructura de manzanas cuadrangulares, aquel Monte Olivete o Martín Miguel de lomas y viñedos, cuando Bajo de Guía era un barrio marinero y no existían los edificios tan horribles que destrozaron nuestro frente litoral y su paseo marítimo. Aquellos armoniosos conjunto de edificios se han perdido y no nos rasguemos más las vestiduras todos son culpables del primero al último. El partido comunista derribó el Hostal del Marqués y varias construcciones singulares, El partido Impopular se acogió al boom inmobiliario y casi no deja una casa protegida en pie en nuestra localidad, el arboricidio que se ha cometido en la última legislatura con Louzao al frente ha sido de traca y aquí no se libra nadie. Las arbitrariedades que se han ido cometiendo desde el inicio de los Ayuntamientos Democráticos han permitido que la Colonia del Monte Algaida pase de ser un entorno rural de gran belleza paisajística a ser el culmen de la mediocridad y el feísmo más desaforado que ha convertido la zona en un tiro de mierda paisajístico. Es verdad que se ha intentado poner algún punto de solución, caso concreto ha sido el derribo de una vivienda pero eso se entiende como una medida aislada mientras se permite que en terrenos de relleno de marisma se sigan construyendo bajo todo tipo de ilegalidades y de esos barros nos llegaran nuevos lodos.
Sanlúcar anda inmersa en dos proyectos bastantes ilusionantes como son la conmemoración de la Primera Circunnavegación y la Capitalidad Gastronómica. El impulso al sector turístico nos puede convertir en una ciudad puntera en dicho sentido pero esto apareja también el que prolifere un nuevo boom inmobiliario que nos puede hacer caer en el error de construir más edificios de los que necesitamos además de abrir nuevas zonas de expansión dejando barrios de gradados sin afán de continuidad con las nuevas urbanizaciones. Sanlúcar tiene que aprovechar las oportunidades que nos ofrecen los fondos Edusi para hacer atractivo la zona urbana ya consolidada, abrir zonas verdes en barrios como el de los marineros y nuevos viales aunque eso signifique acabar con algunas construcciones ya consolidadas, ejemplo claro sería la reordenación de Trasbolsa al Campo que daría una gran unificación urbana y de servicios integrando el Barrio de Bajo de Guía, Verdigones y el Barrio Marinero en la trama urbana de nuestra localidad.
Sanlúcar debe de seguir en sus actuaciones el ejemplo que hemos visto en el hotel Tartaneros, diga lo que diga por intereses creados ciertos grupos conservacionistas que no ven más allá de sus narices. Se ha respetado lo que ha sido arquitectura clásica integrándola con los valores del Siglo XXI.
En fin todo no está perdido aún, se están tramitando proyectos interesantes como el parque Mirador del V Centenario, que integrará la zona de lo Alto de las Cuevas en el nuevo entramado urbano, la Cornisa verde del Picacho que dará un poco de verdor y continuará la cornisa verde de Sanlúcar, el Proyecto Entre Plazas que reunificará en una zona peatonal Plaza del Cabildo con la Plaza de la Salle, esperemos que los accesos por la Carretera de Chipiona nos doten de accesos dignos que puedan integrar Las Palmeras en el entramado urbano con ciertas zonas verdes y carriles ciclo peatonales, actuaciones que den valor al Casco Histórico como un magnifico auditorio en la Merced, esperemos que se lleve a cabo el Plan de Movilidad urbana sostenible donde se contempla crear una isla urbana peatonal que ponga en valor toda la zona central de la localidad y así un largo reguero de actuaciones que sin perder de vista que vivimos en el Siglo XXI conseguir acabar con el feísmo imperante y lograr una Sanlúcar más urbana y más de acuerdo con el paisajismo del entorno que nos rodea.
Ya hace 30 años que pasaron los fastos de la Expo 92, es momento de sentarse a dialogar tanto la Descomposición política como el Equipo de Desgobierno para aunar fuerzas, llevar a cabo los diferentes proyectos y conseguir una Sanlúcar más humana, más paisajística y por supuesto más amable.
Para finalizar y no extenderme en demasía solo volver a comentar que quien le pone el cascabel al gato ya que es la herencia urbanística que dejaremos a las futuras generaciones.