La campaña de acoso y derribo del alcalde contra Carmen Álvarez, por su condición de diputada, queda totalmente desmontada
Desde IU preguntamos directamente al alcalde cómo va a compaginar su labor de alcalde con la de diputado provincial, teniendo en cuenta que ya tiene la ciudad totalmente abandonada
El alcalde Víctor Mora se ha quedado literalmente sin argumentos que justifiquen la campaña de acoso y derribo que ha llevado a cabo contra Izquierda Unida y concretamente contra la portavoz de IU Sanlúcar, Carmen Álvarez.
Recientemente el alcalde ha reconocido que accederá a Diputación Provincial tras la salida de la presidenta Irene García, al ser elegida número uno de las listas del PSOE de Cádiz al Parlamento de Andalucía. Este movimiento supone, por tanto, su renuncia como presidenta de la administración provincial y la entrada en la misma del suplente en las listas, que es precisamente el alcalde de Sanlúcar. Movimientos que únicamente reflejan la intención de ambos dirigentes de asegurarse sillones.
El anuncio del alcalde no es más que el reconocimiento de que su crédito político en Sanlúcar está acabado y busca ahora en la Diputación, tal como hizo su antecesora en la alcaldía, Irene García, su continuidad política en la institución provincial, poniendo su interés personal por encima del interés de la ciudad, algo que sinrazón tanto ha criticado a la portavoz municipal de IU, Carmen Alvarez.
Compaginando la alcaldía con la presidencia del Consorcio de Agua Zona (CAZG) gaditana demostró sus evidentes carencias, teniendo que dimitir de la CAZG dejándola en vacío legal, eso sí, tras haber subido el precio del agua en varias ocasiones y haber provocado una contestación laboral dentro de la institución. Si con una dedicación del 100% en la Alcaldía su gestión ha sido nefasta en todos los sentidos, nada bueno presagia para Sanlúcar que en el futuro vaya compaginar la alcaldía con ser diputado provincial.
Hay que recordar que el alcalde ha atacado en muchas ocasiones a la portavoz de IU, Carmen Álvarez, asegurando que “abandonaba Sanlúcar en pro de sus obligaciones como diputada”, algo que ha quedado totalmente demostrado durante estos años que es totalmente falso. Y es que nuestra portavoz ha compaginado, con esfuerzo y muchas horas de trabajo, sus obligaciones como diputada y como portavoz de IU Sanlúcar, ejerciendo en todo momento en Sanlúcar una labor de fiscalización dura, que es la que, precisamente, teme el alcalde.
De hecho, hay que aclarar que IU ha liderado en todo momento el trabajo de oposición en el Ayuntamiento de Sanlúcar, llenando de contenido las sesiones plenarias, solicitando información sobre la gestión municipal y analizando, con lupa, cada paso del equipo de Gobierno. Una labor de oposición en la que, además, en todo momento se han ofrecido aportaciones realizables, siempre con la mano tendida, a pesar de los rechazos continuos y de las faltas de respeto hacia los miembros de IU y en especial de nuestra portavoz, Carmen Álvarez.
De hecho, durante estos años se han presentado propuestas y alegaciones, tanto a los presupuestos como a las ordenanzas fiscales, siempre defendiendo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad y ofreciendo alternativas propias de las políticas progresistas, ya que el alcalde, siempre ha tendido y tiende a gobernar con ideas propias de la derecha y de la mano de la derecha y de Vox, abandonando a los sectores sociales que más necesitan el apoyo de su Ayuntamiento.
Esta labor ha sido compaginada con el trabajo en la Diputación Provincial, donde desde IU se ha conseguido, además, importantes avances para Sanlúcar, como han sido planes de empleo y el desbloqueo de inversiones fundamentales como las obras del Práctico y la Reyerta.
Por todo ello, desde IU queremos dejar claro que después de tantos años de insultos vacíos de argumentos, ahora el alcalde debe justificar cómo va a hacer frente a ambas responsabilidades, teniendo en cuenta que, siendo únicamente alcalde, ya tiene la ciudad totalmente abandonada, y es que en las barriadas ni acude ni se le espera, porque los vecinos/as están acostumbrados ya a tener un alcalde fantasma, totalmente invisible.