“Espantada”

Articulos, Cultura, Fernando Cabral Hidalgo

Fernando Cabral.- El presidente del Comité de empresa del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana (CAZG) no ha podido encontrar mejor termino que “Espantada” para calificar la renuncia de Víctor Mora al cargo de presidente del ente. Es muy propio de Mora crear un problema, enmarañarlo al límite para después culpar del mismo, como hace siempre, a terceros.

Si Mora dimite afirmando que ha sido objeto de chantaje o de extorsión e inducción al delito, tiene la obligación de ponerlo en conocimiento de la justicia y mantenerse en el cargo hasta que se depuren las posibles responsabilidades. Si no lo hace se podría pensar que no hay nada de cierto en su acusación y huelga decir las consecuencias judiciales que podría tener. Su dimisión como presidente del CAZG deja muchas lagunas y algunas de ellas las ha señalado el presidente del Comité de empresa en su respuesta a la carta pública de dimisión en la que le ha hecho un traje a la medida al ya expresidente.

Es un traje a la medida que a los sanluqueños no nos sorprende porque por desgracia llevamos padeciendo muchos años sus malas formas, patrañas y mentiras como alcalde. Al parecer, Mora ha pretendido aplicar en la CAZG los mismos métodos antisindicales que en el Ayuntamiento de Sanlúcar, pero esta vez a juzgar por lo manifestado por el presidente del comité de empresa, no ha podido manipular a la representación de los trabajadores o supuestamente no encontrado la complicidad necesaria en parte de ella y se ha dado de bruces con una verdadera unidad sindical que no ha entrado en su perverso juego de dividir para vencer. Y decide irse huyendo de la quema haciendo graves acusaciones contra la representación sindical.

Además de chantaje y otros supuestos delitos, Mora acusa a la representación de los trabajadores de querer utilizar el consorcio como un chiringuito y claro de esto debe saber bastante, porque eso mismo es en lo que prácticamente ha convertido a las empresas municipales del Ayuntamiento de Sanlúcar, desde donde extiende el clientelismo, permitiendo que aquel coordinador general de una de las empresas municipales siga cobrando más que el presidente del gobierno, no por su cualidades profesionales que no las tiene, sino supuestamente como pago a lo que sabe y calla.

El sindicalista dice que el expresidente ha lanzado una serie de paparruchas en su carta de dimisión, nada nuevo para los sanluqueños, no obstante en Sanlúcar se le conoce por los churretes que suelta para intentar descalificar a la oposición en el Pleno Municipal sanluqueño.

Por último, pero no menos relevante, cabe preguntarse si la dimisión de Víctor Mora tendrá que ver por algunas irregularidades económicas y financieras habidas en el ente, tal como el propio presidente del comité de CAZG mantiene diciendo que  “Su espantada y las razones en las que la basa tienen tal inconsistencia y falta de credibilidad que levantan sobre la entidad una sombra de sospecha que en nada la benefician y que debiera ser despejada mediante auditoría externa”. No es normal que durante su mandato de cinco años, el precio del agua haya subido considerablemente, que la Junta de Andalucía haya abandonado el ente, que las inversiones prometidas no se hayan llevado a cabo en su integridad y que se anuncie una posible huelga de los trabajadores. Hechos que Mora ha pretendido soslayar al dimitir profiriendo calumnias e injurias contra la representación sindical, así como, no importándole dejar a la entidad en una complicada situación estatutaria en opinión del citado sindicalista.

Por todo lo anterior, lo mejor que los sanluqueños podríamos espera de Víctor Mora es que su dimisión la haga más extensiva, porque si no sirve para ser presidente de la CAZG tampoco debe servir como alcalde.  Lo demás, más de lo mismo.

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