Municipalización, versus privatización

José Luis Zarazaga, Opinión, Sin categoría

José Luis Zarazaga.-Hoy este humilde desarticulista quiere comenzar su diatriba con una palabra que últimamente parece que está bastante de moda y no es nada más y nada menos que la municipalización. Según la R.A.E la definición es la siguiente: “Convertir en municipal un servicio público que estaba a cargo de una empresa privada”

    Es curioso el ver cuando se acercan unas elecciones como el político de turno convierte dicha palabra en un axioma de su programa electoral. Es el genio de la lámpara de las elecciones municipales y vemos como el político se dedica a frotar dicha lámpara haciendo salir a un genio que no es más que humo. “Ya conocemos  el dicho de prometer hasta meter y una vez metido me olvido de lo prometido”. No quiero decir que esto no lo hayan aplicado todos los políticos, es más, es una plaga que se propaga como una serpiente de verano cada vez que se aproximan unas elecciones, en este caso las que nos cogen más de cerca al ciudadano, como son las municipales. Recordemos el caso claro de Cádiz donde vimos como un supuesto gobierno de izquierda abanderaba la municipalización de los servicios públicos y acabó haciendo todo lo contrario. Yo solo puedo gritar a los cuatro vientos “Kichi embustero”

     Este tema de la supuesta municipalización ha sido arduamente utilizado en la campaña electoral del pasado mes de mayo de 2023 con la única idea de arramblar con un puñado de votos, ya no sé si al igual que en la película, con un buen puñado de dólares, el tiempo nos lo dirá. Se prometió hasta la saciedad la municipalización del Servicio de Ayuda a Domicilio, como era de esperar nada de nada y ha acabado con una prórroga del contrato que hace imposible la municipalización de dicho servicio en esta legislatura, en la que viene volverán a  saltar las alarmas y Dios dirá. Se prometió la municipalización del Servicio de Transporte Urbano. : “las palabras se las lleva el viento”, lo mismo podemos decir de la municipalización del Servicio de Aguas, que por supuesto también se la ha llevado el viento. Caso flagrante  y quiero mostrar mi más sincera solidaridad con el Servicio de Notificadores de nuestro Excmo. Ayuntamiento que no solo no ha sido municipalizado, sino que llevan ocho meses sin cobrar a causa de la renuncia de la empresa contratada para prestar dicho servicio. Aquí vemos un claro ejemplo de quien paga el pato en el caso de las privatizaciones. Tengamos presente que la parte más débil de la cuerda siempre es el trabajador.

    Una vez pasado el tiempo y enterrada la idea de la municipalización en el cementerio de los libros olvidados, comienza la segunda fase que no es nada más y nada menos que la idea de la privatización. Desde que Margaret Thatcher comenzara con las grandes privatizaciones en el Reino Unido esto se ha convertido  un mantra repetido hasta la saciedad por los diferentes estamentos políticos Parece que la privatización de los servicios públicos es una tendencia imparable y casi indiscutible.  Nuestro queridísimo Ayuntamiento no va a ser menos garante de dichas iniciativas.

     En Sanlúcar estamos viendo últimamente como se intenta justificar la privatización de ciertos servicios, caso concreto el de la Limpieza Pública con la tan manida degradación de dicho servicio. Es la misma táctica que se estableció hace ya bastantes años para poder privatizar el Servicio Municipal de Aguas. Este sistema se basa en el truco del almendruco, primero dejamos de dotar a la empresa de medios materiales y humanos, eso sí manteniendo siempre al frente a un gerente que no sirve para nada y vamos viendo como la opinión pública se levanta al ver las calles llenas de suciedad y basuras. Llegados a este punto se cuenta  con la nueva moda de las redes sociales para echar balones fueras y culpabilizar siempre al ciudadano, dejando entrever que el Ayuntamiento no tiene posibilidades de mejorar el servicio, ya que no cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo dicho servicio, Llegados a este punto ya hemos creado las bases para poder iniciar el proceso, primero hemos llamado cerdos a los ciudadanos culpabilizándolos de todos los males, ya sea a través de campañas donde se nos llama sucios o maleducados con un la imagen de un cerdito de plástico o inundando las redes de comentarios donde se culpabiliza de todos los males al ciudadano de a pie. 

    En estas campañas no se alude en ningún momento a que el Ayuntamiento no gasta ni un euro  de su presupuesto en mejorar el servicio, ya sea adquiriendo maquinaria o potenciando los recursos humanos. La culpa no es mía, la culpa es del Chá, Chá, Chá…..

    Cierto que gran parte de la culpa la tiene el ciudadano de a pie, pero volvemos a la teoría de la venta rota, si todo está lleno de basura, no se recogen los contenedores que además están totalmente rotos y no se reponen, amén de que se limpia la calle lo menos posible, es normal que el ciudadano no predique con el ejemplo.

    Esta es la base de la justificación de la privatización, primero degradamos a la Empresa Pública de la que somos los máximos responsables o gestores para después vender el mantra de la privatización como el único remedio. ¿Quién paga la privatización?, respuesta lógica el ciudadano de a pie que ve  como el recibo de prestación de servicios sube de forma desmesurada. Ya se nos está haciendo la cama para subir el próximo año el recibo de la basura en un cuarenta por ciento. Se nos vende que así se cubrirán los gastos, siendo esto totalmente falso ya que dicho servicio actualmente no es deficitario. La privatización al contrario que la municipalización, conlleva la dificultad de evaluar el verdadero valor del servicio prestado, normalmente supone el enriquecimiento de los adjudicatarios a costa de la ciudadanía. Mientras más débil sea el Ayuntamiento y menor el escrutinio publico, más difícil será poder resistir los intentos de corrupción de los posibles adjudicatarios. Solo si se produjera una licitación abierta y sometida a controles eficientes, que no será el caso, podría evitarse que la privatización pase de ser una supuesta ventaja para el ciudadano a ser una ocasión para la corrupción y el pelotazo.

     En fin, para no extenderme y no hacer sufrir más las neuronas de mis lectores, solo puedo pensar en la siguiente cuestión: “¿Cómo es que un gobierno que se define de izquierdas, que además predica con la idea de velar por el bienestar del trabajador y del ciudadano, puede llegar a implementar tácticas tan sucias para frenar una municipalización de Servicios Públicos para así poder trocarlos en una privatización pura y dura?.

   En fin, el tiempo dará y quitará razones. Cuatro años pasan volando.

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