Por una democracia plena

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 Enrique Romero Vilaseco.- El 20 de noviembre de 1975 muere Franco y con él el franquismo. A partir de ahí comienza un periodo de cambio de la dictadura a la democracia: la Transición. Los grandes artífices de dicha transición son el Rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez y el cerebro gris Torcuato Fernández Miranda, con su célebre operación “de la ley a la ley”. Hablar de lo que supuso la transición nos llevaría a tener que escribir muchos folios, por eso solo quiero destacar, de ese periodo, un hecho fundamental. A dicho hecho sumaré dos ideas más como opinión particular, y centradas ambas dos en la democracia.

         1- Me voy a referir a la legalización del Partido Comunista de España, que tuvo lugar el 9 de abril de 1977, Sábado Santo, denominado ya como el Sábado Santo rojo. El presidente del gobierno, Adolfo Suárez, con la aquiescencia del Jefe del estado, es decir, del Rey Juan Carlos I, da vía libre a la legalización del PCE, traicionando a las altas esferas del ejército a los que les había prometido (el 8 de septiembre de 1976) que jamás los comunistas serían legalizados. Esto cayó bastante mal en el seno del ejército, hasta el punto de que el Ministro de Marina, el almirante Pita de Veiga, presenta su dimisión. Y hubo dos militares de muy alta graduación, que estuvieron también a punto de dimitir, pero fueron convencidos para que no lo hicieran

          Santiago Carrillo y Adolfo Suárez habían pactado la legalización del PCE, a cambio de que los comunistas aceptaran la bandera roja y gualda y la figura del Rey. Célebre es la foto de Carrillo  con toda la plana mayor del PCE en una comparencia antes los medios de comunicación con la bandera bicolor detrás.

           Los principales actores de la transición vieron claramente que si el PCE no estuviera legalizado y participara como un partido más en las elecciones, la naciente democracia estaría incompleta. De ahí, el interés mostrado por el Rey, por Suárez, Torcuato y demás.

         2- El segundo punto que quiero destacar es la victoria del PSOE el 28 de octubre de 1982, después de dos derrotas consecutivas contra la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez, por fin llega al gobierno el partido socialista. No si antes haber presentado una moción de censura contra Suárez que tuvo lugar del 28 al 30 de mayo de 1980. Moción de censura que perdió Felipe González que tenía mucha prisa por llegar al poder. Más tarde, concretamente el 23 de febrero de 1981, tuvo lugar el “golpe de estado de Tejero”, lo pongo entre comillas porque todo aquello fue una farsa.

      Por fin, llega el 28 de octubre de 1982 y el PSOE arrasa en las urnas consiguiendo un total de 202 diputados. Con aquella amplia victoria, la cúpula socialista encabezada por Felipe González, no reparó en decir que la democracia empezó de verdad con la victoria de los socialistas en ese año. O que hasta que no subieron al poder el PSOE la democracia no se había consolidado de verdad. Es decir, que la democracia plena ocurrió cuando por fin gobernó España un partido de izquierda.

        3- Servidor, llegado este punto, considera que después de tantos años de democracia, ésta no será plena y completa hasta que gobierne un partido distinto al PP y al PSOE. Nuestra democracia está montada de tal manera que más bien se parece a la época del turnismo del siglo XIX, que consistía en alternarse en el poder dos grandes partidos. Por un lado, el partido Liberal-Conservador, dirigido por Antonio Cánovas del Castillo y por el otro el partido Liberal- Fusionista liderado por Práxedes Mateo Sagasta. 

        Quitando las dos elecciones que ganó la UCD, desde el año citado de 1982 hasta el presente de 2023, PSOE y PP han sido los dos únicos partidos que han gobernado España y parece que todo está atado y bien atado (como dijera el Caudillo), para que ninguna otra formación ose llegar al poder. Estas dos maquinarias políticas,  con sus medios de comunicación, sus poderes económicos, sus agencias de encuestas, sus colectivos sociales, con el sector de la banca, en definitiva, lo que se conoce como “establishment” son los que parten el bacalao y no dejan a ningún otro que le pueda comer la “tostá”. Es el viejo bipartidismo lo que les mola a los dos grandes partidos y a todos los lobbies que giran a su alrededor.

          Y si no es así, ¿como se puede explicar que el PP y el PSOE con su historial de corrupción, de robo sistemático y de la infinidad de tropelías que han cometido todos estos años, que sería largo de enumerar, siguen siendo los partidos más votados y no desaparecen ni se refundan? Mientras que otros como UPyD, Ciudadanos, Podemos, CDS en su momento, han desaparecido.

          En la actualidad, el enemigo a batir por ambos colosos de la política es VOX. Ambos dos, PP y PSOE,  ya están de acuerdo en cargarse a un nuevo partido, porque nadie tiene derecho a quitarles el poder. Las dos grandes maquinarias políticas se conjuran para repartirse el poder. 

        Pues bien, para este humilde opinador, la democracia en España no será plena hasta que un partido de signo contrario a los dos grandes pueda gobernar España.

        Hasta ese día, nuestra democracia será imperfecta, y será lo mismo que la época del turnismo del siglo XIX.

Enrique Romero Vilaseco

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Comentario en “Por una democracia plena

  • En una Democracia Plena no se puede permitir la entrada de los enemigos de la Democracia como es el fascismo y nazismo, si no están dispuestos a renunciar sus ideas anti democráticas, racistas, xenófobas y hostiles. Ni permitirles realizar actividades de apologías al fascismo y nazismo. Las Democracias Plenas también deben protegerse de las barbaries y de las desigualdades. Sin una seguridad, la democracia no podrá subsistir ni defender LA LIBERTAD, LA IGUALDAD, LA FRATERNIDAD, DIGNIDAD Y LOS DERECHOS DE LOS CIUDADANOS.

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