Apuntes de Historia CDLXXXIII
Manuel Jesús Parodi.-Notas sobre el binomio Patrimonio-cuerpo social (II)
Planteábamos en los párrafos precedentes uno de los temas que entendemos resultan de mayor interés y que consideramos al mismo tiempo de mayor peso a la hora de encarar y desarrollar la gestión del Patrimonio Cultural y Natural, más especialmente en ámbitos locales. Nos referimos al binomio, al sintagma, que configuran el cuerpo social de una comunidad y el Patrimonio Cultural y Natural (en adelante PCN) de la misma.
En este sentido, la acción de trabajo (considerada desde una perspectiva global, no simplemente como conjunto de pequeñas acciones puntuales, esporádicas) a desarrollar de manera sostenida (y sostenible) por las administraciones en torno al Patrimonio debe necesaria y oportunamente partir de la base de la cooperación institucional y social, pudiendo articularse el desarrollo de contenidos de dicha línea de trabajo a través de acciones y programas (con especial atención, en lo que atañe a la ciudadanía, a los elementos de naturaleza divulgativa de cara a la socialización del conocimiento, todo apoyado por la imprescindible línea de acción en materia de conservación del Patrimonio) de diversa naturaleza, unos programas algunos de los cuales pueden desarrollarse a lo largo de todo el año mientras otros pueden centrar su ámbito de actuación en determinados momentos del año estando acaso vinculados a determinadas efemérides o a una posible estacionalidad acorde con las mismas características de dichos programas y acciones en cuestión, sin perjuicio de la convivencia de dichos programas y acciones con factores y segmentos como el educativo y el turismo.
De este modo las perspectivas de la conservación y la sostenibilidad del Patrimonio, de la cooperación institucional y de la divulgación del PCN, han de constituir los pilares esenciales de la acción de una administración (insistimos, especialmente en lo que tiene que ver con una administración local responsable, ya que el ámbito local es el escenario de acción de buena parte de los programas y acciones, al tiempo que es el contexto más inmediato de y para la ciudadanía) de cara al desarrollo de una mejor gestión patrimonial, buscando siempre aunar y armonizar la acción interior (esto es, defender y cuidar el Patrimonio de -y en- el territorio gestionado por la administración en cuestión) y la exterior (defendiendo y promocionando el Patrimonio del territorio y buscando recursos para su conservación).
Un factor que puede ser considerado una fortaleza en el contexto específico e interno de un territorio, especialmente a escala local, en lo relativo a la conservación y la difusión del PCN es la existencia de un potente tejido social y cultural articulado en un sólido tejido asociativo, un tejido social que desarrolle habitualmente actividades culturales ya sea en solitario (sin apoyo o respaldo de las administraciones de distinto nivel), ya sea de la mano de la cooperación con las administraciones, tanto la local como las supralocales.
Un panorama local será sin duda más complejo pero a la vez más rico cuanto más numerosas y activas sean las entidades, colectivos, asociaciones y fundaciones de naturaleza cultural que trabajen no sólo en el campo de la divulgación cultural en general sino en lo relativo a la socialización del conocimiento en materia patrimonial en particular (sin descartar su posible trabajo en materia de conservación del Patrimonio Cultural y Natural), desarrollando acciones a lo largo del tiempo (por ejemplo organizando acciones de manera estructural en la programación anual y supraanual de la localidad a la que dichos colectivos pertenezcan) que ayuden a la sensibilización y contribuyan a la vertebración de la participación del cuerpo social local en el ámbito general de la Cultura y el Patrimonio así como en lo específicamente relativo a la difusión de los valores del Patrimonio Cultural y Natural, así como en lo que tiene que ver con la conservación del mismo.
De este modo la absoluta mayor parte de las acciones que se generen y desarrollen desde el cuerpo social de una ciudad determinada (de una comarca determinada, de un territorio determinado…) en materia cultural y especialmente en lo referente al Patrimonio Cultural de la misma (singularmente las acciones surgidas de la cooperación activa de los colectivos culturales entre sí y de éstos con la administración local), habrá de redundar sin duda en beneficio del propio cuerpo social y del estado del conocimiento y la sensibilidad de la ciudadanía respecto al Patrimonio, lo cual redundará al mismo tiempo en beneficio de las acciones emprendidas de manera que pueda generarse una sinergia constructiva que tienda a convertirse en estructural.
Señalaremos igualmente que no cabe pasar por alto el peso que en el ámbito de la difusión y gestión patrimonial tiene el trabajo que se realice desde las administraciones locales en colaboración con la comunidad educativa de la localidad, ya que el tejido educativo (de los distintos niveles existentes en una población) es fundamental para la conformación y el enriquecimiento de las señas de identidad de toda comunidad humana así como en lo que tiene que ver con la formación integral de una ciudadanía crítica, consciente y responsable.
Una ciudadanía que pueda llegar a hacerse cargo de sus propios deberes y derechos cívicos en materia patrimonial en lo que atañe y respecta a la gestión y la conservación del Patrimonio, ejerciendo dicha ciudadanía sus derechos y deberes y reclamando y exigiendo a todas las administraciones el cumplimiento de las responsabilidades, deberes y obligaciones de dichas administraciones en materia de protección, conservación, investigación y divulgación del Patrimonio Cultural y Natural, así como impulsando activamente la cooperación de la administración local con las administraciones de su entorno y con las administraciones superiores (comarcales, provinciales, autonómicas, estatales, internacionales).
La comunidad educativa de una localidad, así pues, es capital (como el tejido asociativo -y especialmente aquel cuyo ámbito de inquietudes guarda relación con el PCN- de un contexto local) al estar la misma configurada esencialmente por el segmento más joven de las ciudades al tiempo que entre sus integrantes se encuentran tanto los estudiantes como el conjunto de la mayor parte de las familias de una población, además del elemento docente, todo lo cual hace que resulte fundamental la participación activa (no sólo pasiva, con la comunidad como simple recipendiaria de acciones y actividades organizadas por otros) de este segmento educativo en lo relativo al ámbito patrimonial en una ciudad determinada.