Apuntes de Historia CDXII
Manuel Jesús Parodi.- Algunas ‘píldoras’ monumentales sanluqueñas (II)
Volvemos a traer hasta estos párrafos (como dijimos hace una semana) la segunda entrega de estas “micropíldoras” sobre diversos hitos históricos y patrimoniales de la localidad; como decíamos, hemos pensado estas píldoras como una suerte de “flashes” que puedan acaso servir para ayudar a atraer la atención del lector sobre esos monumentos y, de este modo también -esperamos- sobre el Patrimonio histórico de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
Hoteles de la playa
A fines del siglo XIX y comienzos del pasado siglo XX, Sanlúcar de Barrameda se consolidaría como un privilegiado destino para el veraneo para de la aristocracia y la alta burquesía andaluzas (especialmente del Occidente de la región), algo en buena medida estimulado por la relación con la ciudad (y la presencia en la misma) durante esa segunda mitad del Ochocientos del matrimonio conformado por los Infantes-Duques de Montpensier, D. Antonio de Orléans-Borbón y Dª. María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la reina Isabel II
Los “Hoteles de la Playa” (llamados así a la francesa, “hôtel”), los populares “Hotelitos” (que no eran hoteles, sino residencias privadas de cierto tono y fuste), no pocos de los cuales tienen incluso más de un siglo de antigüedad, conforman una auténtica categoría monumental en sí mismos en nuestra ciudad.
Algunos de sus más significados ejemplos se conservan aún en la actualidad y forman parte del paisaje histórico de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, localizándose especialmente en la avenida de Bajo de Guía y en la Calzada de la Duquesa Isabel, en el entorno del litoral aledaño al casco urbano sanluqueño.
Plaza de Toros de “El Pino”
La señera Plaza de Toros de “El Pino”, ubicada en su barrio homónimo de Sanlúcar de Barrameda, cuenta con más de un siglo de antigüedad. Constituye sin duda uno de los más relevantes ejemplos de arquitectura de estilo neomudéjar dentro y fuera de la localidad.
Plaza de tercera categoría, fue inaugurada el día 1 de julio del año 1900, hace ahora 120 años, y su aforo es de más de 5000 localidades. Su ruedo cuenta con 37 metros y en el mismo se celebran así mismo otras actividades (distintas de las taurinas) tales como conciertos y espectáculos lúdicos de diferente naturaleza.
Este histórico edificio monumental vendría a sustituir a las antiguas plazas de madera precedentes que, como la así denominada de “Vichera”, existieron en Sanlúcar con anterioridad al siglo XX. Esta Plaza de Toros de “El Pino” representa otro testimonio del mecenazgo ejercido por la familia Orleáns-Borbón en la localidad a lo largo de los siglos XIX y XX.
Baluarte de San Salvador
Localizado junto a la ribera del Guadalquivir, en las proximidades del marinero barrio de Bonanza, el Baluarte de San Salvador es conocido popularmente así mismo como “Castillo de la Pantista”.
Data del siglo XVII y vendría a constituir uno de los puntos fuertes establecidos históricamente por el Estado con vistas a la vigilancia y la protección no solamente de la ciudad sino también de la navegación por el río, verdadero eje económico de la España de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Este fortín formaba parte del conjunto de las defensas ribereñas del río y cumplía junto con el ya desaparecido baluarte del Espíritu Santo, por ejemplo, una muy destacada tarea de cara a la vigilancia del cauce fluvial y de la navegación por sus aguas, con vistas a guardar a las Flotas de Indias en su llegada a Sanlúcar, y a proteger a la ciudad de los ataques piráticos de diversa procedencia que se producirían históricamente contra la misma, al tiempo que guardaban asimismo la navegación aguas arriba del Guadalquivir.
El Mercado de Abastos (La Plaza)
El Mercado, la Plaza de Abastos, es sin duda una visita de obligado cumplimiento en Sanlúcar de Barrameda. El Mercado Público es un complejo conformado por el propio edificio histórico del Mercado en sí mismo así como por el conjunto de tiendas, tiendecitas y pequeños locales comerciales del entorno de las calles Trascuesta y Cuesta de Belén.
El Mercado sanluqueño es un edificio histórico de gran relevancia, emplazado al pie de la Barranca y del Palacio Ducal de Medina Sidonia, junto al espectacular monumento de Las Covachas.
Su primera fase constructiva data del siglo XVIII y su entorno comercial es heredero y continuador de aquella rica zona mercantil de finales de la Edad Media y comienzos del siglo XVI, extendida por la calle Bretones -entre otras- que servía además como eje conector de las alturas del Barrio Alto con el viejo Arrabal de la Ribera.
Al acercarnos al Mercado y su entorno tendremos la oportunidad de aunar lo práctico con lo emotivo y hacer un verdadero viaje en el tiempo y adentrarnos en un auténtico y multicolor zoco, una pequeña Medina en la que presente y pasado se dan la mano con encanto, todo ello acompañado por la gran variedad y calidad de los productos a nuestro alcance.
La Almona
En el antiguo barrio marinero del Mazacote se localiza este recio edificio monumental, ubicado en la antigua orilla a los pies de la colina sobre la que se asoma al río el Convento de Capuchinos. La Almona tiene en la actualidad aspecto de Casa Palacio, siendo que originalmente se trató de un edificio y una instalación funcional, productiva.
En efecto nos hallamos ante una gran casa palaciega del siglo XVIII, si bien en un principio las primeras instalaciones de La Almona eran precisamente eso, una almona, una fábrica de jabón que fuera propiedad de la Casa de Medinaceli que ejercía su señorío sobre El Puerto de Santa María y cuyos integrantes estaban emparentados con los duques de Medina Sidonia, señores de Sanlúcar de Barrameda.
Esta instalación fabril que se beneficiaba de su privilegiada localización ribereña proveía de tan necesario producto, el jabón, a esta comarca en las postrimerías de la Edad Media y los primeros tiempos de la Edad Moderna, abasteciendo inclusive a las Reales Armadas y a la navegación a Indias.