Imagen activa

Obsolescencia

Articulos, Cultura, José Luis Zarazaga

Hoy este humilde desarticulista quiere hacer mención a un tema que debería de hacernos reflexionar y en todo caso preocuparnos por lo que conlleva en sí. Cuando mencionamos esta palabra a todo el mundo nos viene a la mente lo que hemos oído tantas veces como obsolescencia programada y por supuesto pensamos en el móvil, el frigorífico o la lavadora. Es un poco extraño cuando hablamos de nuestra Administración, concretamente la más cercana, la Local, pensar en la obsolescencia, pero existe y no solamente en los funcionarios que la componen sino también en los políticos que nos desgobiernan.

   Cuando nos referimos a la obsolescencia  programada, o como dirían algunos, planificada, nos enfrentamos a la idea del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano, en este caso cuatro años, por el votante o ciudadano, este se torna obsoleto, no funcional, inútil o inservible por diversos procedimientos. Pongamos el ejemplo del no por el no a toda iniciativa que se plantee desde cualquier punto del Equipo de Desgobierno y encontraremos la obsolescencia programa de una Descomposición Política que se torna en un producto obsoleto, no funcional,  inútil o inservible por falta de iniciativas e ideas lo que conlleva que haya que buscar otra nueva que la sustituya.

    Tenemos un grandísimo problema en lo que podemos definir como nuestra Administración Local, desde el inicio de los tiempos llevamos escuchando las palabras mágicas de modernización e innovación en todo lo referente a la política y a los servicios que deben de prestar nuestra queridísima Administración Pública. La transformación  digital de nuestra Administración se ha convertido en todo un mantra  y este campo no solamente está olvidado sino que hay que añadir la obsesión por negar o torpedear una necesidad que es más que evidente en el Siglo XXI. Pongamos un curioso ejemplo: Recientemente se ha hablado de la jubilación e la persona que estaba al frente del Archivo Municipal que ha llevado a cabo una labor encomiable por la salvaguarda, pues los voceros de turno han puesto el grito en el cielo para que esa plaza se cubra y que todo siga tal como está actualmente. Hasta cierto punto es necesario, pero no es más urgente pegar voces solicitando que el archivo se digitalice,  se pueda acceder a través de internet desde cualquier punto del planeta en ver de convertirlo en un almacén de papeles viejos. Ciertamente esto deja cadáveres en el camino tal como ha ocurrido con la banca pero abre otras posibilidades de empleo y moderniza nuestra Administración. Yo no he oído a Izquierda Hundida, la que está últimamente muy preocupada por nuestro patrimonio, lanzar una sola propuesta en dicho sentido lo que haría que el archivo se mantuviera actualizado y en perfecto estado para generaciones venideras. Huy que mala memoria, habrá que recordarles que cuando gobernó el Partido Comunista en Sanlúcar querían tirar la Cárcel Vieja para hacer viviendas.

   Difícilmente tendremos unos servicios públicos innovadores sin unos gobernantes que sean innovadores. Seguimos viendo como en cada sesión plenaria impera el no por el no si el que propone algo es el Equipo de Desgobierno lo que me hace pensar que a veces, y digo a veces por no decir siempre, que estamos en manos de unos auténticos psicópatas.

   Corramos un velo sobre mis apreciaciones personales y volvamos a centrarnos en la que considero últimamente la musa de mis escritos ya que perdimos a nuestro inefable Antonio Prats y ya no es un personaje público alguien tendría que ocupar dicho honor.   

    La que se manifiesta a diario como cabeza visible del Cancerbero en que se ha convertido nuestra Descomposición Política, ya que del resto mejor no decir nada,  ha creado una estructura burocrática basada en la resistencia y el beneficio a sus adoradores. Se castiga con el ostracismo a los disidentes que dentro de su ámbito de actuación han intentado llevar a efecto propuestas y mejoras que beneficien a todos, y ya no digo solamente opinar de forma diferente, sino que cualquier cambio para el líder es bastante sospechoso. Al final se encuentran con muros muy difíciles de escalar y una organización numantina  preparada para hacer desistir de su empeño hasta el más valiente. Esta actitud establece 60.000 buenas razones para no permitir el establecimiento de redes de apoyo frente a las dificultades. Hace tiempo con la inclusión de nuevos actores, como fue el caso de Potemos en el Salón de Plenos parecía que todo iba a cambiar, pero al ser fagocitados por la intolerancia de Izquierda Hundida todo ha quedado resumido en un brindis al sol.

    Pero es que una vez que se ha accedido a dicho puesto y se ha conseguido el respaldo de una Administración superior, se corta de golpe el desarrollo de una eficiente carrera política. En la Administración que me sustenta, entiéndase Diputación de Cádiz, todo son parabienes y se debate y se vota a favor, en la Administración Local todo son diatribas sin sentido y se vota no por el no. Con todo el respeto, no se puede uno plantar en una idea y ni quiera hacer el menor intento de regarla.

    Esto es un problema serio, no digo yo que toda actuación por parte del Equipo de Desgobierno sea acertada, pero el mantener el no por el no a toda costa nos hace pecar  de una desactualización que lastra gravemente las posibilidades de una Administración  moderna y eficaz, basada en los servicios públicos de calidad y con los ciudadanos en el centro de la diana.

   Como no quiero extenderme, podremos decir que el actual modelo de desgobierno se está articulando sobre la base de la obsolescencia programada ya que esta actitud tiene las patas muy cortas  con un período de vida bastante exiguo y con suerte buscará el retiro en un cementerio de elefantes. Esta actitud es como el mobiliario, no aporta más valor, que el realizar, en el mejor de los casos las tareas obligadas por la ley del mínimo esfuerzo. Es una Descomposición Política que no diseña ni permite procedimiento de desarrollo personal, esto es como Cuba, o estás conmigo o estás contra mí. 

    En fin, aunque en el mercado la obsolescencia programada es una técnica planificada, voluntaria y deliberada, el hecho de que en el ámbito que mencionamos se produzca por omisión no justifica ni exime a una Descomposición Política que está obligada por mandato del pueblo a aportar ideas y soluciones. Que está obligada a disponer de los mejores recursos humanos y asumir las disidencias internas, y de esos valores hay muchos en cada partido, no se puede obligar por el exceso de ego a caducar dicho capital, no somos yogures.

   Pero para cerrar en positivo, hay que destacar que los 25 gobernantes que conforman el Salón de plenos mantienen algunas excepciones, Ediles que se consideran empleados públicos y que se centran en generar valor y servicios para una Administración del Siglo XXI. Frente a cualquier generalización, aunque por los motivos descritos solo quede como escapatoria la dimisión se rompe la regla establecida y se permite soñar con un halo de esperanza.

     “Puedo prometer, y prometo, que trabajaremos con honestidad, con limpieza y de tal forma, que todos ustedes puedan controlar las acciones de Gobierno.” (Adolfo Suarez González).

       En fin solo puedo finalizar con las palabras  de José Martí: “Los tiempos difíciles requieren grandes sacrificios”, por eso me atrevo a gritar: ¡Viva Cuba Libre!

Comparte nuestro contenido