Alarmismo

Articulos, Cultura, José Luis Zarazaga

José Luis Zarazaga.-Hoy este humilde desarticulista piensa tocar un tema  que aunque no carezca de importancia nos está llevando a unos extremos que podrían definirse como intento de dinamitar la convivencia ciudadana y ante esto Sanlúcar no va a ser la excepción. Nos referiremos concretamente al alarmismo que está inundando todo tipo de medios de comunicación y redes sociales y que se define como la tendencia a propagar rumores sobre peligros imaginarios o a exagerar los peligros reales.

Cuando se inició la tan debatida pandemia un periodista lanzó una frase que podemos definir como lapidaria: “Se extiende más el alarmismo que los datos”, esto venía a cuento porque se comparó con una simple gripe y tras un carrusel de alarmas infundadas habrá que darle la razón, pero también habría que objetar que dicho alarmismo está empañando los logros que se han podido conseguir con la vacunación. 

    El alarmismo a primera vista puede estar justificado pero hay que tener presente que es como Jano, tiene dos caras. La primera cara del alarmismo ejemplificada perfectamente en los miembros de nuestra Descomposición Política se define por el grito, el rasgarse las vestiduras, soliviantar a la opinión pública, buscar el enfrentamiento y sobretodo intentar acceder al poder lanzando todo tipo de piedras escondiendo la mano. La segunda cara es la actuación, en este caso por los poderes públicos para intentar arreglar una situación sobrevenida y de muy difícil predicción.    

    Esta parte ya no interesa, eso no vende, eso para el alarmista no es importante, no van a dar el callo, simplemente se van a dedicar a gritar sin aportar soluciones.

   Vamos a poner un pequeño ejemplo y que conste que me he quedado horrorizado con lo vivido hace unos días en nuestras playas. Ante la fuerte tormenta que se produjo hace unos días y el salidero de aguas residuales  en la playa nuestra queridísima miembro de la Descomposición Política por parte de Izquierda Hundida, Dios Jano donde los haya, lanzo toda su verborrea ante un hecho luctuoso que parecía el hundimiento de la Balsa de Aznalcollar, oyendo su diatriba parecía que Sanlúcar había perdido toda la playa y que este verano la contaminación de las aguas va a infectar de Covid hasta la Virgen de la Caridad y eso que ella no tiene culpa ninguna ya que está de cuarentena permanente desde que empezó la pandemia. 

   Hasta aquí todo correcto, es la primera de las caras, el alarmismo buscando rédito político. La segunda cara por supuesto la esconde, ya que sabe perfectamente que si llegara a gobernar se encontraría con los mismos problemas y donde digo,  digo, digo Diego. Aportaciones por mínimas que sean para paliar el problema ninguna, eso no vende. Comentar la rápida actuación de los Servicios Municipales de la Delegación de Mal Ambiente para intentar minimizar el problema, tampoco, eso no vende. Preguntarse sobre el daño que se le ha hecho al turismo en nuestra localidad con tanto alarmismo, tampoco le interesa, no sé yo que estarán pensando los que tienen montado un negocio y sobreviven gracias al verano.  No, para ellos, eso no es importante, es mejor pinchar en la llaga pero no intentar curarla.

   Hagamos un poco de memoria, ya que por desgracia fue víctima en primera persona de las inundaciones acaecidas en el año 1984, experiencia que no se la recomiendo a nadie de este pueblo. Sanlúcar mantiene un problema urbanístico de casi imposible solución que se inicia con el primer Ayuntamiento Democrático y que curiosamente durante dos legislaturas estaba presidido por el partido Comunista que posteriormente se disfrazó bajo las siglas de Izquierda Hundida. Era la época del todo vale, construye y haz lo que quieras que no se te va a derribar nada, yo comprendo la problemática de entonces pero de semejante barrizal proceden los lodos que llevamos tantos años sufriendo.

   Curiosamente se omite o se olvida intencionadamente que tras dichas inundaciones se diseñó una red de desagües que como punto principal contemplaban una serie de aliviaderos que evacuarían el exceso de aguas ante unas lluvias torrenciales. Curiosamente no demostraron el interés que tienen ahora por nuestro medio ambiente.

   Esta forma de actuar es como el Cancerbero, que en la mitología griega, Cerbero, conocido como Can Cerbero, era el perro del Dios Hades, un monstruo de tres cabezas en la tradición más común o de cincuenta cabezas según Hesiodo, con una serpiente en lugar de cola.

   Dicha criatura alarmista, digámoslo así, se ha ido infiltrando en diversos grupos sociales para poder capitanearlos y ser su cabeza y lo que no se da cuenta es que ha acabado por hastiar y quemar a los diferentes grupos que conforman la sociedad sanluqueña. Pondré un ejemplo, Aula Gerión, una plataforma que en teoría era apolítica y que nació con la idea de proteger y conservar el patrimonio de nuestra localidad ha acabado siendo un ariete alarmista contra todo lo que huela a gestión municipal en temas de patrimonio histórico artístico. Es sorprendente que como se han lanzado sapos y culebras sin fundamento contra la inversión proyectada en el Hotel Tartaneros. Ha sido muy fácil inventarse bulos sobre dicha actuación pero no acordarse de que cuando gobernaba el Partido Comunista en Sanlúcar se demolió el Hostal del Márquez que era de propiedad municipal, saltándose a la torera las prohibiciones de la Comisión Provincial de patrimonio.

   Si queremos que nuestra ciudad prospere, tanto el Equipo de Desgobierno, como la Descomposición política tendrán que aplicar unas normas que en un futuro próximo serán imprescindibles y digo un futuro muy próximo. “Creatividad, capacidad para comunicarse y escuchar por los distintos canales que ofrecen las nuevas tecnologías, flexibilidad cognitiva, capacidad de auto aprendizaje, resolver problemas en entornos de incertidumbre, trabajo en equipo y por supuesto pensamiento crítico. Esas son las claves que marcarán la inteligencia institucional y la aportación de valor público. 

    Para no extenderme en demasía, recomendaría a estos alarmistas de dos caras, que se centren en lo que será la nueva Administración Pública, ya que nos enfrentamos a un relevo generacional condicionado por constantes cambios socios económicos y medio ambientales.  Los ciudadanos  van a demandar nuevos servicios y la forma de comunicarse e interactuar con ellos marcará quien sobrevive y quien no. Ya no valen las tácticas del siglo pasado, el alarmismo y la tergiversación no pueden calar en una sociedad cada vez mejor informada, las mentiras tienen las patas muy cortas y ya sabemos cuál será su resultado.

   En fin, yo creo que la Oposición Política debería de tomarse más en serio su trabajo y aplicarlo con muchísimo más rigor.

   : “La moral se esgrime cuando se está en la oposición; la política, cuando se ha obtenido el poder” (José Luis López Aranguren). Y digo yo: “tomad buena nota”

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