Cartas de una sombra

Articulos, Cultura, José Antonio Córdoba

Jose Antonio Cordoba Fernandez.- ¿Y tú like?

Actualmente la información ha dejado de ser lo que su propia definición dice: «Un conjunto de datos que han sido procesados y organizados, los cuales constituyen un mensaje que enriquecerá el conocimiento del receptor» Día a día vemos como la misma está siendo prostituida en pos de quienes alzando las manos al cielo se tornan profetas de la Verdad.

Cada día lamento menos, no ser uno de esos “influencers” tan a la moda hoy, y para lo que solo basta decir lo primero que se te viene a la cabeza. Esto no quita que siga a muchos de ellos y ellas, que por entretenimiento o calidad de lo que muestran, tienen mis respetos.

Sin embargo, el acto de informar está viéndose ensombrecido por el único privilegio de conseguir el mayor número de likes.

El avance tecnológico de la sociedad actual es claramente opuesto a la evolución mental del individuo. Hoy pensar, que es lo que hacíamos hace treinta años para divertirnos, es casi como estudiar qué hacían los cromañones para pasar el rato, si no tenían ni fútbol, ni cerveza.

Si ya nos preocupaba, a algunos, el avance desproporcionado de la tecnología con respecto de la evolución natural de aprendizaje del cerebro humano, las redes sociales no han hecho más que acrecentar dicha desproporción.

Hoy si no tienes un número respetable de likes en tus publicaciones, eres casi un fantasma, un proscrito de la sociedad. Y no es algo que me invente, que ya hay estudios de cómo las personas cuando se levantan, antes de lavarse los ojos, revisan las interacciones de sus publicaciones, y si el resultado no es el que esperan, su estado anímico queda condicionado para el resto del día.

Para ellos la información que suministran debe de ser no la real, sino con la cual consigan más seguidores y más likes, aunque para ello, deban de vender su alma al diablo y hacernos creer que son seres iluminados. Que a ellos los avatares de la vida, no existen, que son invenciones de mentes débiles y enfermizas.

Si ya me llamó la atención el dramático uso de la información que estamos viviendo con esto de la guerra de Ucrania, no menos lo está siendo el caso del OceanGate Expeditions. Un caso que lejos del trauma por las víctimas estamos siendo bombardeados con un sinfín de información tan inverosímil y contradictoria, que al final no sabes si ha sido un accidente en el diseño. Si resulta que los fallecidos eran descendientes de las familias acaudaladas fallecidas en el Titanic, o simplemente se equivocaron de dirección y entraron a otra dimensión.

Lo cierto es que todos buscan esos segundos de gloria en las redes, sin importar qué precio se pague por ello. Sin importar, si la información que usan es cierta o no, porque, sea dicho de paso, los propios medios que deberían de ser los defensores y promotores de una información coherente, hace milenios que perdieron el norte.

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