Mudanzas y rescates

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Juan Antonio Gallardo «Gallardoski».- El espíritu de las leyes

Los jueces, mal pensado que es uno, ya han avisado de que aplicarán la ley de igualdad al margen del criterio de la fiscalía general del estado, más que nada por fastidiar a la señora Irene Montero.
“Me va a decir a mí lo que tengo que hacer esta niñata” parecen susurrarle al mundo, estos señores. Y el mundo, que es sordo y es mudo, la mayoría del tiempo, vocea, festeja, y ríe las gracias y pondera las trampas siniestras de quien anda, protegido por su atribución de juez, chuleándole de esta manera al ejecutivo.
Está claro, porque la fiscalía sabrá algo de acusar y enmarronar a la peña, que la suavización de las penas y las excarcelaciones de agresores sexuales no responde al espíritu de la ley. Los jueces tienen la obligación de respetarlo, a ese espíritu, pero parece que no, que muchos de ellos al Santo, al espíritu Santo queremos decir, a ese sí, pero al anhelo de Montesquieu para nada. La judicatura y España, son así, señora Montero.
¿Machismo en la interpretación de la norma? Usted me ofende. Todos se ofenden, los periodistas y los todólogos: ¡que esa niñata que no ha sido más que cajera de supermercado y que está dónde está por haberse ligado a la coleta, me llamé a mí machista!
¡Que esa comunista llorona ose llamarnos fascistas a todos los que no pensamos como ella…! Porque hay democracia que si no se iban a enterar la chusma esta qué maravillosos penales y paredones somos capaces de crear de la nada. Como levantemos la voz. O como levantemos a VOX…
Nosotros, probablemente no nos enteremos de la misa la media, pero ellos; jueces, abogados, fiscales…sí saben perfectamente qué están haciendo y, sobre todo, por qué lo están haciendo.

Se da algún caso que, incluso demuestra una impericia judicial sangrante, es el del padrastro violador. Realmente le han reducido la pena por un delito que ni siquiera estaba contemplado en la primera sentencia. Una retorcidísima interpretación de la ley. Una especie de vuelta de tuerca jurídica que ya les gustaría a otros reos recibir en su beneficio. Los violadores y los del estupro sí. Los jueces, se han vuelto de pronto piadosos y comprensivos con los condenados, es verdad, qué raro, que lo sean con los sentenciados por alguna de las violencias machistas que contempla esta ley y muchísimo menos, pongamos por caso, con los de la disidencia política.

Los cantantes de rap encarcelados y los sufragistas exiliados no van a beneficiarse de esta epidemia de bondad jurídica que espontáneamente ha infectado a los togados del país. Que no se haga ilusiones el cantante o lo que sea ese, que dijo que el rey emérito era lo que ahora casi todo el mundo dice que es.
La caterva lo tiene claro: a por la señora Montero, que también ha notado por cierto la deslealtad de su propio gobierno cuando alguno se ha puesto de perfile, como diciendo: ah, yo no he sido. Ha sido ésta. La rojilla, la jovencita, la cajera, la mujer de las coletas.

La ley- yo no me la he leído, para leer esas cosas está uno- cualquiera sabe si está bien redactada o hecha un desastre, pero la lógica más elemental, el mero sentido común nos dictaría a cualquiera, casi por inspiración moral, el sentido de nuestras sentencias de ser jueces.
¿Por qué entonces este desastre que con sentido común por parte de todos pudiera haberse evitado? Yo disculpo a la ministra y hasta al ministerio al completo, y mira que son coñazo (uy perdón) los ministerios. Este desastre lo es- todo lo demás son justificaciones morales que huelen fatal- porque los jueces con las leyes que protegen a los más vulnerables han hecho de toda la vida lo que les sale de la toga.

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