Espantada, 2ª parte
Fernando Cabral.-Hasta la fecha no se tiene constancia de que Víctor Mora haya sustanciado en forma de denuncia o querella contra nadie por el supuesto chantaje, extorsión e inducción al delito que sufrió en calidad de presidente de la Consorcio de Agua de la Zona Gaditana (CAZG), por el que prefirió dimitir cobardemente dando la espantada en vez de hacerle frente. Se puede decir que presuntamente Mora mintió de forma descarada, nada nuevo por cierto, y que, por tanto, las razones de su dimisión (Espantada 1ª parte) deben ser otras e inconfesables, como tantas otras que ha tenido a lo largo de su responsabilidad de gobierno local, sobre todo en lo que se refiere al Agua como servicio.
Mora tampoco ha negado las supuestas irregularidades económicas y financieras habidas en el ente que el propio presidente del comité de empresa del CAZG dejó en el aire en aquel traje a la medida que le hizo ante los medios de comunicación. En estos casos, optar por el silencio es muy significativo.
Se suele decir que es propio de político o gestor mediocre, ante su incapacidad e incompetencia, dejar languidecer o deteriorar un servicio público para después presentar como solución la necesaria privatización del mismo, igualmente, que es de mediocre enrarecer la paz social intentando criminalizar a los representantes de los trabajadores, así como, enfrentar colectivos de trabajadores entre sí. Todo ello, para después pasar la factura a la posible empresa concesionaria en lo que se ha venido llamar puerta giratoria.
Víctor Mora durante sus largos 5 años como presidente de la CAZG se ha dedicado a hacer lo propio, de tal manera que ha dejado el caldo de cultivo idóneo para que haya quien de forma interesada plantee la privatización del servicio que presta el CAZG como solución a todo sus problemas logísticos y laborales.
Para pasmo de unos y sorpresa de otros, al parecer la empresa que se postula para hacerse con la concesión administrativa del servicio casualmente es la misma que presta el servicio del ciclo integral del agua en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda. Llegado el caso, nos podemos encontrar con el penúltimo tributo que Mora le hace a la multinacional concesionaria desde 2012, dicho sea de paso, jalonadas de no pocas irregularidades, permitidas por acción u omisión por los sucesivos gobiernos locales de PSOE y Cs.
Victor Mora al dimitir como presidente de la CAZG dando las razones que dio, la pretendió dibujar como la salida digna de quien no se doblega a otros intereses ni a ilegalidades, ahora con esta segunda parte de la “Espantada” sabemos que no hubo dignidad, tan solo ha sido presuntamente un calculado capítulo más de quien concibe la política no como un servicio público, sino más bien como su modus vivendi y la forma de procurarse modus vivendi cuando la política le abandone.
La decisión de Mora de que sea el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda quien asuma la subida del IPC en el precio del agua, vía presupuesto municipal, es el último favor, por ahora, que presta a la concesionaria del servicio del ciclo integral del agua en nuestra ciudad. Lo argumenta, mintiendo, porque de esta manera libra a los usuarios sanluqueños la subida del IPC, como si los presupuestos municipales se generasen de forma espontánea y no con los impuestos que pagan todos los sanluqueños. No concreta de qué partida presupuestaria detraerá la cuantía para ello, probablemente de aquellos gastos sociales que siempre incluye en los presupuestos y después no utiliza nunca. De lo que estamos seguro es de que no será de los gastos en publicidad y propaganda, ni tampoco de las partidas presupuestaria en mantener a su servicio el panfleto semanal y la televisión supuestamente comarcal.
Además de la incompetencia y la incapacidad, mentir es también seña de identidad de un político mediocre, así como, la de utilizar recursos públicos en beneficio propio. Víctor Mora lleva demostrando desde hace años su incompetencia, su tendencia a la privatización de servicios públicos, su aversión a los representantes de los trabajadores, su capacidad para mentir y, además no se le conoce más dedicación laboral que la política, luego………..