La Magna y otras lanzaderas electorales de Víctor Mora

Editorial SD

SD.-Dos meses hace ya de la finalización de la efeméride del V Centenario que ha dado mucho rédito político a Víctor Mora, aunque a todas luces los logros conseguidos para la ciudad son bien pocos. La cultura o la Historia vende poco en nuestro entorno a pesar del enconado esfuerzo de la comunidad de historiadores de nuestra ciudad, los únicos en sacar a Sanlúcar de la sombra que sobre ella siempre proyecta la ciudad de Sevilla. Ha importado más la foto que reivindicar la verdadera impronta histórica de Sanlúcar en la colonización americana o en la Primera Vuelta al mundo.  

Con todos los vientos en contra, sin embargo, Sanlúcar ha tenido una proyección nacional e internacional nunca vista, en la que el V Centenario de la 1ª vuelta al mundo ha tenido poco que ver, siendo la capitalidad de la gastronomía española la que la ha relanzado a estadios estratosféricos en el turismo del buen beber y yantar.  

La celebración de la Magna mariana ha puesto colofón al subidón en términos socioeconómicos, y ha encumbrado a Sanlúcar con las portadas de diarios escritos, medios audiovisuales y digitales del mundo.  

Otro conveniente y convenido acto en olor de multitudes que subirá los enteros electorales del síndico y su partido en el mundo cofrade. El ausente regidor en los asuntos importantes de la ciudad, con la participación ciudadana cerrada a cal y canto- igual que la página de transparencia de la web municipal-, levita por los pasillos del Palacio de Orleans y Borbón sin presupuesto, 94 modificaciones presupuestarias, sin construir una vivienda social, con un remanente negativo de tesorería de decenas de millones que mengua con ingeniería trilera contable, con la ciudad hecha unos zorros, suciedad y quejas vecinales, la conversión de las zonas peatonales y plazas en bazar oriental deshumanizado y pista de escalextric por el que corren bicicletas y patinetes eléctricos que impiden a la mayoría de ciudadanos su libertad de movimientos reduciendo al mínimo su espacio vital en las zonas céntricas creadas para el asueto. 

Son razones más que poderosas y suficientes para que a un unos meses de las municipales D. Víctor Mora no haya dudado en participar en un acto religioso «magno» tirando a la papelera la separación de Iglesia- estado aconfesional, igual que los demás funcionarios del Estado que tampoco leyeron esa parte de la Carta Magna. Víctor Mora bunkeriza su futuro y se encuentra cómodo entre sotanas, incienso y palios. 

El éxito del desfile procesional, estamos seguros, hubiera sido el mismo si el señor alcalde hubiera dejado la vara de mando en su despacho y deambulara por el recorrido mariano con la “plebe” y así poder escuchar de primera mano los verdaderos problemas de la ciudad, que de algo más que de V Centenario y Magna Mariana viven los sanluqueños y sanluqueñas. 

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