PP veleta, PSOE mástil fijo

Fernando Cabral Hidalgo, Opinión

Fernando Cabral.-Hay quienes pensaban que, al igual que en otros países de nuestro entorno, la aparición de un partido de extrema derecha iba a originar una lógica moderación en la derecha considerada homologable a la de esos mismos países, por aquello de la diferenciación, si no ideológica sí estratégica. Sin embargo, desde la aparición de Vox, el PP no ha hecho más que radicalizarse para competir en el mismo supuesto electorado. 

La postura cambiante y cada vez más radicalizada del PP respecto a la inmigración es un buen ejemplo de ello. Para algunos, el viraje del PP desde las elecciones catalanas respecto a la inmigración, es porque en el seno del PP coexisten verdaderos radicales homologables con determinados postulados xenófobos de la extrema derecha. Para otros, se trata de una simple estrategia de restar espacio electoral a la extrema derecha a base de competir con sus mismos postulados extremos. Para el resto ambas casos no son excluyentes y sí complementarios.

Tampoco la fagocitación de Cs por el PP ha servido para moderar a este PP, si ha servido de algo es para poco más que eliminar un supuesto competidor en el mismo espacio electoral, además de procurar realojo a esos liberales de pacotilla como el caso de Juan Marín, que vive gracias al excelente trabajo que hizo de laminar a Cs en Andalucía como posible alternativa al PP.

Todo hace pensar que la aparición de un nuevo competidor en la extrema derecha, radicalizará a VOX y, por tanto, el PP se dejará arrastrar igualmente. En resumen, la extrema derecha está consiguiendo que por activa o pasiva el PP abrace gran parte de sus postulados.

Al contrario, el resurgir de una alternativa política a la izquierda del PSOE, en modo alguno, ha servido para que el PSOE se alejase de posturas más conservadoras de ese supuesto centro izquierda, para no perder representación en el electorado. El PSOE se ha moderado en esos posicionamientos. Para algunos porque en el PSOE, más allá de la nominalidad de sus propias siglas, sus posicionamientos están alejados de los de una izquierda real en lo económico y social. Para otros, porque dada las características cainitas de la izquierda a su izquierda, no se ve muy amenazado en ese espacio al que no podrá llegar por propia naturaleza. Para el resto, porque viendo la radicalización del PP, aspira a ganar espacio en ese centro político que pueda dejar huérfano el PP al fagocitar Cs y dejarse arrastrar por la extrema derecha.

Estos dos comportamientos antagónicos del PP y del PSOE ante sus competidores más cercanos en la línea ideológica pueden parecer paradójicos y puede que lo sean, pero lo cierto es que más allá de lo estratégico, determina la naturaleza de ambas formaciones políticas. Mientras una tiende a eliminar a sus competidores de su espacio electoral e ideológico asumiendo sus maximalistas posiciones, el otro obvia al competidor para ganar parte del espacio que deja el supuesto viraje más radical del PP.

Así las cosas, hay quien debería tener en cuenta esta realidad y reflexionar al respecto, no solo sobre su incapacidad de llevar al PSOE, más allá del nominalismo progresista, a posiciones más identificadas y reconocibles con la izquierda real, sino todo lo contrario, se está dejando llevar y a hasta abrazar las posiciones más moderadas del PSOE. Si el PSOE no te considera un peligro como competidor en ese espacio electoral e internamente haces lo posible para que así sea, sinceramente deberías hacértelo ver.

Permanecer al lado del PSOE para blanquear su moderación no es la mejor forma de estar de quienes se arrogan ser los únicos protagonistas de un cambio necesario, salvo que lo de estar sea el objetivo y supedite lo de procurar cambiar el orden establecido y aquella transformación social tan necesaria.

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