Cartas de una sombra

Articulos, Cultura

José Antonio Córdoba.-TEMPLARIOS. Olvidados en la viscosidad del romanticismo.

Muchos se sorprenderán ante tal título. Pero nada más lejos de la realidad.

Templarios, mejor dicho, asociaciones que pretenden ser u ostentar el legado directo de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón (OPCCTS-para distinguirlas de las neotemplarias), conocida más comúnmente como, La Orden del Temple, han florecido y lo seguirán haciendo, indiscutiblemente. Respetable todas y cada una de ellas, pero…

¡Sí! Hay un, pero… Lejos del halo de romanticismo, la realidad es que, ¡los templarios desaparecieron con la abolición de la OPCCTS, en 1312!

La imagen que hoy se nos vende, que podemos encontrar en redes sociales y demás, no es más que, el sueño romántico de los que no vivieron aquella época, y que pretenden hacer suyo un legado que no les corresponde.

Cualquiera, como es mi caso, se puede sentir e identificarte como templario, es totalmente válido y respetable. Como se puede ser hincha de un equipo de fútbol; miembro de una Hermandad sacramental, etc.

Pero, es curioso constatar a través de estudios, como la sociedad en la cual se desenvolvió la OPCCTS, carecía de ese romanticismo y misticismo que le aplicamos nosotros. Para aquella sociedad los caballeros de las tres grandes órdenes religioso-militares, eran lo mismo, templarios. Las gentes del vulgo no sabían distinguir quién era cada cual, por lo que fueran de la orden que fueran, para ellos eran templarios. Principalmente, porque las tres vestían casi igual, salvo el color de la capa y la cruz, según refiere la historiadora Helen Nicholson, en, Los templarios. Una nueva historia.

La presencia de las capas blancas en el quehacer diario de los templarios, no era tan habitual como nos han hecho pensar, principalmente, porque en una sociedad tan masificada, el número de caballeros templarios (capa blanca) era apenas perceptible, frente a la mayor presencia de oficiales y sargentos de la orden, cuya capa era oscura y con la cruz roja.

Por este motivo, me llama la atención, esa OBSESIÓN irracional del mundo neotemplario, donde todos pretenden ser caballeros o damas templarias de inmaculado manto blanco. Y pueden ver las cientos de fotos que circulan en redes o buscadores de internet. Quizás, lo llamativo del manto blanco, era que el reducido número llamaba la atención entre tantos mantos oscuros.

De hecho, en las cortes europeas, era habitual ver a templarios, descritos como caballeros de ropas oscuras o pardas, portando capa blanca con la cruz roja sobre el pecho izquierdo, cubriendo su cabeza con una capucha oscura o parda.

Además un dato importante en las distintas crónicas de la época, era que el número de caballeros (capa blanca), eran en la mayoría de las ocasiones, irrisorio, frente a contingentes enemigos muy superiores. No debemos de olvidar que tras un manto blanco combatían, oficiales, sargentos, escuderos y otros hermanos de armas. Por lo cual, un caballero, fácilmente tenía a su cargo entre 10 ó 15 hermanos, aproximadamente.

En definitiva. Una opinión. Una devoción y no de blanco satén.

¿Nadie quiere ser templario de oficio?

¿Por qué todos y todas quieren nada más la capa blanca?

¿Qué hacen para haberla ganado?

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