Apuntes de Historia DXXXIX

Articulos, Cultura, Manuel Jesús Parodi

Manuel Jesús Parodi.-Sobre la necesidad de un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio en Sanlúcar (III) 

En los precedentes artículos poníamos de manifiesto nuestra convicción sobre la necesidad de la planificación en materia cultural, histórica y patrimonial, una cuestión en la que vengo insistiendo desde hace años, como hago, por ejemplo, en la docencia que imparto desde hace más de una década en diferentes contextos universitarios de posgrado, caso del máster de Patrimonio Histórico y Arqueológico y del Máster de Dirección Turística de la Universidad de Cádiz, en los campus de Cádiz y de Jerez de la Frontera respectivamente. 

Tratábamos sobre esta materia en los párrafos de la semana precedente, poniendo el foco e insistiendo en la necesidad de la planificación en materia de gestión cultural y muy especialmente en lo relativo a la gestión del Patrimonio Cultural y Natural en contextos locales, como en Sanlúcar de Barrameda.

Cerrábamos los párrafos del artículo anterior (y no queremos resistirnos a insistir de nuevo en ello) señalando que de cara a una gestión verdaderamente integral y completa del Patrimonio (Cultural y Natural), resulta totalmente imprescindible desarrollar un trabajo a tres niveles; de una parte, el nivel ordinario y cotidiano del día a día de la gestión; de otra parte, lo que tiene que ver con la programación del trabajo, un nivel que se ocupa de la acción a medio plazo (en un contexto como el de la gestión pública, que puede encontrarse a veces sujeto a cadencias administrativas que como apuntábamos, no siempre son “armónicas” con los ritmos de desenvolvimiento que requiere la gestión cultural y patrimonial), y de otra, el no menos imprescindible trabajo en el nivel de la planificación, que será el que siente las líneas maestras a seguir en el rango del largo plazo (y debería en buena medida determinar las líneas generales de acción a seguir). 

De esta forma, la acción combinada del trabajo diario (corto plazo), de la programación (medio plazo) y la planificación (largo plazo) deberá estar regida por las líneas maestras de este último nivel, el de la planificación, que deberá ser la base sobre la que se articulen las acciones desarrolladas en el tramo de la programación, las cuales (repetimos) deberán formar la espina dorsal de la acción cotidiana de la gestión en materia de Patrimonio (en los planos Cutural y Natural).

Decíamos de este modo que podría plantearse un esquema sucinto en lo relativo a esta cuestión de acuerdo con las siguientes premisas: 1. Planificación: grandes líneas maestras de la gestión / desarrollo a largo plazo. 2. Programación: trazado de acciones concretas / desarrollo a medio plazo. 3. Gestión diaria: implementación de Planificación y Programación (así como de acciones e iniciativas que se desprenden de elementos externos a los gestores) / desarrollo cotidiano.

Así mismo y como señalábamos en los párrafos precedentes resulta muy necesario poner el acento (y no sólo desde un plano teórico) en la puesta en valor como herramientas económicas activas de los pilares, en general, del Patrimonio local de manera que se puedan constituir verdaderamente como elementos culturales -y por ende económicos- de singularidad (y funcionalidad económica) especial, algo que atañe tanto a aquellos elementos de naturaleza cultural como a aquellos de naturaleza medioambiental, yendo los unos de la mano de los otros dadas las muy especiales características de nuestro entorno, sin olvidar el peso del Patrimonio Inmaterial en el conjunto del tesoro patrimonial local, con elementos históricos y antropológicos como la Carrera de Indias, la I Vuelta al Mundo, el río, la navegación en general, o la agricultura, la pesca y su tradición en Sanlúcar hasta la actualidad, con sus derivadas de naturaleza gastronómica y enológica.

Una premisa a considerar habrá de ser, como apuntábamos brevemente supra, la del turismo sostenible como objetivo irrenunciable que aúne la desestacionalización y la sostenibilidad del propio turismo como actividad económica esencial, integrando activamente y de manera armónica en el ámbito de esta actividad económica la perspectiva real del turismo patrimonial como uno de los más sólidos valores económicos de la ciudad, partiendo más de unas premisas que apuesten por los elementos cualitativos que por los meramente cuantitativos a la hora de poner en valor y llegar a desarrollar como tal un modelo de turismo patrimonial en el ámbito local sanluqueño.

En el desarrollo de las premisas del Plan habrá de ocupar lugar destacado el ámbito de las conmemoraciones históricas como un espacio de interés en sí mismo a la hora de implementar políticas públicas de gestión del Patrimonio, pues las conmemoraciones pueden ser oportunidades -de naturaleza y contenidos multiformes- para desarrollar líneas de acción diferentes y complementarias (desde la perspectiva de los destinatarios, de los públicos interesados o cautivos, de las acciones a implementar, de las tareas a realizar, de los posibles objetivos económicos a desarrollar, de la creación de alianzas y sinergias entre los ámbitos públicos y entre éstos y el ámbito privado de la actividad económica local y supralocal…) que encuentren acomodo en el eje espacio-tiempo que marca cada conmemoración en sí (con sus posibles y nada desdeñables líneas de interacción y proyección con el exterior a la propia localidad en cuestión).

En este sentido, sigue apareciendo en el horizonte local -un horizonte  a futuro, además- la efeméride de la I Vuelta al Mundo, y el papel fundamental de Sanlúcar de Barrameda como referente en la Historia de la proyección de los horizontes español y europeo y su interacción con el resto del mundo, atendiéndose a la realidad cultural y patrimonial de la ciudad, y contando con la Historia y el Patrimonio como una seña de identidad irrenunciable de la ciudadanía sanluqueña, como un destacado elemento de singularidad que sirve a su vez como herramienta de proyección nacional e internacional de la ciudad al ayudar a insertar a la localidad en el contexto general del desarrollo de la primera globalización.

Igualmente será de considerar con empeño el valor del Patrimonio ecológico de la desembocadura del río y la comarca entera del Bajo Guadalquivir, con elementos sustanciales en el término sanluqueño y su entorno más inmediato tales como el mismo contexto de nuestro término municipal, el Parque de Doñana, el antedicho río Guadalquivir, los pinares de la localidad, la marisma, el paisaje de la viña, y, en fin de cuantas, el ámbito natural global del propio territorio de Sanlúcar de Barrameda entendido en su conjunto, en general, desde la Antigüedad…

Y todo ello, siempre, considerando además la vinculación entre Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural, insistimos, como un binomio inquebrantable en el ámbito del tesoro patrimonial sanluqueño.

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