Apuntes de Historia CDXIV
Manuel Jesús Parodi.-Algunas ‘píldoras’ monumentales sanluqueñas (IV)
Traemos de nuevo hasta estos párrafos (como hemos venido haciendo a lo largo de las semanas anteriores en esta cabecera) una nueva entrega (por ahora no será la última) de estas “micropíldoras” textuales relativas a distintos hitos monumentales de entre los que forman parte del tesoro patrimonial de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
Como decíamos con anterioridad, hemos pensado en estos textos a modo de “flashes” que -confiamos- puedan ayudar a atraer la atención y el interés de los lectores (especialmente, pero no solo, de los amantes de nuestra Historia y nuestros monumentos) sobre el aún rico Patrimonio histórico, artístico, y -en particular- monumental de Sanlúcar de Barrameda.
Iglesia de La Merced
Asomándose en la lontananza al mar desde el recodo alto de la Cuesta de Belén, histórica vía que une el Barrio Alto sanluqueño con su hermano, más joven, el Barrio Bajo de la localidad, se yergue desde hace casi cuatrocientos años la iglesia de La Merced (hoy desacralizada y de titularidad municipal).
Cuenta con su compás, su reja y su fachada del Evangelio adornada con su portada correspondiente (y quizá con un resabio fósil de lo que fuera la Puerta de la Mar mostrándose en su estructura a modo de elemento ornamental/estructural), el templo se asoma a la Cuesta de Belén al tiempo que se afronta a las blancas estructuras que conforman el complejo del Palacio Ducal de Medina Sidonia, otro monumento señero de nuestra ciudad y su Historia.
Este monumental edificio, salido de la traza del gran arquitecto Alonso de Vandelvira el Joven, fue erigido a principios del siglo XVII por el VIII duque de Medina Sidonia don Manuel Alonso Pérez de Guzmán como panteón propio y de su esposa, encontrándose sus tumbas en la cripta que se encuentra bajo el presbiterio de la antigua iglesia.
Ocupa el edificio el solar (ampliado) sobre el que un día se asentase la estructura de la desaparecida ermita de Belén, la cual cediera su espacio a este templo y diera a su vez su nombre a la Cuesta homónima que este hoy edificio monumental desacralizado corona con su pétrea y blanca presencia desde que en 1628 fuera consagrado como templo cristiano, estando dedicado desde finales del pasado siglo XX a funciones y actividades de naturaleza esencialmente cultural y siendo de titularidad municipal.
Palacio Orléans-Borbón
Coronando la Cuesta de Belén, con portada principal en la intersección de la misma con la barrialteña calle Caballeros, encontramos el Palacio Orléans-Borbón, hoy sede del Ayuntamiento de la ciudad.
Primer edificio de estilo neomudéjar de España, fue construido en la década de los cincuenta del siglo XIX por los infantes-duques de Montpensier, Don Antonio de Orléans-Borbón y Borbón Dos Sicilias, hijo del último rey de Francia, Luis Felipe de Orléans, y su esposa Doña María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón dos Sicilias, hermana menor (y heredera durante algunos años) de la entonces reina de España Isabel II de Borbón.
El complejo ecléctico del Palacio Orléans-Borbón (hoy sede del Consistorio sanluqueño, como señalamos supra) sería el sueño de un duque francés devenido infante de España por matrimonio, y refleja el espíritu romántico de la época en que fuera construido.
En este conjunto monumental se encuentran unidos distintos estilos artísticos y estéticos, todo bajo la batuta imperante del gusto arabista de su propietario y constructor, el infante-duque D. Antonio de Orléans-Borbón, de cuya imaginación y gusto estético (amén de sus experiencias vitales, determinantes para la mera existencia del Palacio) el edificio (en realidad un conjunto de estructuras) y sus jardines históricos (tan dignos de nota como las estructuras construidas) constituirían un muy brillante reflejo.
El estilo neomudéjar (o neo-árabe) habría de encontrar su plasmación primera en nuestro país con este fantástico monumento, enteramente debido a la imaginación (y las experiencias viajeras) de su propietario, un palacio que sería residencia de verano de la rama española de la Casa Real de Francia desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX, cuando finalmente pasaría a ser propiedad municipal convirtiéndose desde ese entonces en la sede noble del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda.
Palacio Ducal de Medina Sidonia
Bajo su blanca y majestuosa presencia, la histórica residencia y sede de la noble Casa de Guzmán, duques de Medina Sidonia, condes de Niebla y señores de Sanlúcar de Barrameda, el Palacio Ducal de Medina Sidonia, hoy día sede de la Fundación Cultural Casa de Medina Sidonia (creada por la XXI duquesa, Dª. Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura) alberga los secretos de más de un milenio de Historia de Sanlúcar y de la desembocadura del río Guadalquivir, el viejo Baetis de los romanos, el Tertis de los tartesios.
Así, dormido bajo los albos perfiles del Palacio Ducal yacen las estructuras de lo que una vez fuera un ribat árabe, testigo y muestra de la presencia islámica en este feraz rincón de Al-Andalus, un edificio acaso erigido originalmente en el siglo IX de nuestra Era como parte de las labores de fortificación de estas costas y de las bocas del río Grande ante la latente (y muy, muy real) amenaza de los hombres del norte, los normandos, los vikingos, quienes asolaron este litoral llegando a remontar en dos ocasiones las aguas del río hasta la ciudad de Sevilla, entonces Isbiliya, a mediados del citado siglo IX. En las alturas del Palacio se encuentra el Archivo General de la Fundación Casa de Medina Sidonia, que guarda literalmente millones de documentos, verdadera esencia de nuestra Historia, y que conforman el enorme legado documental de las diferentes Casas del Ducado de Medina Sidonia, un legado que la XXI duquesa organizara en su día dando forma a un auténtico tesoro documental e histórico conservado para las generaciones futuras en pleno corazón de Sanlúcar de Barrameda.