Apuntes de Historia CDVIX
Manuel Jesús Parodi Álvarez.-Sobre los Guzmanes en la obra de fray Pedro Beltrán (V)
En los párrafos que siguen seguiremos con nuestro acercamiento a la imagen de los Guzmanes que nos se muestra en la conocida obra de fray Pedro Beltrán (compuesta a principios del Seiscientos) cuyo título es “La Charidad Guzmana”.
Continúan las menciones de tono bíblico, heroico o clásico en los versos de este dominico a lo largo del resto del Canto I de su obra, unas alusiones y menciones que plagan estos versos a lo largo de las páginas 48 a 58 de la edición y en las que no nos detendremos ahora por no estar directamente dedicadas a la Casa de Guzmán o al duque del momento, sino a la propia ciudad de Sanlúcar de Barrameda (buscando de ese modo ser un cumplido indirecto).
A este respecto, véase por ejemplo para los encomios beltranos a Sanlúcar de Barrameda el trabajo de José Antonio Calderón Quijano de título “Sanlúcar en la ‘Charidad Guzmana’ de fray Pedro Beltrán”, publicado en el libro coordinado por el profesor Ramón María Serrera Contreras titulado “Sanlúcar y el Nuevo Mundo”. Sanlúcar de Barrameda 1990, pp. 323-332.
Ya en el Canto II (páginas 59-125) habremos de llegar a la página 86 de la edición de la obra para encontrar nuevos elogios directos hacia el Guzmán, comparándosele por ejemplo con “Bodz”, esto es, con Booz, marido de Rut; ambos serían padres de Obed, abuelo nada menos que del rey David; véase en este sentido en el Antiguo Testamento el Libro de Rut.
Igualmente se le compara nada menos que con el gran patriarca bíblico Abraham, con el rey de Ítaca Ulises y con el hijo de Anquises (esto es, Eneas, fundador de Roma), y -algo llamativo- también con el pintor Tiziano, ensalzándose asimismo y nuevamente la piedad cristiana (y el dominio de los mares) de los Guzmanes, diciéndose: “I ordena Dios que el guzman / mas cristiano i capitán / que a hallado el mar feroz / sea de Esta Ruth Bodz / i desta Sarra Abrahan. / Ordena que sea Ulisses / de aqueste Paladion raro / Tiziano de estos matisses / i desta Creusa amparo / como fue el hijo de Anquisess”.
Señalaremos brevemente que nos hemos aproximado al tema del sacrificio del hijo (el tema de Abraham) con anterioridad y en diversas ocasiones, dentro y fuera de estas páginas; desde la perspectiva iconográfica se ha acercado a este tema igualmente Fernando Cruz Isidoro.
No queremos dejar de notar cómo unas referencias tales como las que se hacen en el texto a personajes como Jasón o Ulises nos vuelven a remitir a la imagen de un Guzmán (de nuevo entendido “Guzmán” también como término genérico aplicable a la Casa en su conjunto) de notable y evidente cariz marino, de estrecha vinculación con el mar.
De este modo y de nuevo aquí (como en los versos de las páginas 20 y 21 antedichos), el autor juega a mostrar de este modo el peso y papel desempeñado por los Guzmanes en el ámbito marítimo del Meridión hispano y del Septentrión africano, precisamente sirviéndose de la comparativa con héroes míticos tales como Jasón y Ulises (pertenecientes al horizonte cultural grecolatino, como es sabido), buena parte de cuyas respectivas odiseas tuvieron en el medio marítimo su sustento y soporte material y su campo de acción y desenvolvimiento.
De nuevo y de esta forma encontramos esa raíz múltiple en los encomios a la Casa de Guzmán a la que venimos haciendo referencia (Parodi 2015 y 2020): la figura del “Guzmán” (casi una entelequia en la que subyacen el duque de turno, el fundador de la Casa y el propio linaje de los Guzmanes) se construye a partir de una raíz poliédrica en la que encontramos una base bíblica, una mítica grecolatina y una propiamente histórica.
Para la construcción hagiográfica de los Guzmanes y junto a los considerandos históricos (en el caso del texto de Fray Pedro Beltrán, referencias como las que se hacen a personajes como Hernán Cortés o Tiziano, por ejemplo…), de este modo se recurre a dos grandes ámbitos de prestigio, el bíblico y el clásico (grecorromano), de manera que se manejan unos ámbitos de brillo y de lustre mítico que enlazan a la Casa de Guzmán con la imagen y la estética del Poder desde una perspectiva no solo religiosa.
Continúa el Canto II de los versos del sacerdote Pedro Beltrán con un recorrido histórico por el pasado de Sanlúcar de Barrameda, en una clara búsqueda del prestigio a través de la Historia.
De este modo el pasado más antiguo es objeto de atención por parte del autor, en este caso haciéndose mención de la presencia fenicia, griega y cartaginesa en las tierras sanluqueñas.
Ello lo encontramos en el Canto II, páginas 100 y 101; incluye el autor una disquisición sobre el origen del nombre de Sanlúcar de Barrameda, “Sanluzero, o Sanluzer” (Canto II, página 107); en las páginas 116 a 119 se hacen varias menciones de Venus y del Lucero, de diversas maneras.
En dichas citas hemos de encontrar una referencia -si bien dispersa, lata- al antiguo “Luciferi Fanum” de las fuentes clásicas (como en Estrabón, “Geografía” III.1.9), un espacio sagrado, un templo (“fanum”) que habría de hallarse en el solar hoy sanluqueño.
Todo ello forma parte del discurso de prestigio del solar de la Casa de Guzmán, a la que se vuelven a dedicar versos de encomio en la página 115 de este Canto II, comparándose al Guzmán con Zorobabel, el líder judío que condujo al primer grupo de los exiliados en Babilonia que regresaron a Israel, al que se atribuye haber puesto los cimientos del segundo templo en Jerusalén (en el Antiguo Testamento, en Esdrás 3.2; Nehemías 12.1; Hageo 1. 1, 12, 14; I Crónicas 3. 17-21; en el Nuevo Testamento, en Lucas 3.27 y Mateo 1.1-17).
De este modo (abundando en la analogía con el brillo de la Antigüedad), la Casa de Guzmán sería, de acuerdo con el discurso implícito (y aún explícito) en el texto de Beltrán la restauradora de la pasada grandeza de las tierras sanluqueñas, que han de ser consideradas como las herederas de fenicios, griegos, cartagineses y, también, de romanos.
Y en los párrafos de la próxima semana continuaremos adelante con esta pequeña exégesis del texto beltrano que venimos haciendo en esta serie.