Apuntes de Historia CDLXVII
Manuel Jesús Parodi.-Sobre ‘El viaje de la Manzanilla’. Los textos del CIMA (III)
Continuaremos en los párrafos de hoy con este recorrido por los textos de la exposición del CIMA (el Centro de Interpretación de la Manzanilla), espacio que se ubica en el seno de Las Covachas (monumento sanluqueño emblemático donde los haya), unos textos (en español e inglés) de los que es autor quien firma estos párrafos, lo que nos permite acercarnos a los referidos contenidos con libertad y conocimiento de causa.
Para el CIMA (espacio que presenta además en su ámbito expositivo con algunos contenidos bodegueros cedidos por varias firmas vinateras de la ciudad, lo que enriquece sin duda su presentación) se diseñó un discurso expositivo (diseño en el que participamos) que pudiera plasmar este Viaje de la Manzanilla desde que es aire, viento de Poniente y nubes hasta que se cría bajo el velo de flor en el vientre de las botas, en la quieta umbría de las bodegas sanluqueñas.
Como hemos señalado, este espacio y sus contenidos buscan alcanzar tanto a un público ya conocedor de la manzanilla como al visitante que se acerca a este vino por vez primera, apoyándose la exposición en dos pilares esenciales: las ilustraciones históricas de Arturo Redondo (autor de notables trabajos de ilustración histórica sobre nuestra ciudad) y los textos del autor de esta artículo, un binomio de ilustraciones y textos que conforman buscan narrar de manera armónica el Viaje de la Manzanilla.
La exposición se desarrolla a través de distintas secciones o “Espacios” que cuentan a su vez con diversos Paneles, los contenidos de los cuales buscan animar al visitante a conocer mejor los paisajes y los diferentes -y progresivos- momentos de la vida y crianza de la manzanilla.
En estos párrafos tratamos de acercar al lector a los contenidos textuales del CIMA, con la intención de dar a conocer más y mejor estos contenidos y como forma de animar a los lectores de estas líneas a profundizar en el conocimiento de la manzanilla, un vino verdaderamente singular al tiempo que un elemento esencial de nuestro Patrimonio Cultural.
En los artículos de las semanas anteriores nos acercábamos al “Espacio 1” de la exposición del CIMA y sus dos paneles, y en estas líneas continuaremos con la tarea emprendida abordando los siguientes contenidos de la exposición del Centro de Interpretación de la Manzanilla.
Así, el “Espacio 1”, titulado “Paisajes de la Manzanilla” presenta un “Panel 1”, titulado a su vez “El Viaje del Agua” que se articula en las siguientes secciones: “El Viaje del Agua”, “Los Vientos”, “La Humedad”, “La Tierra”, “Río Adentro” y “La ciudad bodega” .
El “Panel 2” de este “Espacio 1” lleva el título de “Paisajes de la Manzanilla”, y cuenta con las secciones “Tierras Albarizas”, “Marismas”, “Río y Océano”, “Doñana”, y “Uva Palomino”.
Hoy entraremos a considerar el “Espacio 2” del Centro de Interpretación de la Manzanilla (CIMA), un Espacio que lleva por título genérico precisamente el de “La manzanilla”.
Más exactamente consideraremos ahora los contenidos del primer Panel de este segundo Espacio, un Panel 1 titulado “De crianza biológica” y que se organiza sobre las siguientes secciones: “De crianza biológica”, “Ligera”, “Un vino seco”, “Fresca”, “Notas florales. Camomila…”, “Delicada”, y “Notas salinas”, unas secciones todas la cuales giran precisamente en torno a diferentes aspectos de la manzanilla, con unos contenidos que fueron sometidos al criterio de las bodegas sanluqueñas en pro de los valores de la propia exposición.
Pasaremos a continuación a reflejar los textos de este Panel 1 del Espacio 2 del CIMA:
“De crianza biológica”. La manzanilla, primer vino de crianza biológica, que sólo se cría en Sanlúcar de Barrameda, es un vino único en el mundo al ser un vino vivo: la crianza bajo el velo de flor y las lías de sus levaduras hacen de este singular vino algo excepcional y vivo. Las levaduras que van cayendo al fondo, se autolisan y liberan toda su riqueza al vino. Es un vino natural, de una duración mínima de 2 años de crianza, y que en muchos casos es de más años, desde que las soleras se crearon.
“Ligera…”. Con una graduación que oscila entre el 15 y el 17%, la manzanilla es un vino a la vez generoso y ligero, ligerísimo, sin perder un ápice de su carácter. Es, de hecho, el vino más ligero de todos los del Marco, siendo ésta una de sus singularidades esenciales.
“Un vino seco”. Surgida del abrazo del Océano y sus vientos húmedos de Poniente con el Guadalquivir, criada bajo el velo de flor de sus levaduras, pálida y ligera, la manzanilla es, además y singularmente, uno de los vinos más deliciosamente secos que se puedan degustar.
“Fresca”. Su naturaleza ligera, su graduación y salinidad, su espíritu generoso, hacen de la manzanilla un vino fresco, en el que cuerpo y alegría se dan la mano con armonía y elegancia.
“Notas florales”. Camomila… Nacida de la uva palomino, también llamada listán, en la manzanilla reinan notas florales que la hacen más ligera y fresca aún… En la manzanilla, ecos de manzana, de frutos secos, en la manzanilla ecos de camomila y en la manzanilla el sabor natural de siglos de tradición…
“Delicada”. Fresco, ligero, seco, persistente, biológico, la manzanilla es un vino fruto y resultado de unos equilibrios arcanos, de un saber centenario que hace de ella un producto tan rico como delicado, un verdadero lujo para los sentidos.
“Notas salinas”. En la manzanilla se unen el Océano, el río, el viento de Poniente, el Sol, las levaduras y la magia de unas tierras, las albarizas, que fueron fondo marino hace milenios, el fondo de ese “Lago Ligustino” del que hablan los autores romanos de hace 2000 años… Y en esos suelos, acaso la sal de mares antiguos, sal que viñas y cepas convierten en uva, sal que las bodegas sanluqueñas y el velo de flor convierten en manzanilla…
Y en los párrafos de la próxima semana continuaremos abordando los textos del sanluqueño Centro de Interpretación de la Manzanilla (el CIMA).