Apuntes de Historia CCCLXVI
Manuel Jesús Parodi Álvarez.- La cosmografía de España de Hernando Colón y Sanlúcar de Barrameda VI
Daremos hoy fin a la pequeña serie de artículos que hemos venido dedicando en estos últimos textos a la “Descripción y Cosmografía de España” del andaluz Hernando Colón (nacido en Córdoba en 1488 y fallecido en Sevilla el año 1539), y más en concreto a los contenidos que el menor de los hijos del almirante Cristóbal Colón consagra a Sanlúcar de Barrameda en su gran estudio corográfico, una obra compuesta gracias a un notable trabajo de campo llevado a cabo bajo la dirección de Hernando Colón precisamente por los mismos años (1517-1523) que contemplaron cómo se desarrollaba la enorme aventura que había de culminar en la Primera Vuelta al Mundo (1519-1522).
Los párrafos del hijo del almirante, geógrafo, cosmógrafo, erudito, bibliófilo, nos retrotraen a la Sanlúcar de Barrameda del primer cuarto del siglo XVI, los momentos iniciales del reinado de Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, primer soberano de la Casa de Habsburgo de la Monarquía Hispánica y futuro emperador del Sacro Imperio Romano
Se trata precisamente de la Sanlúcar que conocieron Hernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano, así como Antonio Pigafetta y Francisco Albo, la Sanlúcar de Barrameda contemporánea de la I Circunnavegación del planeta.
Ello nos permite hacernos una idea, no por escueta menos significativa e interesante, de cómo era la ciudad -en trazos generales- (entonces aún villa), en los tiempos en los que las naves de la escuadra de Magallanes, la Armada de la Especiería o del Maluco, las naos Trinidad, Victoria, Concepción, Santiago y San Antonio, se hicieron a la mar desde las riberas sanluqueñas con destino a Levante pero navegando siempre hacia Poniente, y en los momentos en los que tendría lugar el retorno a las orillas del Guadalquivir sanluqueño de la nao Victoria, comandada por el vasco Juan Sebastián de Elcano tras haber completado con éxito el que sería el primer viaje alrededor de la Tierra.
El manuscrito original del texto recopilado por Hernando Colón hace ahora medio milenio se conserva en la Biblioteca Colombina, en Sevilla, cuyo origen hemos de buscar en la que fuera la biblioteca personal de ese gran bibliófilo y erudito que fue el compilador del referido manuscrito, Hernando Colón y Enríquez de Harana.
Hemos venido sirviéndonos de la edición de dicho texto que realizase en 1988 el poeta, erudito, editor y librero andaluz José Manuel Padilla, la cual es a su vez facsímil de la que fuera publicada en Madrid en 1910 por la Real Sociedad Geográfica de España.
Dicha edición de Padilla de 1988 se gestó con vistas a conmemorar el 500 aniversario del nacimiento del compilador, Hernando Colón (1488-1988); su texto recoge la siguiente información sobre Sanlúcar de Barrameda (en la página 295 de esta edición de 1988):
[3324] “Sanlúcar de Barrameda es villa de mil trescientos vezy/nos esta en ladera la mayor parte de la villa e por la / parte de la mar esta en llano es puerto de mar e tiene / buena fortaleza es del duque de madinaçidonia e fasta / chipiona ay una legua grande de riberas de la mar que / queda siempre la mar a la mano derecha e fasta rrota / ay tres leguas llanas e a media legua a la mano derecha / queda chipiona e fasta el puerto de santa maria ay tres / leguas llanas de tierra de pan e viñas e fasta xerez de / [3325] la frontera ay tres leguas llanas de tierra de pan e viñas / e a una legua primera están dos torres que se dicen los / alexares en tiempo de moros e fasta trebuxena ay tres / leguas llanas de marisma e tierra de pan e fasta lebrixa / ay cinco leguas de marisma e tierra de pan e fasta chiclana ay seis le/guas e van el puerto de santa maria tres leguas. /
[3326] Sanlucar de Barrameda e fasta puerto rreal ay quatro / leguas e van por el puerto de santa marya tres leguas/…”
No entraremos a considerar de nuevo los aspectos del texto en los que ya hemos entrado a lo largo de los artículos precedentes, que recogen el estatus de villa de la localidad, el número de sus moradores, su naturaleza en dos alturas (Barrios Alto y Bajo de la población) o cómo se distribuye el urbanismo local y cómo el Barrio Alto seguía siendo la zona más poblada de la ciudad, o cuestiones como el señorío de los duques de Medina Sidonia sobre Sanlúcar o su condición de espacio fortificado.
Una buena parte del texto colombino se dedica a recoger y proporcionar las distancias (empleando la legua como medida) existentes entre Sanlúcar y las localidades de su entorno, como forma de ayudar a la localización de la población sanluqueña y como manera (en un mundo en el que no es fácil el acceso a la cartografía y los mapas) de contribuir a que los lectores del texto pudieran ubicar bien a Sanlúcar.
Respecto a la legua, el DRAE especifica que dicha voz procede del latín tardío “leuga”, voz a su vez de origen celta, y este quizá de origen prerromano, y la hora de dar definición a dicha voz “legua”, señala en su primera acepción (1.f.) que es término femenino, y expone la siguiente definición: “Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572’7 m.”.
Las localidades que aparecen mencionadas en el texto colombino no son solamente las limítrofes con Sanlúcar, puesto que junto a Trebujena, Chipiona, Rota, Jerez de la Frontera o El Puerto de Santa María (poblaciones vecinas a Sanlúcar con cuyo término municipal lindan todas) son citadas igualmente otras localidades de la actual provincia de Cádiz que no tienen límites directos con Sanlúcar de Barrameda, caso de Chiclana de la Frontera o de Puerto Real; así mismo y en esta línea se menciona también a la sevillana población de Lebrija.
Otro dato de interés es el que señala así mismo la calidad de las tierras del entorno sanluqueño; esto es, se menciona aquello a lo que se dedican los campos que circundan a Sanlúcar.
De este modo encontramos que entre Sanlúcar y Jerez así como entre Sanlúcar y El Puerto hay tierras de pan y viñas (es decir, encontramos cultivos de cereal y viñedos), mientras en el camino a Trebujena y Lebrija lo que hallamos es la mención de la marisma y, nuevamente, de tierras de pan (cereal), lo que ayuda a hacernos una idea de la realidad económica de la campiña del entorno de Sanlúcar de la I Vuelta al Mundo, cuando Hernando Colón se ocupó de compilar este manuscrito.