Percocho

Articulos, Cultura, José Luis Zarazaga

José Luis Zarazaga .-  Hoy este humilde desarticulista, después de pasar un mes de agosto por nuestra localidad que puede definirse como de infarto, va a retomar un pocos sus diatribas, digamos digitales, y comentaremos un poco la actualidad que nos preocupa día a día y sobre todo un juego de palabras que definirá perfectamente la situación que estamos viviendo en nuestro quehacer diario: “Sanlúcar está empercochá”   

   Es curioso como Sanlúcar siempre está en el candelero informativo, cosa que no me parece nada mal, ya que toda publicidad que se haga de nuestra localidad será siempre bienvenida. Nuestra localidad te recibe con los brazos abiertos y con más mierda que la Casa de la Manca, la cual lavaba al hijo a escupitajos, que le vamos a hacer, la hospitalidad es la hospitalidad y es de bien nacidos el ser agradecidos.

    Es cierto que dentro de la magnanimidad y alegría que manifiesta nuestro pueblo, se cumple el dicho de que te damos la mano y te llevas hasta el pie, hemos visto como se han llevado nuestro pasado a Sevilla, ya que desde las distintas Administraciones se establece como ciencia cierta que Magallanes y el Cano salieron desde Sevilla, nos quieren quitar desde nuestra querida vecina Chipiona la desembocadura del Guadalquivir y como el último de los colmos una empresa de León se quería apropiar de la denominación de patatas de Sanlúcar de Barrameda.

    Y digo yo: ¿Es que nadie se quiere llevar la mierda, la cochambre y el percó que inunda nuestro pueblo?, ¿Señor Ponce, es que no ha pensado usted en solicitar la denominación de origen “Percocho de Sanlúcar de Barrameda”?. Hay  Pillín como  Delegado de Obras y Estropicios, mucha fotito en el Facebook pero lo más grande y más importante de tu gestión se te escapa.

   Bromas aparte tenemos que tener claro que en una ciudad como Sanlúcar que ha duplicado su población en estos meses de verano, los residuos viarios o urbanos, como quieran definirse, no constituyen un problema medioambiental grave pero su sola presencia puede llegar a constituirse como un refererente de contaminación visual a la par que conllevan un posible riesgo sanitario. Sanlúcar no puede seguir siendo un exponente de lo que ya definimos como la teoría de la ventana rota, el concepto de ciudad sucia y el nivel de satisfacción o insatisfacción de los ciudadanos con nuestro pueblo está directamente relacionada con el nivel cultural y también con sus hábitos y costumbres. La Delegación de Obras y Estropicios no solamente debe de realizar un esfuerzo titánico destinando medios materiales y humanos a las labores de limpieza y desinfección, tiene también que incidir en una labor de concienciación y educación a todos los niveles. Este último punto ha sido siempre la hermana pobre de la limpieza urbana, no se ha invertido nunca un euro en conciencia y lo dejamos todo al arbitrio de la típica foto en las redes sociales, lo que conlleva que gran parte de los ciudadanos se piensen que se están cachondeando con un tema de tanta importancia. Teniendo todo esto en consideración si Sanlúcar fuera una ciudad limpia presentaría un crecimiento armónico y ordenado, atraería actividad y sobre todo consolidaría un pilar fundamental para nuestro desarrollo como es el turismo. Sanlúcar en cambio lo que está originando en sus ciudadanos es una actitud de rechazo y una merma en la calidad de vida.

   Vivir en una ciudad limpia, ordenada, sin ruidos y con bastantes zonas verdes es de una importancia crucial a la hora de aportar calidad de vida tanto a los vecinos residentes como a los que nos visitan año tras año. Faltan papeleras en las zonas públicas, contenedores y sistemas de recogida. Amén del vandalismo que impera en nuestras calles y que nadie parece poner remedio. Arreglar esta situación no es solo labor de la Delegación de Obras y Estropicios o de Un Equipo de Desgobierno, aquí debemos de implicarnos todos incluyendo la Descomposición Política y los ciudadanos en general. Debemos de dejarnos de personalismos, cada Delegación Municipal tiene su parte de culpa y debe de asumir las funciones que le correspondan en pro de facilitar un buen servicio, tenemos que lograr que las distintas Delegaciones se impliquen en los objetivos de concienciar ya sea con programas de educación ciudadana o como último recurso con actitudes sancionadoras que obliguen a reflexionar sobre la necesidad de respetar lo que es patrimonio de todos.

    Sería muy interesante que se fomentaran actividades que promuevan el hábito de limpieza y cuidado del medio ambiente  en los centros educativos, que se organicen jornadas de limpieza del patrimonio cultural y medioambiental estimulando así un pilar fundamental de todo esto como es la concienciación urbana.

   Todo lo comentado  es un axioma de la limpieza de nuestra ciudad pero que pasará a ser una quimera si no lo logramos que los ciudadanos hagamos también nuestra parte, debemos de cambiar nuestras actitudes y conducta hacia el servicio que demandamos y que presta el Ayuntamiento, tenemos que colaborar entre todos no arrojando basuras por las calles y jardines, sacando la basura  en el horario prefijado y concienciándonos de que cuanto menos respetemos el servicio que ponen a nuestra disposición más impuestos tendremos que pagar. Tenemos que lograr asumir la siguiente frase: “La Limpieza Pública es labor de todos”

    En fin y como no quiero aburrir a mis sufridos lectores con diatribas imposibles de cumplir quisiera comentar a nuestro querido Delegado de Obras y Estropicios que la Biblia me parece una lectura muy recomendable pero también podemos acudir a los clásicos y le recomendaría lo siguiente “Yo sueño que estoy aquí / destas prisiones cargado, / y soñé que en otro estado / más lisonjero me vi, / ¿Qué es la vida?, un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción / y el mayor bien es pequeño: / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son.” (Calderón de la Barca)

    Y yo voy y me lo creo, ¡Señor dame paciencia!, y hala a seguir soñando.

                       

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