Municipalización

Articulos, Cultura, José Luis Zarazaga

   José Luis Zarazaga.-Antes de comenzar a torturar las neuronas de mis sufridos lectores, este humilde desarticulista quiere desearos a todas/os, que no todes, que tengan una felices fiestas, lo que haré también extensivo al tirano de mi editor Don Pepe Fernández aunque seamos los dos ateos y republicanos por la gracia de Dios.

 En fin, campana y se acabó ya está bien de tanta felicitación y buenos deseos cuando al final siempre vemos que todo esto es una tremenda falsaria, al igual que la política de la cual uno está totalmente asqueado.

     Hoy vamos a tratar un tema un tanto complicado como es la municipalización de servicios, tarea arduamente complicada, mil veces prometidas en campaña electoral y ejemplo culmen de la demagogia de los políticos que nos la venden en período electoral y después mutis por el foro. Caso claro lo vivimos en Cádiz con el Kichi de los Cojones, que mucho prometer la municipalización de servicios y después lo que hizo es todo lo contrario.

    La municipalización de servicios es un concepto que permite a la administración municipal explotar un servicio público de manera directa o indirecta. Ejemplo claro de esta demagogia lo hemos tenido en la pasada campaña electoral cuando se estableció por activa y por pasiva la gestión directa del servicio de aguas y del servicio de ayuda a domicilio. Por desgracia de dichos temas nunca más se supo.

    En este sentido tenemos que tener presente los ataques por parte de las políticas de derechas que intentan convencernos de que el servicio privatizado es más barato para las arcas públicas. Nada más lejos de la realidad, hay que desmontar los mitos y nada más sencillo que hacer una pequeña comparativa digna de todo estudio. Salamanca servicio de recogida de basuras y limpieza, costo de 96  Euros por ciudadano y año, Valladolid, servicio municipalizado, coste de 32 Euros por habitante y año. Siempre teniendo presente que comparten el mismo nivel de limpieza y número de habitantes.

   Curioso el caso de Lora del Río donde el partido Impopular ha optado por municipalizar el Servicio de Aguas debido sobre todo a la mala gestión de la infraestructuras hidráulicas y al sobrecoste que suponía el servicio de aguas para el ciudadano medio. Tengamos presente que las Empresas privadas no son las Hermanitas de la Caridad y Aqualia aquí en Sanlúcar lo que busca y es la rentabilidad económica a costa del bolsillo de los ciudadanos y asumir el menor coste posible en el mantenimiento de las instalaciones de aguas y depuración. Si no me creen pregunten en la zona de La Jara sobre los malos olores que tienen que soportar a lo largo del año  porque Aqualia no ejecuta los protocolos de desodorización ya que estos suponen un coste añadido y una merma de sus tremendos beneficios.

    La municipalización se entiende como una ideología de izquierdas, aunque hay excepciones como la de Lora del Rio, Valladolid, París, Berlín y tantas corporaciones municipales que están invirtiendo el proceso de la privatización. Es una ideología, pero también son datos, y es que una cosa y otra van de la mano. Los ciudadanos de Sanlúcar pagamos un dinero bastante importante para atender servicios públicos, en este caso concreto mediante precio público, en otros casos vía impuestos. Si una gran parte de lo que pagamos tiene que destinarse a rentabilizar las inversiones de una empresa, nos va a salir más caro de todas, todas, ya que el interés de la empresa no es lo público es la del beneficio de rentabilizar su cartera obviando el interés general, por eso es por lo que los ciudadanos de Sanlúcar deben de confiar plenamente en lo público.

    Hace ya más de treinta años gobernando Sanlúcar un partido que se consideraba de izquierdas, concretamente el Partido Socialista se cometió el error de privatizar el Servicio Municipal de Aguas a cambio de un canon concesional que ni mejoró ni sirvió para sanear las arcas municipales. Dicho canon concesional fue renovado por otros 25 años y lo único que se ha conseguido es que la depuradora siga emitiendo sus aromas de Kk y un aumento del recibo del agua que pagamos todos. Unos defenderán que muchas de las subidas las ha sumido el consistorio, pero eso es el chocolate del loro ya que ese dinero que se le paga a Aqualia tiene que salir de partidas económicas que son altamente necesarias para nuestra localidad.

    Si nos leemos los informes publicados por la Asociación de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento, podemos concluir que lo que ocurre en Sanlúcar con la gestión del agua no es un problema estricto  de Aqualia, sino que es un problema creado con la privatización del ciclo integral del agua, que se basa en un sistema especulativo, no productivo y que solo busca la obtención del máximo beneficio económico posible.

    Si el nuevo Ayuntamiento de izquierdas salido tras las últimas elecciones municipales se decidiera por remuncipalizar el servicio, tengamos presente que se encontraría con un servicio que está hecho una porquería, valga la redundancia, tal como pasó en Valladolid ya que no se hizo nada en los 25 años iniciales de concesión y vemos con esta segunda concesión se está haciendo aún menos. Ocurrió en París, ocurrió en Berlín y por supuesto Sanlúcar no iba a ser menos.

     El sistema privatizador es profundamente especulativo porque se concede el servicio a una empresa no para mejorarlo, sino a cambio de obtener un dinero por la concesión, el denominado canon concesional, que apenas se destina luego a mejorar la red. Y el sistema adolece, además, de una falta de control sobre la gestión que hace Aqualia desde el ayuntamiento, que ha acabado por reducir los servicios municipales destinados a ese fin, como parte de su política de ahorro.

   Para Aqualia lo importante es su capacidad financiera para hacerse con un servicio público. Lo que importa no es tanto lo que sabes y ofreces, sino el dinero que tienes para pagar al ayuntamiento. Ejemplo claro el canon concesional  de 80 millones de euros que se pagó al ayuntamiento de Jerez y que no ha servido para mejorar las cuentas públicas ya que sigue siendo uno de los ayuntamientos con mayor deuda de España.

   El Servicio de Aguas tiene que  ser un modelo público, sin ánimo de lucro, porque el agua no es una mercancía.

   Para finalizar demos un pequeño margen de confianza, aunque yo tengo presente al igual que diría Albert Espinoza: “hay promesas y promesas que se las lleva el viento”

   En fin: “la municipalización es prometer por prometer y una vez metido nada de lo prometido”

                                              José Luis Zarazaga Pérez

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