Volviendo a la isla
Un tenderete
Juan Antonio Gallardo «Gallardoski»El espacio que ocupan normalmente las amigas y amigos de una plataforma que afirma, en ripio, aquello de que “gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden” ¡Qué le gusta a la militancia un ripio! Decíamos que ese espacio natural de las reivindicaciones necesarias y justas andaba estaba mañana ocupado por una mesa del partido de la extrema derecha Vox.
Normalmente no miro hacia ningún tenderete por si me piden la firma o me dan la chapa, pero no pude evitar echarles un vistazo hoy a estos del Vox. Podríamos decir que para ficharlos, por si alguna vez tengo que correr cuando pierdan las formas y saquen las antorchas del fascismo a pasear por las calles del pueblo.
De momento las mantienen- las formas- y supongo que habrán sacado a la calle lo más aseado que tienen en la sede: jóvenes con buena pinta y buenas prendas, de esos que veía uno durante el mes de agosto de hace un par de años, volviendo de las fiestas de los palcos en las carreras de caballo, hasta el culo de cubatas y lo que quiera que sea que se meten los pijos para aguantar la noche de juerga. Un par de maduritos, autónomos de pueblo y con suerte que consideran una mierda pinchada en un palo a todo aquel que no haya triunfado una miaja en los negocios, con sus chaquetas de entretiempo y ese aspecto de ir a chasquear los dedos al camarero de la terraza adyacente para pedir de un momento a otro media de gambas en la Gitana . Una señora pija hablando muy fuerte y gesticulando con las manos todo el tiempo, levantando la barbilla y encogiendo la nariz, como si todo a su alrededor apestase a rojo y a emigración. He pensado en la empleada de hogar de esa señora y me ha dado un vuelco el corazón…lo que estará pasando, la pobrecita. Y también he visto a otra señora con la permanente color ceniza echando el rato después de la misa, supongo.
No parecía peligrosos. Pero ¿Lo parecía Franco, con aquella pinta que tenía con el uniforme y la barriguita y la mano alzada como un fascista de parodia? ¿Lo parecía Millán Astray cojo, tuerto y manco como un pirata de Julio Verne? ¿No animarían a la burla de no saber lo que nos hicieron?
Alrededor del tenderete de los de Vox no había ni dios.
Bueno sí; dios estaba, representado en los cartelones esos que todavía nuestro piadoso ayuntamiento no ha tenido a bien retirar de las calles supuestamente laicas, a ver cuándo los quitan, porque como no habrá feria de la manzanilla esta fantasmagoría sacra puede dilatarse hasta el verano.
A mí me da igual, si he de ser sincero que las quiten o las dejen; las fotos están bien, primeros planos del dolor y de la divinidad. Lo que sí he pensado es que a ver si pido cita y hablo con los de la delegación de cultura (si es que hay) y puedo organizar una igual, una exposición, un pasacalles inerte y fotográfico con Jimy Hendrix, Van Halen y Janis Joplin y bueno, para que no me acusen de poco castizo ponemos también al Camarón de la Isla, a Paco de Lucía y a Jesús de la Rosa, el de Triana.
Yo creo que son estos artistas también dioses de nuestra iconografía popular. Seguro que me dicen que sí, que lo hacemos.
En realidad la gente paseaba bastante conforme con la vida en general, como decía Alfonso Sastre y al tenderete de Vox yo creo que el único que le hizo caso fui yo y un señor mayor que los miraba con alguna simpatía.
Pasaban los ciudadanos ignorando el mercadeo de banderas de España y otras chucherías de propaganda. Tal vez ese sea el camino: el desinterés, el ninguneo social, la ironía…porque una bronca les gusta más. Los pone cachondos y estos cuando se ponen palote ya se sabe lo que piensan hacer con el pueblo. Darles por el culo.