En el Candelero
Enrique Romero Vilaseco.- La estafa del pacto PSOE/IU
Las elecciones municipales celebradas el 28 de mayo de 2023 dieron como resultado que 4 partidos políticos, de los 7 presentados, tuvieran representación en el Ayuntamiento de la ciudad. Las formaciones elegidas por los ciudadanos responden a la implantación de los partidos más representativos de España: PP, PSOE y VOX, más IU, que está representado en la corporación sanluqueña desde las primeras elecciones democráticas. Fuera del salón de pleno quedaron Podemos, Vivienda y Trabajo y Adelante Andalucía.
Los resultados en votos son de sobra conocidos por los sanluqueños y lo que luego pasó, es decir, el pacto entre IU y PSOE lo estamos sufriendo desde hace más de un año. Un pacto vergonzante por la guerra mantenida en anteriores mandatos por Carmen Álvarez y Víctor Mora, ahí están las hemerotecas que dejan en evidencia a ambos líderes. El pretexto para pactar: el tan trillado de “parar o frenar a la derecha”, con ese motivo todo es tragable para las dos formaciones y para sus votantes.
No me gusta nada los discursos que hablan de parar, frenar, cordón sanitario y palabrería que utilizan contra otras formaciones políticas, pues éstas son tan democráticas como las demás. La ambición de una alcaldesa que no ganó las elecciones y que por sólo un puñado de votos consiguió estar por delante del PSOE, y de un Víctor Mora al que le ha faltado firmeza y coraje para no dar su brazo a torcer y tragarse a la señora Álvarez que llevó a su partido hasta los juzgados, consigue que cada vez existan más ciudadanos que se queden en su casa sin ir a votar. La señora alcaldesa en diciembre de 2022, en un desayuno de navidad con la prensa, se propuso acabar con la elevada abstención que en cada elección tenía lugar en nuestra ciudad. No creo que el mejor ejemplo para invitar a los sanluqueños a ir a votar sea pactar con aquel a quién castigabas un día sí y otro también llamándolo de todo, menos bonito. Es una estafa, un engaño a los sanluqueños que no nos merecemos tener un equipo de gobierno de 14 concejales, cuyo coste económico es excesivo, por el capricho de Carmen Álvarez de ser alcaldesa y del señor Mora, que da la impresión que no tuvo orgullo ni amor propio, y negarse a firmar este “matrimonio de connivencia” que, más tarde o más temprano, acabará en divorcio.
Hay que recordar la pregunta que le fue lanzada a Carmen Álvarez en la campaña electoral, fue en un acto en el Círculo de Artesanos. En aquella comparecencia le preguntaron si haría alcalde a Víctor Mora en el supuesto caso que sus votos le hicieran falta. Respondió que jamás. Luego vino la trampa, la estafa, el engaño de alguna manera, porque repudiaba dar sus votos al líder socialista, pero aceptar los votos del PSOE para ser nombrada ella alcaldesa ya no le resultaba tan repugnante, ya no sentía cierto “asquito”. Me dirán aquello de que “la política hace extraños compañeros de cama”, que el fin justifica los medios, sin embargo, para un servidor está por encima el honor, la dignidad y la rectitud que el cinismo y la incongruencia. Por eso lo mismo no soy un buen político, porque para llegar a la meta hay que mentir, comulgar con ruedas de molinos, obedecer sumisamente al partido, ser un pelota del amado líder y ser una persona sin principios ni escrúpulos.
Así no es de extrañar lo denostada que está la política y la desafectación cada vez mayor que tiene el ciudadano a ese mundo del “politiqueo”, que al final solamente beneficia a los que están sentados en los sillones de poder. Tanto la señora Carmen Álvarez como el señor Víctor Mora, al igual que Irene García, llegaron a la política y desde el primer día ya cobraban por estar ahí. Eso es llegar y besar el santo.
En cuanto al PP, que sigue sin asimilar que está en la oposición y que ya conocemos cómo gobernó nuestra ciudad, lo tiene complicado para volver al poder, pues sólo con una mayoría absoluta lo puede conseguir. En este mandato ni siquiera cabe la posibilidad de una moción de censura, pues el PSOE nunca se prestará a ello. Así que sólo le queda hacer oposición y esperar 3 años, y a saber qué ocurrirá entonces.
Me queda hablar de VOX, el partido en el cual milito hasta el día de hoy, pero para hablar de sus dos concejales mejor le dedico un artículo completo.