La corrupción, el latrocinio y los privilegios romperán España, no la amnistia
SD.-En las últimas décadas, el Partido Popular (PP) ha enfrentado una marea de más de 50 casos de corrupción, un sombrío legado que ha dejado a más de 500 individuos bajo investigación. Entre los escándalos más notorios figuran el «Caso Gürtel» y la «Operación Kitchen», pintando un retrato sombrío de prácticas corruptas que socavaron la confianza de la ciudadanía.
Muchos de los involucrados han sido juzgados y condenados, resultando de esas numerosas causas penas de cárcel. La Justicia española ha ido más allá al calificar al PP como una banda u organización de entramado criminal, una declaración contundente que involucra a prominentes figuras políticas, incluyendo al ex presidente del gobierno Mariano Rajoy en las presuntas «paguitas» que cobraban en B del PP.
Solo por poner un ejemplo clarificador, -la memoria es esvanecente-, en el caso Gürtel los magistrados de la «Audiencia Nacional condenaron a un total de 23 acusados por delitos como cohecho, malversación, fraude a la Administración, falsedad en documento público y blanqueo de capitales. La mayor pena es para el exalcalde de Boadilla, Arturo González Panero, El Albondiguilla, con 36 años y 11 meses de prisión por la comisión de 18 delitos. El fallo también contempla condenas para el cabecilla, Francisco Correa, y su más estrecho colaborador, Pablo Crespo, con 13 años y medio de cárcel para cada uno. Igualmente establece penas de entre uno y seis años de prisión para exdirigentes del PP como César Tomás Martín Morales y el exdiputado madrileño Alfonso Bosch, así como a los empresarios José Luis Ulibarri, José Luis Martínez Parra y Jacobo Gordon.«
Todos estos casos, ilustran, además de aquellos del PP (61), el resto de partidos políticos en toda España, pero de manera aproximativa (nadie sabe exactamente las cantidades robadas, defraudadas, malversada, etc) se calcula que la corrupción del PP le cuesta a España, a los españoles, más de 124 mil millones de euros o lo que es lo mismo casi la totalidad para pagar las pensiones a todos los jubilados y pensionistas durante un año, o bien el presupuesto de las partidas de gastos de tres o cuatro ministerios. Con la corrupción del PSOE, como aquella de los EREs y otras, bastaría para los presupuestos de otros ministerios.
En el caso que nos trae, la corrupción sistémica, se ha infiltrado en las raíces del Partido Popular, ha llevado a la cárcel a muchos de sus líderes políticos y aunque le costó en su momento la presidencia del gobierno a M.Rajoy, rápidamente la ciudadanía conservadora ha amortizado los latrocinios de la derecha envolviéndose en la roja y gualda y sostener las soflamas incendiarias e intimidatorias de la mayoría de sus representantes en la calle o en el Congreso de diputados, los patriotas que esconden sus declaraciones de la renta y sus riquezas en paraísos fiscales.¿Para cuando ser un español de bien se medirá por los impuestos que paga, que no defrauda, y no por el tamaño de su bandera?
Heredaron España y quieren seguir siendo los caseros de todos los españoles, propietarios de todas sus instituciones y signos institucionales. Baste recordar los eslóganes y cánticos fascistas que se profirieron en todas las concentraciones de la sede del PSOE en Ferraz, algunos con la manijera Esperanza Aguirre, y otros las del ex presidente Aznar que cual Queipo de Llanos incitaba al odio contra los rojos por las ondas de la radio o televisión: «Quién pueda hacer que haga».
La condena de la Justicia refleja no sólo la magnitud de los delitos sino también la necesidad de una reforma estructural para erradicar la corrupción arraigada en las instituciones políticas que el PP se niega desde hace cinco años no renovando el CGPJ porque como dijo Cosidó: «Controlaremos la sala segunda (del Supremo) desde detrás». Mientras Europa pide que se renueve el caducado CGPJ y después se cambie la ley para decidir cómo se nombran a los jueces, el PP se enroca y exige que primero se cambie la Ley. Otra ignominiosa excusa de Nuñez Feijóo para no perder el control de los jueces del Supremo que sumada a la mayoría absoluta de la cámara alta harán todo lo posible para descarrilar la legislatura.
El debate sobre una ley de amnistía ha agregado otra capa a la controversia y una excelente cortina de humo que tapa las vergüenzas de los conservadores para que se hable solo de esa amnistía y de eso sabe mucho la mal educada presidenta de la comunidad de Madrid Díaz Ayuso. Sí, a la que le gusta la fruta pero se niega a seguir comiéndola durante cuatro largos años. La mala educación solo es el mal menor de una política “nacida para matar». Cualquier atisbo de oposición a sus desvaríos, presunta malversación , nepotismo o exabruptos, son siempre muy aplaudidos por los que gustan más magnificar sus testosteronas que sus neuronas.
Mientras que el PSOE y sus socios sugieren que esta futura Ley podría allanar el camino para la reconciliación con los catalanes, PP y Vox temen que se utilice para encubrir los pecados pasados y presentes de la élite política catalana independentista que se iría de rositas y que además rompería el principio de igualdad entre todos los españoles.
La presión y el hostigamiento de las sedes del PSOE en España, principalmente en Ferraz, que ejerce la derecha y ultraderecha, es una carta de presentación para los cuatro años que tanto PSOE como Sumar y Podemos tendrán que soportar. Ya lo hicieron con la formación de Pablo Iglesias desde todos los frentes políticos, judiciales y mediáticos: deslegitimar las urnas y deshumanizar al adversario político pidiéndoles una felación, llamarlos perro, rata u ofrecerles un tiro.
El futuro no está escrito aunque el PP tenga todas las bolas de cristal del Mundo para afirmar que España se romperá, como dijo hace unos días el mesíanico y opusino Mayor Oreja en un colegio concertado: «España no está al borde del abismo, España está en caída libre por un plan suicida cuyo capitán es ETA”. Callan y alientan con su silencio el acoso a sede de otros partidos, los mismos gritos catastrofistas que reaccionarios posfascistas vocean desde hace cuarenta años contra cualquier Ley que emane de un Congreso de mayoría progresista.
A España no la romperá una Ley no nata, ni se rompe la igualdad que nace de la misma Constitución española pero sí saltará en pedazos, ambas, cuando el estado del bienestar se siga debilitando con las políticas neoliberales que la derecha y extrema derecha imponen ya en algunas comunidades, cuando la sanidad o la educación pública sean un remedo de las actuales, cuando los parados no tengan subsidios para protegerse, cuando las empresas y autónomos no se apoyen en las ayudas del Estado para sobrellevar una pandemia, cuando las mujeres y colectivos desfavorecidos no tengan el amparo del país que los vió nacer, cuando se arrojen a los emigrantes al mar, cuando los pensionistas pierda su poder adquisitivos al no revelorizar sus pensiones, cuando las cloacas del estado socavan los principios democráticos en un acoso y derribo a algunas formaciones políticas, cuando el pensamiento único embozado con la capa de la libertad se imponga sobre la sociedad… entonces se tendrán todas las papeletas para la debacle futurista que desde el PP y Vox proponen porque su seguridad asertiva en el futuro de España es tal que quieren comprar todas las papeletas que les garanticen la jibarización del Estado, la desprotección social y la Caridad, pues los ingentes recursos empleados en Justicia Social son un lujo que no se pueden permitir cuando están en el poder. Su enquistado tramado corrupto y la obediencia debida a los que le deben sus sillones les impide honorar la labor que les encomiendan todos sus votantes de buena fe en el ejercicio contractual al depositar sus votos.