La extinción de los dinosaurios
José Antonio Córdoba.- ¿Quién no habrá leído las tesis o hipótesis sobre la extinción de los dinosaurios? Pues, no voy a presentar aquí ningún tratado al respecto. Pero sí que referiré la extinción de estos habitantes primigenios de nuestro planeta.
Desde hace años vengo manteniendo y según “avanzamos” socialmente, más me reafirmo en ello, que: “El ser humano vive en la utopía de esconder bajo la alfombra de la inteligencia, de la inventiva, de las nuevas tecnologías, etc., su naturaleza animal. Hipócrita conducta que nos mantiene ciegos ante una realidad indiscutible”.
Hoy me siento a escribir, con la noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de una de las dos hermanas desaparecidas en Canarias. Una noticia que ya presagia el devenir de la otra peque. Como padre me resulta incomprensible que el ser humano llegue a comportarse con tanta crueldad, más cuando son tus hijos. ¡OJO!, madres y padres ¡asesinos!, no me vengan ahora con que solo los padres somos los asesinos, que para sandeces ya están los políticos.
La esperanza en la supervivencia de la raza humana, es algo que hace milenios que se perdió. Hoy que tanto se habla de COVID, nosotros somos el virus más mortal que deambula por este planeta, y nada más pensar en que, soñamos con colonizar el espacio, siento tristeza por cuantas especies pudieran cruzarse en nuestro camino galáctico.
La conductas violentas de este tipo de individuos/as, es algo que la propia sociedad está fomentando, es como quien agita conscientemente un avispero con la creencia de que las agitadas abejas se lo tomarán de buen grado y no le atacaran. Nuestro comportamiento se está volviendo más viral, más radical y lo peor, es que encima acogidos/as al amparo de la mal llamada “Justicia”, estos/as asesinos/as viven a cuerpo de rey en cualquiera de las prisiones del Estado, incluso con protección frente a las agresiones, ¡bien fundadas de otros reclusos!, y, todo, porque estos indeseables tienen -y esto es para partirse el culo-, tienen DERECHOS. ¿Dónde estaban los derechos de la niña de Canarias?, por ejemplo. Sus derechos, esa “protección” al menor reposaban junto a ella en la bolsa vacía que sostenía el ancla.
Hoy en este país, es más fácil y gratificante delinquir, asesinar, que vivir correctamente.
La semana pasada escribía en defensa de la figura paterna, sin esperarme esta noticia, que como hombre, como PADRE, me duele, me apena, porque como tal, no me cabe en la cabeza este tipo de conducta. Una conducta que la Ley, premia con la cárcel. ¡VENGA YA!
Hoy estoy convencido, de que los dinosaurios desaparecieron de la faz de la Tierra a manos de nuestra especie. Porque somos más carroñeros que el propio Tyrannosaurus rex.
Solo deseo y espero, aunque mis ojos no lo verán, que si hay una especie inteligente en el espacio, tenga a bien erradicar cualquier intento de nuestra especie por abandonar este satélite natural.
Como hombre, me dirán que no generalice, si fuera mujer me aplaudirán por hacerlo, me darían una paguita y vete a saber si un piso, una concejalía o un escaño. Pero lo triste de toda esta mal aplicada y vendida como cualquier puta (https://dle.rae.es/puto) en un polígono cualquiera Ley de Igualdad, se ha convertido en la hoja de la guillotina que penden sobre cualquier hijo o hija. A las pruebas me remito, OLIVIA; MIRIAM, TOÑI, DESIRÉ; MARI LUZ CORTÉS; MARTA DEL CASTILLO; RUTH y JOSÉ; ASUNTA; DIANA; GABRIEL…
Mientras los “adultos” políticos juegan a calentar sus sillones, a mirarse el ombligo, a colgar a los jueces en un tablón de anuncios, ¿QUIÉN PROTEGE A LOS NIÑOS? ¿La ONU? ¿BOB ESPONJA?…