Monetizar ser un barril de mierda
Quien un día después de la crisis de Ceuta pone un micrófono a Santiago Abascal frente a la valla para que esparza su mierda y su odio lo hace para que otros hagan el trabajo por ella.
Hoy en día podemos recrear cuál sería nuestra posición ante la barbarie porque estamos sometidos de forma constante a estímulos que mediante representaciones de dilemas morales nos sitúan en la tesitura de tomar partido. Las redes sociales nos exponen con fractales de representaciones de guerra, crueldad, compasión y miseria estableciendo un combate dialéctico virtual en el que vence la batalla quien consigue hacer hegemónico su mensaje ante la opinión pública.