Apuntes de Historia CCCXLVIII
Pensando Sanlúcar
Manuel Jesús Parodi.-Siempre es una buena ocasión, un momento propicio para reflexionar, para pensar, acerca de lo que nos une, sobre todas las cosas que nos hacen formar parte de una comunidad, sobre las señas de identidad comunes en una ciudad, en un pueblo, en un grupo humano, entre personas que forman parte de (y dan forma a) un mismo cuerpo social.
La Historia es siempre una buena razón, una buena causa, para centrar el interés en lo que nos une; ahora que parece haber tantas cosas que nos separan, que nos dividen, la reflexión sobre los hechos históricos viene a poner sobre la mesa la existencia innegable de unas señas de identidad comunes, de unos elementos tangibles de unión que no pueden ser discutidos y que nos hacen tomar conciencia de que no somos solos, de que no estamos solos, de que somos parte de un todo mayor, de una comunidad, que sólo se entiende si la concebimos y la comprendemos como un todo no uniforme pero sí unitario.
En estas páginas, y desde hace casi una década, celebramos nuestra Historia y también celebramos nuestra identidad, lo que nos une, lo que fuimos y lo que queremos ser, una localidad pujante, llena de futuro, plena de esencias, luminosa en todos los sentidos, consciente de su Historia y de sus valores y virtudes, una comunidad sólida.
Sanlúcar de Barrameda es una comunidad cultural e histórica que trasciende en su Historia de los límites administrativos actuales de su término municipal y que se asoma al Atlántico y la desembocadura del Guadalquivir desde el alba de los tiempos, como muestra su riquísimo Patrimonio Histórico, y -en lo que atañe a su antigüedad- como pone de manifiesto en especial el conjunto de su centenar largo de yacimientos arqueológicos catalogados y registrados en el primer volumen de la Carta Patrimonial de Sanlúcar de Barrameda, que se ocupa precisamente del Patrimonio Arqueológico local.
Sanlúcar es una ciudad acostumbrada a que no le regalen nada y a conseguir sus metas con mucho esfuerzo, formada por una comunidad humana industriosa, trabajadora, honesta, laboriosa, que remonta su identidad a siglos y siglos atrás, que es -y que se sabe- heredera de aquellos tartesios del Santuario de La Algaida y de aquellos fenicios del yacimiento de Évora, de aquellos romanos del templo del Lucero, y de aquellos almohades que construyeron el ribat del Palacio Ducal de Medina Sidonia.
Sanlúcar ha sido históricamente el auténtico vértice del “Cabo Cañaveral” de la Modernidad (el eje conformado por el Golfo de Cádiz y el curso bajo del río Guadalquivir), el verdadero eje neurálgico desde el que partían las expediciones que dieron forma a mundos nuevos allende los mares, expediciones como las navegaciones colombinas y como la “Armada del Maluco” de Magallanes-Elcano, que zarpando desde Sanlúcar en busca de las Islas de las Especias en septiembre de 1519 completaría, volviendo a Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1522, la Primera Circunnavegación del planeta Tierra hace ahora nada menos que medio milenio, una vocación marítima, marina y marinera, bien encarnada aquí hoy por toda su gente de la mar.
Es el pueblo el que, entonces como hoy, da forma a la ciudad, personas del pueblo como los que componían las tripulaciones de los barcos de la Expedición Magallanes-Elcano, gente honesta y trabajadora, positiva y luchadora como son los protagonistas de tantas hojas, de tantas páginas de nuestra Historia, de nuestra microhistoria, de nuestra intrahistoria.
Un viaje que tuvo una naturaleza múltiple, de modo que en una parte muy relevante de su idea primera se cuentan los innegables intereses y fines económicos, como el de la búsqueda de las especias en las islas del Lejano Oriente, algo que encontró en Sanlúcar su punto de partida no casualmente, ya que la nuestra ha sido siempre una tierra trabajadora e industriosa y uno de los rasgos que definen a los sanluqueños es su espíritu emprendedor y su vocación cosmopolita, algo que tanto tiene que ver con el hecho de que Sanlúcar de Barrameda haya acogido a gentes de todas las procedencias y orígenes a lo largo de la Historia, desde la Antigüedad hasta nuestros mismos días.
Tal viaje, el de la I Vuelta al Mundo, forma parte de ese mundo de las grandes exploraciones y navegaciones oceánicas que llevaron y trajeron bienes y personas a lo largo y ancho del mundo, y que también dieron forma, por ejemplo, a esos cantes de Ida y Vuelta de los que tanto sabe Sanlúcar de Barrameda, unos cantes que son parte de esa Historia que ahora celebramos con la Conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, ya que la identidad de Sanlúcar tiene en la cultura uno de sus pilares y en el Flamenco una de las principales referencias y señas de identidad culturales e históricas.
Los protagonistas de la I Vuelta al Mundo pudieron ver nuevos mares, nuevas luces y paisajes tras conocer Sanlúcar, escenario privilegiado desde el que zarparon las naves de la Expedición Magallanes-Elcano el 20 de septiembre de 1519, hace ahora más de 500 años, y adonde regresó la nao Victoria, única superviviente de la gran aventura de la I Circunnavegación, bajo el mando de Juan Sebastián de Elcano, el seis de septiembre de 1522, de lo que se cumple en estos años nada menos que medio milenio de Historia.
Un viaje, el de la Primera Circunnavegación, que demostró que el ser humano está por encima de fronteras, algo de lo que bien sabe la ciudad de Sanlúcar que históricamente ha trabaja poniendo el acento en lo que une a propios y extraños a la hora de configurar una comunidad, más allá de consideraciones de cualesquiera naturaleza.
Así, el carácter del sanluqueño bien puede deberse a que los sanluqueños han estado acostumbrados a lo largo de su Historia a recibir a gentes de las más diversas procedencias, lo que ha hecho a los sanluqueños solidarios y acogedores.
Sanlúcar es Historia, es monumentos, y es paisaje, marisma, río, playa, mar, y son las Carreras de Caballos más antiguas de España, en la playa, en la orilla del Guadalquivir, y es su agricultura, sus arenas finas, y su pesca, sus trabajadores, su hostelería, su restauración, sus empresarios, sus bodegas, su Manzanilla, reina de los vinos…