Del ruido a la mentira: la deriva trumpista del PSOE de Víctor Mora en Sanlúcar

Editorial SD, Sanlúcar Digital, Sin categoría

SD.-La reciente nota de prensa del Gobierno municipal denunciando la campaña del PSOE local encabezado por Víctor Mora vuelve a situar a este partido en Sanlúcar ante su propio espejo para responder a una cuestión esencial: qué tipo de oposición se quiere ejercer en Sanlúcar y hasta dónde está dispuesto a llegar Víctor Mora para ocultar responsabilidades propias y su incierto devenir político que le garantice un futuro laboral estable.

La colocación de una valla publicitaria de grandes dimensiones, con un montaje fotográfico destinado a ridiculizar a la alcaldesa Carmen Álvarez, no es fiscalización política ni crítica constructiva. Es una estrategia de descalificación personal, propia de una política de confrontación vacía, más cercana a los métodos del trumpismo —basados en la burla, la manipulación y el ruido— que a una oposición democrática y responsable.

Pero el problema de fondo no es solo la forma, sino la mentira sistemática que el PSOE de Víctor Mora viene sosteniendo sobre la situación económica del Ayuntamiento de Sanlúcar.

El PSOE afirma que la deuda de 108 millones de euros heredada de la nefasta gestión del PP fue liquidada por los gobiernos socialistas entre 2007 y 2024. Eso es rotundamente falso. Lo que el PSOE hizo no fue eliminar la deuda, sino reestructurarla, ocultarla y transformarla en otras figuras contables, deuda bancaria, trasladando su impacto a generaciones futuras.

Especialmente grave es la manipulación del remanente negativo de tesorería que sostienen año tras año, ciñiéndose al principio propagandistico goebbeliano, que : «Una falsedad, si se repite de forma sistemática y masiva, acaba siendo aceptada como verdad por amplios sectores de la población«. El PSOE sostiene que no existe remanente negativo y que incluso es positivo en 5 millones de euros a finales de 2024. Sin embargo, la realidad es bien distinta: Víctor Mora convirtió el remanente negativo en deuda pública, generando una carga superior a los 60 millones de euros, que los sanluqueños estarán pagando hasta el año 2040.

No se eliminó el déficit: se disfrazó.
No se saneó la economía municipal: se aplazó el problema.
Y no se protegió a la ciudad: se hipotecó su futuro.

A esto se suma otro hecho que el PSOE silencia deliberadamente cuando compara a Sanlúcar con otras ciudades hermanas que han recibido ayudas de los fondos europeos. Esas ayudas pueden generar endeudamiento posterior, como ya ocurrió con los planes de empleo de la Junta de Andalucía gestionados por gobiernos socialistas y que el ayuntamiento de Sanlúcar en abril de 2024 tuvo que pagar más de 2.5 millores de euros para hacer frente a las sentencias de tribunales favorables a los trabajadores. Aquellos fondos dejaron una deuda social y económica que no asumió el PSOE, sino el posterior gobierno de Carmen Álvarez e Izquierda Unida, en coalición todavía, que tuvo que indemnizar a trabajadores de estos planes de empleo con un préstamo porque cobraron salarios inferiores a los de sus compañeros por la mala gestión de dichos programas y que el PSOE ni atendió ni apoyó las demandas de estos trabajadores, interpuestas en los tribunales de justicia, cuando gobernaban la ciudad.

Esa deuda —económica, social y moral— la pagaron los sanluqueños, no quienes tomaron las decisiones.

Resulta, por tanto, profundamente irresponsable que hoy Víctor Mora exija lo que antes gestionó mal, oculte las consecuencias reales de ese modelo y utilice la mentira económica como arma política. No se puede hacer oposición falseando datos, maquillando cifras y recurriendo al ataque personal.

Sanlúcar tiene problemas reales: obras inacabadas heredadas, como El Castillito, El mirador V Centenario en Los Montañeses, la reapertura de la Ciudad de los niños y niñas, infraestructuras pendientes, y una situación financiera compleja que exige rigor, verdad y responsabilidad. Frente a eso, el PSOE local, responsable de todos esos retrasos, ofrece vallas publicitarias, montajes ofensivos y discursos que no resisten el mínimo contraste con los hechos.

La crítica política es legítima y necesaria. La mentira contable, la manipulación del pasado y la degradación del debate público no lo son. Cuando se cruza esa línea, no se debilita al Gobierno municipal: se debilita la democracia y se insulta la inteligencia de la ciudadanía.

«…la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira, como el aceite sobre el agua».

Don Quijote de la Mancha Capítulo X

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