Sanlúcar acoge por segundo año consecutivo los Premios internacionales del Flamenco
La cita ha tenido lugar en el Castillo de Santiago
Sanlúcar ha acogido esta mañana, por segundo año consecutivo, la gala de entrega de Premios Internacionales del Flamenco que otorga la Escuela de Flamenco de Andalucía (EFA). Se trata de la VI edición que se celebra, además, coincidiendo con el Día Internacional del Flamenco.
Al acto han acudido el primer teniente de alcalde, Javier Porrúa (Cs), el delegado de Cultura y Fiestas, Manuel Lobato (Cs), y Teresa Rúa (PSOE). Lobato ha aprovechado la ocasión para trasladar su agradecimiento a la EFA por elegir Sanlúcar como sede de estos premios con repercusión internacional “dar las gracias por habernos creído merecedores, un año más, de tener el honor de disfrutar hoy, entre estas paredes de piedra, que rezuman historia nuestra y de la humanidad, de la presencia de cuatro grandes del flamenco”.
Por otro lado, el representante Municipal de Cultura y Fiestas ha expresado que “Sanlúcar es una ciudad tan del mundo; ya que de ella salió y arribó aquella odisea Magallánica a la que Elcano puso punto y final en la arena blanca de sus playas”. También es, según explica Manuel Lobato “tan del flamenco, a un tiempo, desde aquellas voces inolvidables, como la de Encarnación Sayago, hasta la de una guitarra única e inigualables que llevó, lleva y llevará camino de lo eterno, unidos para siempre, dos nombres grabados en su palo como Manolo y Sanlúcar”.
La EFA distingue desde hace seis años a personalidades de cada una de las ramas del flamenco y además a quienes trabajan en el ámbito de la investigación sobre nuestro patrimonio musical. Este año los galardonados son la cantaora Carmen Linares, el guitarrista Manuel Morao, la bailaora Carmen Ledesma y el investigador portuense Luis Suárez.
Carmen Pacheco Rodríguez
Nadie mejor que Carmen Linares para defender el Premio Internacional de la EFA, a la maestría del cante, por una trayectoria de esfuerzo, estudio y dedicación. Nacida en 1951 en la ciudad jiennense de Linares, hizo su carrera en Madrid, donde reside y es la gran maestra del cante. Es una cantaora estudiosa que no se ha conformado con vivir del cante, sino para el cante. Esa dedicación le llevó a hacer una obra discográfica de enorme valor artístico, que es un espejo para los jóvenes intérpretes de la actualidad. La EFA ha tenido en cuenta todo eso a la hora de darle el Premio Internacional al Cante, a sabiendas de que no se equivocaba. La de Linares es ya, por derecho propio, una de las grandes voces de la historia del cante flamenco.
Manuel Moreno Jiménez
Manuel Morao recibe el Premio Internacional de la EFA por una trayectoria impecable de guitarrista de acompañamiento al cante y al baile, llevando el toque de Jerez por el mundo entero durante décadas, bien como artista o como empresario. Nacido en el Barrio de Santiago de Jerez en 1929, es hoy el gran maestro, el decano, que disfruta de un merecido descanso alejado de los escenarios. Encarna los valores del artista flamenco genuino, comprometido y crítico, y es el pilar principal de los Moraos de Jerez, una escuela de maestros del toque como él mismo, su hermano Juan –padre de Moraíto Chico–, o el actual Diego del Morao.
Carmen Ledesma Machito
A la hora de premiar el baile había que buscar no solo a una gran bailaora, que lo es, sino a alguien que ve el flamenco como un arte sin fronteras. Carmen Ledesma es una artista sevillana de mucho carisma entre sus propios compañeros, y una bailaora de las de raza. En ella no hay nada más que arte, entrega y autenticidad. Hace bandera de su sencillez, pero ha bailado en los mejores teatros del mundo y con los mejores artistas. Además, es capaz de ser la misma bailando en una modesta peña flamenca o dando un curso en Japón. Nacida en 1956, lleva toda su vida bailando y ejerciendo la docencia por el mundo. O sea, siendo flamenca de las de rompe y rasga.
Luis Suárez Ávila
El Premio Internacional de Investigación Flamenca no podía ir a mejores manos que las de este abogado e investigador portuense, nacido en El Puerto de Santa María en 1944. Es el primer especialista de los antiguos romances, de tanta importancia hoy en el arte flamenco. Sus aportaciones en congresos, revistas y periódicos son incontables, y sus vivencias le convierten en una persona fundamental. Gran admirador del mundo gitano, entre sus obras están las Noches Flamencas del Puerto de Santa María, en el inicio de los años setenta, con unos carteles que hoy sería imposible de poner sobre un escenario.