Isabel o libertad
Pepe Fernández.-Reconozco que el título de este revuelto es tan simple como la protagonista, a nuestro pesar y el de la mitad de los madrileños, la señora presidenta de la comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso.
La simpleza mental e ideológica de esta demagoga política trumpista que denuncia, por ejemplo, que los comunistas privatizarán lo público, solo es equiparable a aquellos que llaman dignidad al transfuguismo y dejan en manos de la ultraderecha el designio de la educación en la región murciana en aras de detentar el poder económico y político por la misma vía que utilizaron los perdedores en las autonomías que hoy gobiernan con la muleta de Vox y que en Murcia se sentarán en la bancada del gobierno regional.
El movimiento de Pablo Iglesias, en contra de lo que pudiera parecer, ha cogido a contrapié a Ayuso que ya se las veía muy feliz con una supuesta mayoría absoluta, con o sin Vox, en la Asamblea madrileña, por lo que tuvo que remover su eslogan publicitario de socialismo o libertad por comunismo o libertad.
Que Ayuso intente volver a las andadas por el miedo a un comunismo, que hasta donde sabemos hoy, no nos ha privado de ninguna de las libertades de las que ya se conquistaron, justo cuando esta señora nació, muy al contrario, fueron los comunistas los que dejaron sus vidas para defender esa libertad cuando en España gobernaba, por la gracia de dios Francisco Franco.
Nuestra Historia reciente está llena de españoles que durante más de 40 años sufrieron persecución, cárcel, tortura, aislamiento social y muerte, ellos y sus familias que encajaron con la dignidad que les sobraba los daños colaterales de un gobierno fascista surgido de una guerra civil y un fallido golpe de estado.
Hasta la aprobación de la Constitución española, en las cárceles de nuestro país sufrían condena hombres y mujeres por los terribles delitos de pertenecer a alguna asociación política o sindical de izquierdas y ahí los comunistas y su movimiento obrero de CCOO eclipsaron a todos los que posteriormente se sumaron al carro de encarcelados o depurados por el régimen franquista, los menos.
Sin la aceptación de las reglas del juego por parte del PCE, la transición hubiera sido imposible, renqueante o fallida.
Los que no dudaron en votar NO a la Constitución, el (50%) de los diputados de AP el 31 de octubre de 1978, herederos, todos, del régimen que acababa de fenecer y sus cachorros de hoy, no pueden, ni tienen autoridad moral para denigrar a los luchadores de la libertad que aceleraron el proceso democrático en unos momentos muy difíciles de nuestra Historia a cambio de sacrificios inenarrables.
Hasta hace unas semanas dirigentes del PP denunciaron al vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, por sus declaraciones en las que afirmaba que España no era una democracia plena, pero en el último de sus exabruptos la dirigente conservadora madrileña, con su eslogan, convierte a España en una república bananera sin libertades porque un profesor universitario de izquierda se sienta en el Consejo de ministros. Un partido que legisla una Ley mordaza, crea la policía patriótica para perseguir a adversarios políticos, enemigos diríamos, es declarado corrupto por los jueces, tiene más de 800 casos aislados por presunta corrupción, vive de sobresueldos, caja B y tamayazos no tiene argumentos para hablar de libertad sino es la suya creada ad hoc para sus propósitos delictivos.
Si la señora Ayuso nos pone bajo los pies de los caballos con su dilema “Comunismo o libertad”, algunos que nunca abrazamos esa ideología, estaremos decididos a seguir apoyando a los que se toman estas cosas en serio porque usted y su partido podrán corromper comprando voluntades, pero no comprarán la Historia. Todavía hay miles de muertos en fosas de toda España, -«huesitos» les llaman ustedes,- miles de españoles y españolas que sufrieron prisión, tortura, que lucharon para liberar Europa del fascismo, que lo dieron todo. Y merecen un respeto que de seguro no vendrá de usted, pero valga esta cuartilla para homenajear a todos ellos.