Varapalo ambiental al Puerto de Sevilla

Ecología

La Declaración de Impacto Ambiental confirma la inviabilidad ambiental del Puerto de Sevilla como puerto marítimo de gran calado.

La reciente Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto Eurovía del Guadalquivir, promovido por la Autoridad Portuaria de Sevilla y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), supone un nuevo y contundente revés a las pretensiones del Puerto de consolidarse como puerto marítimo de alta capacidad a 90 kilómetros de la costa.

Desde Ecologistas en Acción de Andalucía se subraya que la resolución ambiental no es un mero ajuste técnico, sino una confirmación clara y reiterada de la inviabilidad ambiental del modelo portuario que la Autoridad Portuaria insiste en imponer. A juicio de la organización ecologista, la DIA vuelve a dejar en evidencia el intento del Puerto de Sevilla de mantener, cueste lo que cueste y le pese a quien le pese, su condición de puerto marítimo de gran calado en un estuario profundamente alterado y ecológicamente al límite, ignorando de forma sistemática las advertencias científicas y los impactos acumulados sobre el río Guadalquivir.

La resolución desaconseja de manera expresa los principales elementos que el Puerto presentaba como supuestamente novedosos para permitir la llegada de buques de mayor calado sin recurrir a un dragado de profundización. En particular, la DIA no autoriza la construcción de un muelle de parada intermedia que permitiría el acceso de grandes buques aprovechando dos mareas, debido a las incertidumbres existentes sobre los efectos ambientales del incremento del tráfico marítimo y de la propia infraestructura proyectada.

El proyecto planteaba además la realización de nuevos dragados y el vertido de una parte sustancial de los sedimentos extraídos —en torno a 500.000 metros cúbicos— en las márgenes del río. Las dudas sobre la estabilidad de dichas márgenes han llevado al órgano ambiental a exigir una reducción muy significativa de los volúmenes movilizados. Así, la DIA limita la actuación a poco más de 300.000 metros cúbicos, frente a los más de 800.000 contemplados en la propuesta inicial, dejando únicamente abierta la puerta a nuevos estudios que justifiquen futuras intervenciones.

Para Ecologistas en Acción de Andalucía, esta decisión vuelve a evidenciar que el Puerto de Sevilla choca una y otra vez con los límites ambientales del estuario, pese a los reiterados intentos de sortearlos mediante proyectos parciales y modificaciones sucesivas. No obstante, advertimos de que la DIA no cierra definitivamente el conflicto, ya que mantiene la posibilidad de que nuevos estudios permitan sostener el actual estatus de preponderancia de los intereses portuarios frente a los del resto de sectores económicos y frente a la salud ambiental del río.

Recordamos que el Puerto de Sevilla ha sido el principal agente de transformación del estuario del Guadalquivir en los últimos 200 años, mediante actuaciones de rectificación del cauce y sucesivas “cortas”. Entre ellas destaca la desconexión del brazo central del río respecto a sus dos brazos laterales —el del Este y el de la Torre— que delimitaban las islas Mayor y Menor, alterando gravemente el funcionamiento natural del estuario.

En este sentido, Ecologistas en Acción de Andalucía señala que la medida más importante para frenar esta política de hechos consumados fue la recomendación de la comisión de expertos creada tras el anterior proyecto de dragado de profundización, conocida como el legado de Miguel Ángel Losada. Dicho informe proponía la reconexión de los brazos históricos del río, especialmente el brazo de la Torre, una actuación ya prevista en el programa Doñana 2005 y aprobada por decreto, por lo que debería haberse ejecutado hace años.

El incumplimiento de esta obligación legal es, según nuestra organización, la clave del principal problema ambiental del estuario: la elevada turbidez del agua, causada por la resuspensión de sedimentos asociada a los dragados sistemáticos y al aumento de la fuerza de la marea en una ría cada vez más profunda. La recuperación de los brazos históricos permitiría equilibrar las entradas de marea con las salidas de agua dulce, reducir la erosión del fondo y avanzar hacia un estuario más transparente y biológicamente más productivo.

Ecologistas en Acción sostiene que, si se llevaran a cabo estas renaturalizaciones obligatorias, el Puerto de Sevilla se quedaría sin el caudal necesario para sostener sus actuales pretensiones y no tendría más opción que adaptar el tránsito de buques a calados sensiblemente menores. Lejos de suponer un retroceso, consideramos que este cambio abriría la puerta a un modelo más equilibrado y justo.

Un río limpio y vivo, concluimos, se traduciría en más pesca en en la Reserva de Pesca de la desembocadura del río Guadalquivir y todo el golfo de Cádiz, menos problemas para la agricultura y la acuicultura marismeñas y una regeneración de playas más eficaz, natural y económica, en beneficio del conjunto del territorio.

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