Cartas de una sombra. El chavismo sanchista
José Antonio Córdoba.- Si en los últimos años con la aparición de PodemosIU se difuminaba, se diluía políticamente. Con Sánchez el socialismo no es que se haya difuminado, ni diluido, simplemente es una rosa que se ha marchitando, donde no está quedando ni las hojas secas de lo que fuera el socialismo.
Ya era cuanto menos, chistoso, leer editoriales donde se refería que la victoria del Sánchez en las elecciones del 19, lo convertían en el referente del socialismo europeo. “Ahora entiendo que Putin quiera tomar Europa, pues tiene a Sánchez por ídolo”, comentario irónico, que quizás llegue a ser cierto.
Hoy en una cuarta parte del mundo, y en muchos sofás, se tacha a Putin de criminal de guerra, y no quiero quitarles la razón, tampoco dársela. Es fácil hablar y criticar la situación de otros lugares, desde la comodidad y el confort de nuestros hogares, ajenos a la cultura e historial de los mismos.
Se nos llena la boca con Putin, y se nos cae la lengua en el culo, con las traiciones de Sánchez, ya no solo a sus votantes, sino a lo que debería de representar que es la nación española. El socialismo español se llenaba la boca acusando a Juan Carlos I, como el gran traidor al pueblo saharaui, tras abandonar España el Sahara.
¿Qué dicen estos socialistas, boca anchas, de su presidente? Aseguraba González que el socialismo español defendería los intereses de los saharauis hasta la victoria. Seguramente, González, al hablar de victoria se refería a la de su lacayo, Sánchez.
España, acabará siendo provincia del norte de Marruecos, si este indeseable líder socialista sigue al frente del Gobierno de nuestra Nación.
Por cierto, que Ceuta, Melilla y las Canarias, vayan tomando nota, ahora ha sido el Sahara, mañana les tocará a estos.
En fin, seguramente la izquierda española será un referente en Europa, pero no por una ideología clara y concisa. Ni porque sus líderes sean ejemplo de cordura y lealtad con quienes le han votado, ni con el pueblo que “gobiernan”. Europa tiene claramente dos enemigos a las puertas, al Este Putín, que ahora ya no es rojo, ni comunista. Y por el sur, al chavista Sánchez, que ni él sabe que es, si rojo descolorido o rosa de jabón en té moruno.
Europa se enfrenta a una situación muy similar a la histórica del año 1000.