Apuntes de Historia DXXXV
Manuel Jesús Parodi.-De nuevo sobre el actual territorio de Sanlúcar y la Antigüedad (VI)
Venimos considerando en los últimos párrafos de esta serie el que sin duda puede ser considerado como uno de los más significativos y relevantes documentos epigráficos que nos ha legado la Hispania romana (en términos absolutos), un documento metálico que la Historiografía española ha denominado tradicionalmente como “Bronce de Bonanza”, cuestión y materia a las que ya nos hemos acercado en ocasiones anteriores dentro y fuera de estos párrafos.
Aparecido el año 1868 en la zona de Bonanza (en lo que se califica como un hallazgo casual), fuera de contexto arqueológico preciso, este documento broncíneo sería estudiado ya en los propios momentos de su hallazgo por el historiador y epigrafista alemán Emil Hübner, uno de los padres (junto con el también germano Theodor Mommsen) de moderna ciencia epigráfica.
En este sentido señalaremos que la epigrafía es la rama de la Historia y la Filología que se ocupa de las inscripciones sobre materiales duros, fundamentalmente piedra pero también sobre superficies metálicas, muebles o inmuebles; así, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el término proviene del latín mod. “epigraphia”, y éste del griego `epigraphé , “inscripción” y el lat. -ia ‘-ia’; y su significado (siempre de acuerdo con el mismo DRAE) es el de “Ciencia cuyo objeto es conocer e interpretar las inscripciones”.
El epígrafe además de ser estudiado por el mencionado erudito alemán sería también analizado en su momento por Manuel Rodríguez de Berlanga, uno de los más destacados y relevantes pioneros de la incipiente Arqueología española en el propio siglo XIX.
En el caso que nos ocupa, siguiendo este modelo romano, nos encontraríamos (de no tratarse de un modelo documental, sino de un caso real y concreto) ante un caso de fiducia o fianza, en el cual el deudor transfería la propiedad de la cosa entregada al acreedor (mediante la fórmula de la “mancipatio” o “in iure cessio”), obligándose éste (el acreedor y recipendiario) a la devolución de los referidos bienes (a la “remancipatio”) en caso de cumplimiento del deudor (esto es, en caso del pago de la deuda contraída).
Los bienes entregados mediante esta fórmula en el caso concreto del “Bronce de Bonanza” (y mencionados en el texto del propio documento aéneo) no pueden ser más dispares, pudiendo resultar el caso de uno de los mismos no sólo llamativo o chocante sino incluso enteramente reprobable para la mentalidad actual, pues si en el caso de uno de los referidos “bienes” se trata de una finca (es de entender que agraria), el “fundus Baianus”, en el caso del otro de los tales bienes se trata de una persona reducida a la esclavitud, un hombre llamado Midas (un nombre el origen del cual, no romano, hay que buscar en el ámbito oriental del Mediterráneo, lo cual acaso estaría poniendo de manifiesto el posible origen natal y/o étnico -oriental, levantino- de la persona en cuestión).
De este modo, y en líneas generales, la “Formula Baetica” o “Bronce de Bonanza” (documento aéneo datado en el siglo I de nuestra Era ya por los primeros estudiosos que se acercaron al mismo en los momentos de su descubrimiento, como hemos señalado previamente), recoge una “mancipatio fiduciaria”, un mecanismo destinado a garantizar préstamos fiduciarios.
De acuerdo con una de las dos líneas principales de análisis, estudio e interpretación de esta pieza, podría acaso tratarse de un modelo documental (de un documento-tipo).
De este modo y de acuerdo con esta primera vía de interpretación y exégesis del “Bronce de Bonanza”, no se trataría de un documento original confeccionado “ad hoc” para un caso puntual, concreto (es decir, para un contrato específico entre dos partes), sino de un modelo documental (del que la pieza sería una copia), de una suerte de “patrón” documental destinado a ser empleado como modelo en transacciones del tipo de la ejemplificada en la propia tabla de bronce, razón por la cual la propia pieza presenta señales (como es el caso del clavo de su parte superior) que podrían inducir a pensar que la inscripción (esta pieza en concreto) habría podido mostrarse expuesta al público en algún momento determinado de su particular historia.
Cabe señalar que igualmente se piensa que podría tratarse de la mitad de un documento completo, un díptico, del que sólo se habría conservado una de las dos caras, una de las dos mitades.
En cambio, si en lugar de tratarse de un documento formulario nos hallásemos ante un documento específico, como señala la otra opción (que es la mayoritaria) en la exégesis del documento y del texto, nos encontraríamos ante algunas referencias topográficas romanas que si bien no podríamos identificar directamente sobre el mapa (al menos en el estado actual de la cuestión), sí proporcionan una muy interesante información relativa a sitios, personas y nombres de lugar y de propietarios de fincas en el territorio antiguo de la actual Sanlúcar de Barrameda, todo ello adscrito a la época romana.
De entrada, cabe señalar que podemos contemplar cómo el referido “fundus Baianus” (o “fundo Bayano”), de acuerdo con lo que señala el propio documento de bronce que estamos considerando se encontraría en el “pagus Olbensis” (o “pago Olbense”), que se encontraría a su vez (siempre según dicho documento) en el campo llamado Veneriense, esto es, en el “Ager Veneriensis” (su nombre en latín), un espacio que hoy da nombre al colectivo homónimo, la asociación cultural de mujeres de la propia zona de Bonanza que ha querido conservar y revivir el nombre de este “Campo de Venus” precisamente en la misma zona de nuestro término municipal en cuyos aledaños pudo existir el campo Veneriense original, el de época romana, hace unos dos mil años…
En lo tocante a la ubicación del epígrafe, el mismo se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), en Madrid, contando con el número de inventario 18633; en lo que se refiere a sus dimensiones y peso, de acuerdo con lo señalado en la ficha de la propia pieza en el MAN (https://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MAN&txtSimpleSearch=Bonanza&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=advanced&MuseumsSearch=MAN%7C&MuseumsRolSearch=9&listaMuseos=[Museo%20Arqueol%F3gico%20Nacional), son como sigue: altura: 19,50cm.; anchura: 28,50cm.; profundidad 1,90cm.; contando la pieza con un peso de 5550 gramos.