Apuntes de Historia CCCLXVIII

Cultura, Historia, Manuel Jesús Parodi

Manuel Jesús Parodi Álvarez.- Sanlúcar en los apuntes de un viajero alemán II

Comenzábamos en las precedentes líneas la semana pasada a considerar un testimonio relativo a la Sanlúcar de Barrameda de la transición entre los siglos XVI y XVII, la Sanlúcar del primer año de reinado de Felipe III, que sería además el último año del antedicho siglo XVI, 1599.

Este testimonio llega de la mano de un viajero alemán, originario de la ciudad de Leipzig, Jacob Cuelbis (o Diego Cuelbis o aun Cuelvis, castellanizado su nombre), quien visitaría nuestro país en el citado año de 1599 y dejaría tras de sí un relato de las experiencias de su viaje por tierras españolas, un relato cuyo texto original se conserva en Gran Bretaña. 

Como señalábamos, se trata de un manuscrito titulado “Tesoro Chorografico de las Espannas por el Señor Diego Cuelvis”, redactado no en la lengua materna del autor, el alemán, sino en español (con textos en latín intercalados en el texto), un documento original del cual se conserva en la British Library, en Londres (con el número de catálogo 3822 de la misma), formando parte de los fondos de manuscritos españoles de la época existentes en dicha institución. 

Habría de ser gracias al erudito andaluz, bibliógrafo, arabista, historiador, y académico numerario de la Real Academia de la Historia de España Pascual de Gayangos (Sevilla, 1809 – Londres, 1897) que se haría una copia de este manuscrito, una copia debida como señalamos al impulso y la iniciativa del citado erudito sevillano Pascual de Ganyangos, y realizada a partir del manuscrito original “londinense” (al que sigue escrupulosamente en la composición del texto, en fondos y formas); dicha copia (un documento que puede ser sin duda considerado como histórico en y por sí mismo, pues ya de por sí data del siglo XIX) se conserva en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid. 

Diego Cuelbis presenta en su texto una información de gran interés para quienes quieran acercarse a la España (y la Andalucía) del Siglo de Oro mostrando un relevante monto de datos acerca de la realidad de los paisajes y ciudades que recorrió por la España de aquella época. 

Estamos manejando para esta serie la edición de la obra de Cuelbis que corre a cargo del investigador Salvador Raya Retamero, quien se ocupa de la preparación del manuscrito, del estudio preliminar del mismo así como de las notas y el cuerpo crítico del libro. 

Hablamos de un pequeño volumen (de solamente 90 páginas de extensión) titulado “Andalucía en 1599 vista por Diego Cuelbis”, que fue publicado en el año 2002 por la Junta de Andalucía (a través del entonces Servicio General de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación) y que fuera impreso por la editorial malagueña “Caligrama Ediciones”, tratándose de una edición limitada a un -a todas luces escaso- número de tan sólo 100 ejemplares. 

Señalaremos, como hicimos la semana pasada, que aquellos lectores interesados en profundizar en esta cuestión pueden acceder libremente a la versión digital del libro de Salvador Raya Retamero (en formato pdf) siguiendo este enlace: https://docs.google.com/file/d/0ByjDca766kcieGZOcVVkWkRJT00/edit

En esta edición, que no recoge el total del manuscrito redactado por la pluma del tudesco Cuelbis, Salvador Raya se centra en la parte andaluza del periplo español de este viajero germano, un itinerario meridional que se inicia (y que casi se centra) en el ámbito occidental de nuestra región. 

Nosotros fijaremos nuestra atención ahora en lo que atañe exclusivamente (de forma directa pero también de manera indirecta, que de todo hay en los párrafos de este plurisecular manuscrito) a la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, una población que sería visitada en el transcurso de su viaje (realizado, recordemos, hace más de cuatrocientos años) por este viajero alemán y a la cual Cuelbis retrataría en su texto dejando constancia para la posteridad en el mismo de diversos aspectos y cuestiones de la Sanlúcar de aquellos momentos de cambio de siglos.

De acuerdo con su propio relato de los hechos, sabemos que Cuelbis entraría en tierras de España por el Norte peninsular, a través de la frontera francesa y cruzando el río Bidasoa, allá por la primavera del referido año 1599 (más concretamente, el 14 de mayo de dicho lejano año), acompañado en su viaje por un amigo así como por un sirviente español.

A tierras andaluzas llegaría por Ayamonte; en Andalucía habría de detenerse fundamentalmente en algunas poblaciones de envergadura, ofreciendo sobre las mismas una sensible información, si bien no pasa tampoco por alto a otras localidades de menor entidad, a las que también visita y acerca de las cuales también puede ocuparse en sus párrafos.

Entre otras cuestiones, asuntos, materias y detalles que reciben la atención de la gran curiosidad de este viajero se encuentran monumentos, inscripciones antiguas (algunas de las cuales transcribe y copia) y/o conmemorativas, calles, plazas, iglesias, puertos, comidas, precios…, todo lo cual es recogido no sin cierto detalle así como con notables atención y curiosidad. 

Cabe señalar igualmente que en las poblaciones de entidad menor que va encontrando a su paso este viajero centroeuropeo se dedica a recoger así mismo datos que resultan interesantes de cara a conocer mejor la realidad de la Andalucía de su época. 

Comenzaremos en los próximos párrafos de esta serie nuestra aproximación propiamente dicha a los testimonios que nos brinda Diego (o Jacob) Cuelbis sobre nuestra ciudad, pero dejaremos ahora constancia de un dato cuando menos llamativo sobre la realidad económica de la Sanlúcar de Barrameda de aquellos momentos de finales del Quinientos. 

A la hora de detenerse a tratar acerca de los abastecimientos de la ciudad y parándose un momento a considerar el vino de Sanlúcar dice Cuelbis literalmente: “Ay (sic) aquí vino tinto que es bien renombrado por su escelencia: vino tinto de Sanlúcar. Es más barato que en Sevilla, porque no ay tanta gente” (hemos conservado en nuestra transcripción la redacción del texto original).

Vino tinto de Sanlúcar de Barrameda, así pues, en 1599, de notable fama y considerado excelente… 

Y la semana que viene consideraremos más contenidos del manuscrito de Diego de Cuelbis.

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