Cartas de una sombra. El vacío del Universo

José Antonio Córdoba

José Antonio Córdoba.-El ser humano es como un volcán, tan hermoso como devastador; tan hacedor como destructor; tan previsible como impredecible. Pero a rasgos generales, ¡fascinante! (Extracto de mi artículo “¿Nos diluimos?”, 12/12/2021)

Pero sinceramente, pienso que esta fascinación se diluye como el agua de un vaso, en las secas arenas del desierto.

Durante casi un  siglo hemos estado soñando con encontrar vida inteligente en el vasto universo.  Pero, ¿de verdad queremos encontrar una especie inteligente ahí fuera?

            Tras las informaciones que venimos asimilando sobre la Carrera Espacial, pienso que, la búsqueda de vida inteligente ha sido una etiqueta tras la cual poder esconder la realidad del ser humano. Una realidad que no empieza ahora, sino que se remonta a las primeras migraciones de los especímenes homo. La invasión de otros espacios, aniquilación de ecosistemas, el prevalecer del pueblo más fuerte. Ha sido, y es, la constante en nuestra evolución. Es decir, milenios, en los cuales nuestro perfil dominante ha sido prevalecer, pero no como especie, sino como grupo de individuos que responden a un común denominador.

            La búsqueda de vida inteligente, fue la excusa “oficial”, aunque el motivo real, ha sido y es, saber que en realidad estamos solos, o que podamos ser superiores, en nuestra expansión universal. Que no exista una especie alienígena que nos impida apropiarnos de Marte, de Venus, de la galaxia, etc.

            Pero detrás de cada proyecto espacial, nos encontramos con los mismos problemas que son habituales en la Tierra, y tan afín al ser humano desde sus orígenes, prevalecer sobre  la tribu vecina, actualmente sobre el país de turno. Simplemente  basta con ver el incremento de los países que se han propuesto llevar esta rivalidad al espacio.

            Acaba un año, con un planeta que se desvive por sobrevivir a un virus que aún está en duda su origen. Un año que acaba, con gobiernos que siguen en proyectos individuales superponiendo intereses propios al del resto de la ciudadanía que dicen “gobernar”. Un año que acaba, donde la Naturaleza se resiste a la gran plaga que es la humanidad.

            En fin, un año que acaba, donde la mayoría nos conformamos con nuestro quehacer diario, sin más pretensión que seguir subsistiendo un día más, una semana más, un año más…

            Un año que acaba, en una realidad que cada vez se parece más, a la de Matrix…o quizás como a un amigo le gustaría decir, más acertadamente, a la realidad de la Naranja Mecánica…

            Si han sobrevivido a este año, ¡felicidades! Porque en el 2022, la especie humana tiene otra probabilidad más para desaparecer, o quizás, los aliens por fin nos pongan en orden.

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