Cartas de una sombra
José Antonio Córdoba.-De Zelenski a Rubiales.
Se entiende por sociología, la ciencia que se ocupa del estudio de la sociedad humana, de los grupos humanos y las relaciones que forman la sociedad.
Escuchando la radio mientras escribía estas letras, sonó el tema de Diego Torres, esa mujer. Un tema que bien le podría servir a Luis Rubiales como banda sonora por los últimos acontecimientos. Un individuo, que como ocurre en la actual sociedad española, está siendo ejecutado en la plaza pública, precisamente por un delito que no ha cometido.
¿A que nos resulta familiar?
Para los cortitos de entendederas, baste decir que, lo de ser ejecutado, no es física sino mediáticamente. ¡Aunque no se que es peor!, viendo los tiempos que corren.
Desde que comenzó el conflicto ucraniano-ruso, y digo bien, porque lo mantengo, que el culpable de todo ha sido Zelenski, el chavo que se pasea por todo el mundo en ropa de caza.
Recuerdo cuando todos se cortaban las venas en señal de apoyo de quien estaba siendo el cordero degollado por la temible Rusia. Pero el tiempo nos está mostrando que bajo esa piel de corderito, se esconde el más feroz lobo.
Recuerdo cuando todos se desvivían por mandar alimentos o ropas a Ucrania, mientras los gobiernos mandaban y mandan armas. Todos ponían en sus perfiles de las redes sociales, balcones, coches, en fincas e incluso en bóxer o tangas, la bandera de Ucrania. Hoy, ya nadie habla de Ucrania, salvo cuando van a comprar, para echar la culpa de los precios a Putín, porque así nos lo dicen los medios de desinformación.
Actualmente estamos viendo como, con el conflicto de Ucrania y Rusia, nos la han metido bien, y hasta el fondo.
Y diréis. ¿Qué tiene que ver Zelenski con Luis Rubiales? Amigos, amigas y demás seres inteligentes del Universo, ¡PUES TODO!
Indistintamente de lo rancio que pueda ser el personaje, hace unos días publicaba en mis redes sociales una foto de él, con el texto, ¡ESPAÑA CON RUBIALES! Y lo hago, de la misma forma que cuando se inició el conflicto ucraniano-ruso, puse la foto de la bandera de Rusia, acompañada del texto, ¡SÍ, A LA GUERRA!, con el correspondiente artículo.
Lamentablemente si la Ley española ya considera culpable al hombre por el simple hecho de serlo, el caso de Rubiales es la guinda del pastel.
Nos han vendido a Rusia como el gran enemigo a batir. Hoy Luis Rubiales, está en la misma casilla.
La avalancha de miembros y “miembras” de inútil hacer político, mediático o periodístico, hasta clubes de fútbol, como el caso del Cádiz, cuando en el partido contra el Almería, se apresuraron a mostrar una pancarta donde se podía leer, “TODOS SOMOS JENNI”. Son la prueba de lo fácil que resulta, acusar y juzgar, en este país.
Poco no se habla de asuntos realmente serios para nuestro futuro más cercano, el día a día, como es el encarecimiento de los productos de primera necesidad, o el golpe de Estado que está gestando el Presidente del Gobierno, junto a sus secuaces independentistas y etarras.
Hemos perdido la Gloria como nación. Nuestras mujeres se han convertido en campeonas del Mundo en fútbol, pero su hazaña ha sido ensombrecida por un beso. Como siempre pasa en este país, condenamos lo que envidiamos y no nos atrevemos a hacer. Condenamos para joder, aunque eso signifique que todos nos vayamos al carajo. Somos una sociedad de reality show.
Pero lo peor es que, encima nos dejamos llevar por el primer tonto del pueblo que alza la voz. Como dice el psiquiatra forense, José Cabrera «Qué tiempos aquellos cuando solo había un tonto en el pueblo»
Los medios de desinformación, al igual que los gobiernos han favorecido el afloramiento de tontos, y en España, ha ocurrido como los conejos en Australia, tenemos plaga de tontos en todos los extractos sociales. ¡Vamos! Que podemos cruzar España de Norte a Sur, de Este a Oeste, de tonto en tonto. Como los monos de árbol en árbol.
Muchos podrán sentirse ofendidos, pero recordad que ya no hay árboles y los monos necesitan seguir cruzando la Península.
La sociedad, recordará más el beso que la gesta histórica de un grupo de mujeres jóvenes que alcanzaron la Gloria de la nada. Pero como ha pasado a lo largo de nuestra historia, el Gobierno y la sociedad, son intolerantes a este tipo de gesta.
Es curioso, nos da reparo de mostrar la bandera de España. Y nos partimos el labio sacando y propagando mierdas, en las que al final nos refregamos todos.
Solo espero que tengamos a bien, que coloquen en el Paseo de la Castellana una estatua al beso de Jenny y Rubiales.
Así que, ¡sí! ¡ESPAÑA, CON RUBIALES!