Cartas de una sombra

Articulos, Cultura, José Antonio Córdoba

José Antonio Córdoba.- Sepultando la figura paterna

En los últimos años estamos asistiendo a un linchamiento público de la figura masculina en nuestra sociedad.

Este linchamiento lo estamos observando en el día a día, a nuestro alrededor, en los mal llamados “medios de comunicación”, que hace años dejaron de ser coherentes.

Un linchamiento que está provocando la extinción de la figura paterna en la familia, en la sociedad, y donde como no puede ser menos, quienes son el epicentro de este efecto de extinción son los hijos.

Hasta hace unas semanas, pensaba que era una apreciación mía. La de un padre divorciado, y como consecuencia del mismo, la sociedad me convirtió en un marginado, en un delincuente, en un acosador, en un maltratador, en un violador, etc. Donde toda la información de cómo educar y criar a un hijo, está exclusivamente vinculado a la madre, otorgándole el poder omnipotente de la única capacitada para la crianza y educación de los hijos, siendo el padre un mero instrumento, vamos un polvo de medianoche, y hoy ya ni eso.

Como decía, pensaba que era solo una apreciación mía como varón, pero buscando información de lo que está pasando con la figura paterna en estos últimos veinte años, me he dado cuenta, de que es un problema que se aleja aún más en el tiempo. Pero en este país como viene siendo la común costumbre, miramos para otro lado, haciendo de la ignorancia Ley, de los prejuicios autos condenatorios, de lo políticamente correcto la mayor aberración para la sociedad española del siglo XXI.

Soy hombre y alabo mucho que la mujer de hoy haya conseguido el estatus social que le corresponde, que para más inri, solo está disfrutando del legado de las mujeres que generaciones atrás lucharon por dicha IGUALDAD. Hoy esa lucha se ha convertido en un arma con la cual sepultar al hombre, todo lo que huela a masculino. Y desgraciadamente, no es solo cosa mía, EE. UU., lleva años estudiando este fenómeno, la sociedad estadounidense, posee la cifra más elevada de madres solas entre los países desarrollados. Por lo tanto, los distintos estudios americanos llevados a cabo sobre la repercusión de la figura paterna en la crianza y enseñanza de los hijos son para tenerlos en cuenta.

Aquí no trato de menospreciar la figura materna ni mucho menos, es una crítica, una llamada de atención, hacia una nueva decadencia de la sociedad que busca sepultar al hombre, en una tumba cuya lápida será la mujer y donde rezará escrito, “Yo lo hice”.  Una decadencia, que como dice la profesora e investigadora María Calvo Charro: “El modelo social ideal y dominante ahora es el consistente en la relación madre-hijo” https://www.thefamilywatch.org/wp-content/uploads/Informe20151.pdf

Entrar aquí en exponer los distintos casos de ausencia paterna, llevaría varias decenas de páginas, y no es el caso, pero es importante dejar claro que se están estableciendo, mejor dicho, se están dinamitando unos de los pilares fundamentales de la sociedad humana, el masculino. Es como decir ahora, que en la galaxia el sol no es importante para  vida, que la misma gira única y exclusivamente en torno a la Luna, que solo ésta brilla en nuestro cielo.

Según el doctor Alfonso Correa, jefe de la Unidad de Psiquiatría Infantil de Clínica Alemana, en su trabajo sobre El rol de la figura paterna: “Asimismo, si el papá no está presente -por fallecimiento o separación- no significa que no haya existido, o que no esté presente de alguna manera en el pensamiento del niño.”  https://www.clinicaalemana.cl/articulos/detalle/2015/el-rol-de-la-figura-paterna

Pero esta inquietud se acrecentó al ver como esa ausencia de la figura paterna no solo está desapareciendo en las familias tradicionales, sino en las adoptivas.

Hemos de ser realistas, y lo citado hasta el momento no va en discordancia con afirmar y ahí está la historia de la evolución humana, para recordarnos que desde la época de las cavernas la mujer ha sido el pilar del hogar (no la esclava) La madre ha sido y es, el pilar en la crianza y educación de los hijos (bueno de los hijos del Estado) Pero la figura paterna, y la masculina sigue siendo tan importante hoy como hace milenios.

Pero si el padre biológico debemos de ocupar el lugar que le corresponde como figura en la educación de sus hijos, el padre adoptivo tiene la obligación de afrontar dos tareas, la una, ocupar dicho lugar, y la otra, realizar una labor pública de divulgación de lo que es ser padre adoptivo. No trato aquí de que ahora cada padre haga un tratado o tesis sobre qué es ser padre adoptivo. Pero sí que existe una necesidad de información pública paterna. Es casi humillante, que en este país al buscar información sobre la experiencia de ser padre adoptivo, solo encuentres referencias a la madre adoptiva, y si encuentras alguna que hable de la figura paterna, sea para menospreciar la misma y firmada por una mujer.

No soy el primero en decir, que la experiencia de la mujer como madre, no sirve al hombre para ser padre. En el caso de la adopción, es fundamental que todos los implicados contemos nuestra experiencia al respecto, indistintamente del tipo de familia que conforme la unidad familiar.

Yo como hijo adoptivo, como padre biológico narro mi experiencia. Como hombre mi experiencia le puede valer a otro padre, a otro hombre (indistintamente de su condición sexual) para que entienda un poco más su lugar en la familia que forme, en el entorno y en la sociedad. El silencio de los padres adoptivos, no es necesariamente una ausencia en la familia, pero para el caso es lo mismo, y es aquí donde ellos se hunden  solos no cogiendo el sitio que les corresponde, ni haciéndose visible en la sociedad.

Nuestra experiencia como hombre, como padre no es ni mejor ni peor, ni superior o inferior que la de una mujer, como madre. ¡Solo es diferente y necesaria para los hijos!

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