UNA OPOSICIÓN POLÍTICA INANE

Fernando Cabral Hidalgo, Opinión

Fernando Cabral.-En su concepto más clásico, la oposición política es el conjunto de partidos, movimientos o actores políticos que no forman parte del gobierno, pero que participan activamente en el debate y la vigilancia y ejercicio del poder. Una oposición saludable es aquella que se plantea como un contrapoder legítimo, ofreciendo alternativas, matices y un equilibrio en la toma de decisiones gubernamentales.

Se entiende por «oposición política inane» aquella que carece de sustancia, de propuestas claras o de un planteamiento robusto que vaya más allá de la crítica fácil o la retórica vacía. Este fenómeno se presenta con frecuencia en sistemas democráticos donde la alternancia en el poder y la multiplicidad de voces políticas deberían ser un factor clave para el desarrollo de políticas públicas, la rendición de cuentas y la mejora del sistema democrático.

Cuando la oposición se convierte en un actor político inane, implica que sus acciones no contribuyen de manera efectiva al proceso democrático. Su crítica carece de fundamento sólido, no presenta alternativas viables y, en algunos casos, se limita a un rechazo sistemático que, lejos de enriquecer el debate político, lo empobrece.

La oposición política inane representa un obstáculo para el fortalecimiento de las democracias, ya que no contribuye a la mejora del sistema político ni al bienestar de la ciudadanía. Para que la oposición desempeñe su papel fundamental, debe ser crítica, pero también propositiva, coherente y responsable. La política no debe limitarse a la lucha de poderes vacíos o a la critica sistemática, sino que debe estar al servicio de la construcción de un futuro mejor para todos. 

Para que la oposición política sea efectiva y responsable, debe centrar sus esfuerzos en la construcción de alternativas viables, en el análisis riguroso de las políticas públicas y en el fomento de un debate democrático constructivo y participativo. 

La ausencia de una oposición seria y efectiva puede fortalecer a los gobiernos autoritarios o populistas. La falta de presión de la oposición permite que el ejecutivo o el partido en el poder actúe sin un control adecuado, lo que puede derivar en abusos, corrupción o políticas perjudiciales para la mayoría.

No resulta difícil identificar como oposición inane la que ejercen la derecha extrema (PP) y la extrema derecha (Vox) a nivel nacional, tampoco la ejercen las versiones de la izquierda a nivel andaluz. Pero mucho más evidente es la que se ejerce en sus tres versiones en Sanlúcar de Barrameda, ciudad amable donde las haya.

La oposición que encarna los aún llamados socialistas, siguen más preocupados en autoblanquear sus largos e improductivos años de gobierno en la ciudad creyendo que eso dará nueva vida al  cadáver político que los dirige. La derecha extrema se limita a la búsqueda del socavón y del punto sucio y falta de limpieza como únicos argumentos y la extrema derecha a manifestar demandas tras inexistentes reuniones con vecinos, cuando es sabido que no se reúnen ni consigo misma.

En sus tres versiones de oposición política inane hay Crítica Vacía o Demagógica, Falta de Coherencia Ideológica, Populismo y Estrategias de Corto Plazo, Desconexión con la Realidad Social, Falta de Propuestas Constructivas, Polarización y Fragmentación

En ningún caso, son capaces de expresar propuestas concretas bajo un modelo de ciudad en el que las carencias, deficiencias que denuncian no tengan cabida ni siquiera por una mala praxis en el ejercicio del poder. Porque pretenden llegar al gobierno por “herencia” o desgaste y no por una propuesta reconocible de modelo de ciudad en la que la transparencia, participación y control efectivo sean pilares básicos de un verdadero gobierno abierto.

(El audio subtitulado de este artículo se publicará también en el canal de YouTube: https://youtube.com/@anoidto

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