La trastienda. La obsesión de Guerra con las cabras
Enrique Romero Vilaseco.- El pasado día 12 de octubre, Festividad de la Virgen del Pilar y Fiesta Nacional de España, tuvo lugar el clásico desfile de las Fuerzas Armadas españolas. Como viene siendo habitual fue la legión española la que más júbilo y aplausos cosechó de cuantos cuerpos desfilaron por el Paseo de la Castellana. Pero sin duda, la gran protagonista de ese festivo día no fue otra que la cabra de la Legión, mascota tradicional de ese cuerpo militar, cuyo fundador fue el general José Millán-Astray en 1920. Luego once años antes de la llegada de la Segunda República y dieciséis desde el inicio de la Guerra Civil. La aparición de la famosa mascota fue recibida con grandes ovaciones y vivas al mismo tiempo que se abucheaba al Presidente de la Nación, el cínico y mentiroso, Pedro Sánchez. Ese caluroso recibimiento al animalito en contraposición del desprecio que el público dedicó al inquilino de la Moncloa, exacerbó al otrora ex-vicepresidente del Gobierno de Felipe González, el ínclito e inefable Alfonso Guerra. Alfonso Guerra, fiel a su apellido, inició la polémica con la siguiente manifestación “Hay quien abuchea a un presidente y aplaude a una cabra, cada uno elige quién le representa mejor”, con lo que inmediatamente se produjo lo que se llama incendiar las redes sociales. Ante la “célebre” frase de Guerra los memes no se hicieron esperar y corrieron los chascarrillos más rápido que la velocidad de la luz. Sin embargo, entre memes, chascarrillos y comentarios a favor de la cabra faltó a mí entender el que podría haber sido el zasca del año. No he visto en las redes sociales ni en las tertulias radiofónicas ni en los artículos de prensa, a nadie le recordara a Alfonso Guerra otra de sus frases famosas. Y es que este hombre parece que está obsesionado con el pobrecito animal hasta tal punto que ahora reniega de la cabra de la Legión cuando en su día manifestó lo siguiente: “en el PSOE presentamos de candidato a una cabra y gana la cabra”, esa frase la pronunció en una campaña electoral hace ya unos cuantos años. Pueden buscar en las hemerotecas o en Internet. Es decir, que para el señor Alfonso Guerra su partido era tan fuerte que la gente lo votaría aunque el candidato a la presidencia del Gobierno fuera una cabra. Como le gusta hacerse el graciosillo, Guerra no reparó entonces en la falta de respeto que mostró hacia su electorado, dejando entrever que era una masa de borregos, en este caso, podíamos decir de caprinos, que ni saben lo que están votando. Pues tal y como él confesó la gente llegaba a los colegios electorales preguntando no por el PSOE, sino por esas papeletas de la rosa en clara alusión al logotipo socialista. Señor Guerra está ya usted un poco decrépito, o sea chocho, ya que no recuerda su pasado y comete estos patinazos, y así pasa de no importarle que la gente vote a una cabra si va en unas listas de su partido, a poner a caer de un burro a los que el pasado 12 de octubre prefirieron un animal de cuatro patas a un bípedo que nos lleva al precipicio.
Pero como la cabra siempre tira al monte, usted no pudo contenerse y tenía que hacer mérito a ver si así Pedro Sánchez le perdonaba alguna que otra rajada suya dirigida hacia el Presidente del Gobierno. Para mayor información busquen en Google presentación de su libro La España en la que creo, ahí le lanza algún que otro pildorazo al hoy todopoderoso y omnipotente Pedro Sánchez. También puede oír la entrevista que le hizo Carlos Herrera en la COPE por la publicación del susodicho libro. En Europa Press, busque en YouTube, también crítica el abrazo de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. Pero al margen de todo ello, si por algo se ha caracterizado Alfonso Guerra a lo largo de su carrera política es por acuñar frases célebres o por hacer chistecitos de mal gusto. Viene a mi mente el graciosillo de Guerra cuando en un mitin hizo del eslogan del PP una famosa gracieta que hoy día sería ampliamente ofensiva para la dignidad de la mujer, aunque si lo dice un político de izquierda, como tiene bulo, provocaría las mismas risas que antaño. Me refiero al mitin organizado por el PSOE 1995 para las elecciones europeas en la plaza de toros de Alicante, en aquella campaña electoral el eslogan del PP era “soluciones”. Y hete ahí, que “Guerra un chispeante orador y arengador de masas, cuando el ambiente del mitin oscilaba de la crítica feroz al cachondeo desenfrenado, redondeó la jugada invitando a los asistentes a leer el lema del PP al revés”. “Se hizo un tremendo silencio en la plaza. Segundos después se oyó una carcajada. Enseguida otra. Y otra, y otra, hasta que la plaza en pleno estalló de júbilo por la ocurrencia de Guerra, que no llegó a pronunciar ese lema al revés. Eso sí, cuando las risas empezaban a aflojar, las hizo restallar de nuevo al preguntarse en voz bien alta “pero ¿en qué eztarán penzando tóo el día eztos del pepé?” Ese es el auténtico Alfonso Guerra aunque ahora vaya de modosito y ofendidito por la vida, y se muestre muy enfadado con lo de la cabra de la Legión cuando él siempre ha sido una especie de cabra loca que no ha dejado títere con cabeza ni nunca midió sus palabras.
Dejo para otra ocasión una ristra de frases célebres del graciosillo Alfonso Guerra que no tienen desperdicios.