En el candelero

Enrique Romero Vilaseco

Enrique Romero Vilaseco.- Cuando está a punto de expirar el año, toca hacer balance del mismo. Por ese motivo, hoy voy a realizar un análisis de lo más importante que ha ocurrido en la política municipal en este 2024, que está a punto de agonizar. Sería muy largo tocar todos los temas que han sido actualidad a lo largo de este 2024, intentaré ser lo más conciso que pueda.

Si tuviera que resumir la actual situación de Sanlúcar y lo que ha dado de sí la política de los 4 partidos representados en el salón de plenos, tendría que decir: Todo sigue igual, Sanlúcar no avanza, más bien va en retroceso.

Dicho esto, me adentro en mi propio balance y lo haré, para tener un mínimo de orden, tratando las diferentes Delegaciones Municipales, proyectos y celebraciones plenarias.

  1. Celebraciones de Plenos:
    Los partidos que constituyen la corporación municipal aprobaron que los plenos ordinarios tuvieran lugar el último lunes del mes. Los plenos extraordinarios se convocan cuando la alcaldesa quiera y a propuesta de la cuarta parte del número legal de miembros de dicha corporación.
    El desarrollo de las sesiones plenarias son aburridas, soporíferas y, en la mayoría de las ocasiones, vacías de contenidos.
    Se siguen llevando al orden del día temas que tienen su foro en otras administraciones políticas como son: Congreso de los Diputados, Parlamentos Autonómicos e, incluso, Parlamento Europeo; con lo que se gasta tiempo y energías en asuntos que escapan a las competencias municipales, en detrimento de los temas locales.
    Los plenos se han convertido en una serie de propuestas leídas por los concejales (algunos parecen que han salido de párvulos a la hora de leer), generalmente con consignas prefabricadas por las cúpulas de los partidos o por el mandamás. Carencia absoluta de iniciativa de los propios concejales o delegados (en caso de estar en el gobierno)
    Los debates plenarios brillan por su ausencia. El Presidente (alcaldesa) mantiene una actitud rigurosa con los tiempos, no permitiendo el más mínimo debate. Incluso lo dijo así en un pleno: “Esto no es un debate”, pues ya me dirá la señora alcaldesa en qué lugar se debe debatir los temas de la ciudad. La actitud de Carmen Álvarez ha dado un giro 180 grados; es la personificación de lo políticamente correcto, donde llega a censurar hasta las palabras de los concejales, cuando cree, según ella, que ofende o incita al odio. Vamos, que se ha convertido en una mujer muy modosita, pidiendo, cada dos por tres, que se baje el tono. ¡Quién la ha visto en su época en la oposición, y quién la ve ahora!
    El poco debate que existe, en las sesiones plenarias, es el que llevan a cabo la alcaldesa o el portavoz de IU contra el señor Marmolejo. Nos podríamos ahorrar a todos los demás concejales, puestos que son, en su inmensa mayoría, meros convidados de piedras.
    Algo positivo es la retransmisión de los plenos por la televisión local. Pero, señora alcaldesa, no me sea usted una censora y deje grabar también las intervenciones de los ciudadanos en dichos plenos. En aras de esa transparencia de la que tanto presume, deje que se oigan las demandas del pueblo delante de sus gobernantes.
    Por último, el nivel de los concejales más que mediocre es bajo. Lejos quedan aquellos ediles de otros tiempos, donde existía un nivel intelectual y de preparación muy dignos. En la actualidad hay concejales que son mudos o meros títeres cuya única labor es levantar la mano y votar.
  2. Infraestructura: estado de la ciudad y limpieza: El gran caballo de batalla y asignatura pendiente es el estado general de Sanlúcar en cuanto a limpieza, mantenimiento de zonas ajardinadas y de calles, plazas y aceras. Todo sigue igual o peor. Nada cambia ni se ha avanzado, y eso que cada vez se destina más recursos económicos al asunto en cuestión; incluso con modificaciones presupuestarias.
    Es un mal endémico que se sigue arrastrando de mandato político a mandato y que ningún gobierno ha sabido solucionar.
  3. Carencia de medios materiales y humanos insuficientes ante una ciudad que ha crecido y sigue creciendo en habitantes y en lo que es el desarrollo urbanístico con cada vez más zonas que necesitan servicios básicos: alcantarillado, electricidad, pavimentación, limpieza…
    La empresa pública de nuestro Ayuntamiento (Emulisan en el caso que ahora tratamos) es un saco sin fondo que, como bien ha dicho la alcaldesa, está en situación de disolución si no se le inyecta dinero y más dinero de los presupuestos. Más de una modificación presupuestaria ha habido que llevar a cabo para salvarla. Lo mejor es disolver a todas y centralizar todas las competencias a través del propio Ayuntamiento. Eliminar tantos gerentes y personal de dirección. Las empresas nacieron con un propósito determinado que en la actualidad ya está superado. No acierto a saber que beneficios y ventajas tienen las diferentes empresas públicas para el funcionamiento de la administración local y para los ciudadanos en general.
    Los contenedores están en un lamentable estado: rotos, sucios, pintarrajeados, con publicidad pegada en los mismos…Las empresas encargadas de la recogida de los contenedores de papel ni está ni se le espera. Un día y otro, dichos contenedores presentan una imagen tercermundista, cartones y papel se amontonan fuera de los mismos y tienen que ser recogidos por operarios del ayuntamiento. Dicha recogida no sabemos donde acaban, si en realidad es reciclada o se amontona con el restos de residuos. Ya denuncié esto en otro artículo y también me hice eco de una parcela municipal dónde se amontonaba todo tipo de residuos.
    Depósitos de recogida de aceite abiertos, en los cuales observo todo tipo de materiales: latas, botellas…
    Las cacas de los perros y sus meadas siguen por toda la ciudad, campando a sus anchas y ensuciando plazas recién remozadas.
  4. Las zonas “verdes” absolutamente abandonadas, plantas secas, árboles cuyas ramas se caen por no podarse en años y que constituyen un peligro para el ciudadano. Ejemplo en calle Cabo Noval.
    La repoblación del arbolado prometido también brilla por su ausencia. Cada vez observo más troncos de árboles que han sido talados y que siguen ahí sin ser extraídos de la tierra para plantar otro árbol en su lugar.
    Aceras rotas y losas destrozadas que no se reponen y que causan caídas del transeúnte. Servidor sufrió una aparatosa caída debido a que la acera por donde pasaba estaba totalmente destrozada y ahí sigue. Dicha caída me produjo una rotura de la muñeca de la mano derecha.
    Los socavones y hundimientos de las calles están a la orden del día. La delegación de infraestructura, cuando actúa, lo hace tarde y mal, se limita a un mero parcheo, que con el tiempo vuelve a hundirse de nuevo.
    La aparición de ratas y cucarachas invaden cualquier punto de la ciudad, presentando un pueblo dejado de la mano de Dios.
  5. Los aliviaderos siguen en la playa cada vez que termina la temporada de verano, dando un aspecto tercermundista de una ciudad que dice ser amable (vaya gilipollez de eslogan). Amables o no, son los seres humanos y no las cosas. Un nuevo invento de estos partidos de izquierda que nos van imponiendo su propio lenguaje “progre” y woke.
  6. Y para rematar todo lo dicho (y cosas que quedan entre las teclas de mi portátil) está el nuevo Delegado de Infraestructura que aún no ha abierto la boca y tiene que ir acompañado de otros delegados que hacen su trabajo.
  7. Pero eso sí, seguro que se endosará cada año los 43.750 euros de su dedicación exclusiva. 
  8. Y por otro lado, contamos con la “Félix Rodríguez de la Fuente” en versión femenina, defensora acérrima de las colonias de gatos y del Medio Ambiente, cuya misión principal es lucir camisetitas con lemas dónde leemos que los sanluqueños somos unos cerdos o, también, con sus vídeos tipos Barrio Sésamo, tratándonos como auténticos gilipollas. 
  9. Dicha Delegada se tragó el sapo de la concesión de la insignia de la ciudad a Carmelo, el empresario que explota la Plaza de Toros y organiza corridas. 
  10. La susodicha señora estuvo presente en el auditorio Manolo Sanlúcar el pasado 18 de octubre, no tuvo la decencia política de abstenerse y no aparecer al acto del reconocimiento a una persona, que según la izquierda, maltrata a los animales hasta la muerte y por unas horas se le olvidó aquello que tanto vocea en las manifestaciones: “La tortura no es arte ni cultura”

Continuará…

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