En el Candelero

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Enrique Romero Vilaseco.-VOX  y sus principios.

Desde que me embarqué en este mundo de la política, y de eso hace bastantes años, nunca encontré un partido político que satisficiera mis principios e ideología, al menos en un gran porcentaje, pues es imposible estar de acuerdo al cien por cien en todo. Jamás milité  ni voté al PSOE; tampoco he militado en IU y menos votado. En cuanto al PP jamás   engrosé su lista de militantes, aunque sí lo he votado, de lo cual me arrepiento y, visto lo visto, no volveré a confiar en un partido traidor, acomplejado y muleta del socialismo. Un partido cómplice del desastre que tenemos en España. Por eso, fue  con la llegada de VOX,  cuando decidí apuntarme a una formación política a nivel nacional, y así lo llevé a cabo el 3 de octubre de 2018, cuando el partido era irrelevante y no tenía  representación en ninguna administración, y lo hice porque era lo que más se acercaba a mis convicciones políticas.

                                 Me apunté a VOX porque llegaba a la política con un aire fresco y distinto; un partido que demuestra con hechos que sus  promesas son cumplidas sin importarle las consecuencias que pudieran ocasionar en posteriores resultados electorales. Un partido que aboga por la eliminación de las autonomías, un verdadero cáncer para España, que ocasiona un despilfarro y una ruina económica insostenible. Unas autonomías que están sirviendo para la destrucción de nuestra nación, dónde se está implantando ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera categoría. Si hay un partido que desde su irrupción en la arena política ha sido y sigue siendo demonizado, atacado por tierra, mar y aire; agredido con piedras y palos (literalmente hablando), al cual le han destruido sus carpas informativas, y un largo etcétera, es sin duda VOX. Unas siglas vilipendiadas  por la todas las fuerzas políticas, por los medios de comunicación, por sindicatos y, en general, por una ciudadanía que se ha dejado y sigue dejándose manipular por una inmensa propaganda que, en la mayoría de las veces, lanzan mensajes manipuladores de lo que en verdad VOX propone y defiende.  Durante todos estos años los enemigos de VOX no han desistido en la tarea de destruirlo, de sacarlo del panorama político. Vox,  un partido democrático que no ha causado ninguna agresión ni ha originado  actos vandálicos; una formación política que jamás ha llamado al guerra civilismo ni a salir a las calles a quemarlo todo, sigue siendo la diana de todos aquellos que presumen de ser demócratas. Han dibujado a VOX como un ogro que desayuna niños crudos y que va por la vida apaleando al pobre ciudadano, cuando no, colgando a homosexuales de grúas o matando a mujeres, de todo eso ha sido acusado. Pero nada más lejos de la realidad, por mucho que traten de  responsabilizar a nuestro partido de lo referido, VOX no ha sucumbido, ni sucumbirá. En definitiva, se quiere eliminar como sea a VOX, usando estrategias burdas y sucias; se anhela su ilegalización, su muerte cívica, cuando no, incluso, física si pudieran.

                                  VOX no nació en 2018, cuando consiguió 12 diputados en el parlamento de Andalucía y gracias a esos resultados consiguió el cambio en nuestra región, dejando al PSOE en la oposición, asunto éste que en casi 40 años no consiguió el PP. Gracias a los 12 parlamentarios de VOX, hoy, el pagafantas de Moreno Bonilla, es  Presidente de la Junta de Andalucía, cuando la guillotina amenazaba su cabeza y estaba condenado por su propio partido a desaparecer de la vida política.  La fundación de VOX data del 17 de diciembre de 2013, desde esa fecha hasta el 2 de diciembre de 2018, nadie dijo nada de la existencia de nuestro partido. A nadie le importó, pero cuando, después de una travesía del desierto de 5 años, se dio a conocer, saltaron las alarmas. 

                                    La prueba de todo lo que digo se puede demostrar la misma noche electoral de aquel 2 de diciembre de 2018, cuando salió el infame, Pablo Iglesias, llamando a la alerta antifascista, en clara muestra de no aceptar el resultado de las urnas y arreando a las masas a que salieran a quemar las calles, tal y como sucedió en varias ciudades andaluzas. El propio PSOE también llevó a cabo acciones antidemocráticas, el mismo día de la constitución del Parlamento Andaluz, la primera vez que fue investido el inútil de Moreno Bonilla, llevó a sus huestes a rodear la sede del Parlamento de Andalucía. Y luego la ultraderecha y los que no son demócratas son los de VOX, según ellos y no el PSOE, partido con una historia criminal, corrupta, golpista, torturador en las checas, ratero y guerra civilista; o el Podemos comunista, marxista-leninistas, ideología que ha ocasionado más de 100 millones de muertos en el pasado siglo XX. Un partido defensor de dictaduras comunistas como en China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Rusia, Laos, Vietnam… la lista alcanza hasta el número de 32 países dónde existen dictaduras comunistas o socialistas. Ahora busquen ustedes un solo país donde haya una dictadura de derecha. No lo van a encontrar.

                                  El odio  a VOX tuvo desde el principio un cariz de puro nazismo, algo similar a lo que pasó en la Alemania de Hitler y la persecución de los judíos. Hay que recordar a los lectores aquel programa que llevó a cabo la SEXTA (más conocida como la Secta), que consistió en desplazarse al pueblo sevillano de Marinaleda y  buscar quienes eran aquellos 44 ciudadanos que votaron a  VOX. Marinaleda, es ese municipio gobernado desde 1979 por un comunismo rancio y trasnochado, abanderado durante muchos años por el ínclito Sánchez Gordillo, el mismo que estuvo muchos años cobrando dos sueldos incompatibles, uno como profesor y el otro como parlamentario. Cuando el asunto salió a la palestra, el líder comunista, defensor de los trabajadores y asalta fincas, dijo que no se había dado cuenta. Menudo jeta.

                                 La ruptura del pacto de gobierno en las 5 comunidades autónomas,  donde PP y VOX tenían un acuerdo de legislatura, está originando un río de tinta en la prensa y un mar de opiniones en televisiones y radios,  la inmensa mayoría atacando la decisión de VOX por llevar hasta el final su promesa de no apoyar al PP, si éste partido seguía colaborando con el PSOE en su nefasta política migratoria y en seguir aceptando la llegada y posterior reparto de MENAS por toda España. Resulta que, de nuevo, el PP se lanza a criticar y menospreciar a VOX, para alegría del PSOE y opinadores, columnistas y periodistas pagados por los grandes partidos, que siguen demonizando a un partido que cumple sus promesas  electorales. Es decir, que el cumplimiento y la firmeza en los principios que defiende un partido, el no estafar ni engañar a sus votantes ni al ciudadano en general, no cotiza al alta, más bien a la baja. Lo que puedo deducir de todo ello, es que todos aquellos que están lejos de la política, porque manifiestan su hartazgo de la misma, su cansancio en unos políticos mentirosos e incumplidores, en promesas que no se cumplen y un largo etcétera, piensen, así lo viene anunciando famosos comunicadores  (el decrépito de Jiménez Losantos, a sueldo del PP) y demás periodistas paniaguados, que con esta decisión VOX desaparecerá, pues terminará  como Podemos, UPyD y Ciudadanos por la “metedura de pata” de romper los pactos con el PP. En el remoto caso que VOX desapareciera, no tengo ni la más mínima duda que surgiría otro partido que recogiera la antorcha, puesto que lo que VOX defiende es lo que muchos partidos europeos vienen defendiendo y que están siendo respaldados por millones de votantes.  

                                   Resulta paradójico que una gran masa de ciudadanos se queja de que los partidos los engañan y les mienten, que por esa razón ya muchos ni van a votar, pero cuando un partido cumple sus promesas, qué es el caso que nos ocupa, la propaganda pepera y sociata, con sus poderosas maquinarias propagandísticas, lanzan a los votantes la consigna que con la decisión tomada por VOX, nuestro partido ha iniciado su debacle, para que dejen de votarlo y caigan en la trampa del voto útil. Conclusión: da la impresión que al personal le gusta que los engañen, los toreen y manipulen como viene haciendo PP y PSOE, porque los van a seguir votando pase lo que pase.  

                                Es desesperante que los votantes no castiguen en las urnas al PP y al PSOE con su larga lista de corrupción, de engaños y estafas, de traición a sus votantes, de manipularlos y llevarlos como ovejas de manifestación en manifestación, diciendo No a la Amnistía y, por detrás, negociando el reparto del Consejo General del Poder Judicial (PP); o como hizo el miserable ZP, que mientras firmaba el pacto antiterrorista, por debajo de la mesa, estaba negociando con ETA. 

                             Pues nada, seguid así, continúen ustedes votando a estos dos partidos culpables, ambos dos, de la situación en la que se encuentra España, o lo que queda de ella, porque a este paso, nuestra bendita nación desaparecerá en pocos años. Europa entera se está suicidando y nuestro país también ha comprado ya la soga con la que nos ahorcaran a no mucho tardar. Los que sigan vivos contemplarán horrorizados una sociedad donde los valores de occidente habrán desaparecidos y en su lugar se haya instalado una cultura que entra en clara colisión con la nuestra. Son innumerables las ciudades de la vieja Europa donde impera las “zonas no go”. 

                           Cuando llegue ese momento, ese Apocalipsis para Europa y España, “… será el llanto y el crujir de dientes”. Y llegada esa hora muchos de los que sigan vivos, ansiarán haber muerto.

                                            Enrique Romero Vilaseco

Nota: Zonas no go, son zonas donde la policía ya no entra y que donde impera la  sharia. En cuanto a este último término infórmese por usted mismo.

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