Solidaridad también con el Sáhara occidental
Fernando Cabral.-Nos alegramos y aplaudimos el reconocimiento del Estado Palestino por España que se producirá en el Consejo de Ministros del próximo 28 de mayo. Celebramos también el que este hecho se produzca al mismo tiempo que los gobiernos de Noruega e Irlanda, y esperamos y deseamos lo hagan lo antes posibles países de la UE como Alemania, Francia, Italia y Portugal.
Este reconocimiento no debe quedar solo como gesto político tras diez años de aprobarse en sede parlamentaria, debe servir para exigir a Israel el alto el fuego inmediato y permanente para lograr detener el genocidio que sufre el pueblo palestino desde hace décadas. Igualmente, debe servir para promover internacionalmente un embargo de armas y la ruptura de todo acuerdo comercial con Israel.
El gobierno ha entendido que los incalificables insultos del presidente argentino, Javier Milei, al presidente de gobierno español es motivo suficiente para retirar a la embajadora española en Buenos Aires quien se quedará «definitivamente» en Madrid. El genocidio contra el pueblo palestino debería ser más que suficiente para la ruptura de relaciones inmediatas con el estado genocida de Israel. La UE recoge entre sus cláusulas la ruptura de todo acuerdo comercial con países que violen los derechos humanos y palmariamente está demostrado que Israel los viola sistemáticamente contra el pueblo palestino, como así lo ha dictaminado la propia Corte Penal Internacional al dictar orden internacional de detención contra Benjamín Netanyahu y su ministro defensa por delitos de lesa humanidad.
De no llevarse a cabo estas iniciativas, el gesto político de reconocer a Palestina como Estado quedará en entredicho y la coherencia de quienes la promueven más todavía.
Por otra parte, no hay diferencia alguna entre el ignominioso genocidio contra el pueblo palestino con el que viene, igualmente, sufriendo el pueblo saharaui por parte de Marruecos.
Se trata de un pueblo al que no solo se le viene arrebatando su histórica tierra, sino además al que se le viene perpetrando un genocidio sistemático desde hace décadas, todo con la indiferencia, cuando no complicidad, de gran parte de la comunidad internacional.
El paralelismo es absoluto, de un caso con otro, sin embargo, la reacción del gobierno español no ha sido la misma. A pesar de los lazos históricos que nos une con el Sáhara Occidental y la responsabilidad como protectorado, el gobierno español se plegó a los intereses de Marruecos apoyando que la excolonia española del Sáhara Occidental se convierta en una región autónoma dentro del reino alauí. Lo que supuso un giro radical en la postura del Gobierno de España, que se plegó a la pretensión expansionista de Marruecos en el Sáhara Occidental. España se puso del lado del ocupante y de quien vulnera los derechos humanos en contra de las sentencias del Tribunal de la Unión Europea, en contra de las resoluciones de Naciones Unidas. Una traición a un pueblo hermano que tuvo DNI español y que todavía, a día de hoy, según la legislación internacional está en una situación colonial.
El Sáhara Occidental tiene el mismo derecho a su propia determinación que Palestina como estado y el gobierno español tiene la misma obligación en defenderlo y de denunciar las atrocidades perpetradas contra su pueblo y las violaciones del derecho internacional que lleva a cabo Marruecos como opresor.
Una doble vara de medir que nadie puede entender y que demuestra la hipocresía del gobierno español y de la comunidad internacional que, más allá que sea de justicia las iniciativas en favor del pueblo palestino, sitúa la credibilidad del gobierno bajo mínimos en este aspecto.
Viva Palestina y viva el Sáhara libres.