Cartas de una sombra
José antonio Córdoba.-Todo es mentira.
Siempre hemos soñado con ir contra natura.
Empezamos en la antigüedad ocultando nuestro físico, arrebatando a los animales, su piel. Para después seguir transformando nuestro rostro con pigmentos. Nuestro olor con ungüentos.
Y en el camino de eso que hemos llamado, muy equivocadamente, evolución, comenzamos a profundizar en lo anterior. Es decir, cuando ya no podíamos con pieles, pigmentos o ungüentos, dimos un paso más y nos adentramos en el mundo de la cirugía.
Hoy en pleno siglo XXI, todo lo citado ha llegado a tal punto de extremismo, que como decía cierto chiste:
«Ya no sé si acostarme contigo en la cama, o en la cómoda»
Con lo cual, entendemos que el ser humano no es capaz de comprender su fin en este mundo, y menos aún, agradecer la oportunidad que se nos da, de poder habitar este cuerpo que tanto martirizamos.
Y cuando creíamos que los mortales de a pie, no podríamos acceder a esos cambios estéticos de la Jet Set mundial, que tanto escuchamos y vemos en los medios, llegaron las redes sociales. La mayor y más activa, casa de los espejos.
La realidad virtual se ha convertido en el pan de cada día de la inmensa mayoría. Por eso, cuando veo cómo los animales, están libres de esas ansias de maltratar su cuerpo, de engañar a su mente o engordar su ego. ¡Sinceramente, les tengo envidia! Pues, la sola idea de ver a un hermoso lobo, eligiendo para su pelaje, los colores de una cebra, o a un oso panda consumiendo las horas del día ejercitándose para parecer un mono capuchino, me hace languidecer.
Pero tengo la certeza, y sobre todo, confianza en la sabiduría de la Madre Naturaleza, que velará por que estas modas Disney no les pase por la mente a la fauna que habita el planeta.
A veces, me pregunto: Si somos capaces de mutilarnos, y mutilar a las especies con las que convivimos. ¿Qué no le haríamos a una especie extraterrestre?
Recordaremos aquella que congelaba líquido vaginal como elixir helado, ¿dónde quedó el frigodedo? Hoy podemos leer cómo se trafica con órganos de niños, o la última, pastillas con cenizas de fetos…
Sinceramente, me vienen a la mente las palabras sabias de aquel maestro de los medios, D. Jesús Quintero, con su mítico perro verde. ¡Ojo! El animal era extraterrestre. Cuando decía, ¡TODO ES MENTIRA!