Cartas de una sombra
José Antonio Córdoba.- Arde, Paris
(…)Hoy, no existe ese orgullo patriótico. Hoy, ya no sabemos defender lo nuestro. ¡Hoy!, nos hacemos ignorantes, ante el término legal “Derechos Humanos”. Unos Derechos Humanos, que se usa para defender a los hijos de los vecinos, antes que a los nuestros.
Llegan sorteando oleaje, humedad, frío y miedo.
Llegan buscando el ansiado paraíso, para encontrarse con el más calmado de los infiernos. ¡Claro está!, si llegan. Infinidad de pateras surcan las aguas del Estrecho, rumbo a las tranquilas costas de nuestra España. Que sus antepasados disfrutaran de nuestra tierra, fue un error del pasado. ¿Seguro?
¿No estamos siendo invadidos por oleadas cortas pero intensas de sarracenos? Oleadas, que en otra época, hubieran sido consideradas como una invasión en toda regla. Hoy, no la llamamos INVASIÓN, porque somos más “civilizados” que nuestros antepasados. Como no traen armas, suponemos que vienen pacíficamente. Vienen buscando una oportunidad. Vienen ¿A qué vienen?. Nos llena de pena –¡bueno, a quien le llene!-, esas pobres almas que llegan en un suspiro a nuestras playas. ¡Pronto, ropa, toallas, bocadillos, agua, atención médica!. Sin embargo, a esos apenados buenos ciudadanos españoles, nos les apena ese vecino suyo, que vive entre cartones, entre contenedores de basura, de puerta de iglesia en puerta de iglesia. Ellos no necesitan ropa, ni toallas, ni bocadillos, ni agua.(…)
El texto anterior pertenece a un artículo mío, llamado, LA INVASIÓN ÁRABE EN EL SIGLO XXI. Publicado en 2005. Una invasión que se ha vuelto imparable a lo largo de estos dieciocho años.
Siempre he pensado que Europa debería de haber atajado el tema de las pateras desde el principio. España, la primera. Pero visto los últimos años de gobierno, entendemos lo inútil de mi planteamiento y de nuestros gobernantes. Políticos, más preocupados en desfalcar euros a cambio de hacer la vista gorda con esta migración/INVASIÓN.
Hoy, en pleno siglo XXI, estamos viendo, cómo a Francia le crecen los “moritos”. Un país que vio en su colonia argelina la fuente de mano de obra barata. Vio con buenos ojos abrir las puertas de par en par a los argelinos. Después, dio un paso más en su torpeza, a consentir la oleada subvencionada, para que aquella mano de obra trajera a tierras galas a sus familias. Duplicando o triplicando el número de ellos.
Como estamos viendo con las generaciones que nos vienen precediendo, los NI Ni, los de cristal… Esta población musulmana, en suelo francés, no se libró de estos efectos generacionales. Siendo además, fomentado, por los guetos que estas poblaciones han ido construyendo.
Al final un gesto de “buena fe” en su día por parte del gobierno galo, se ha convertido en una plaga, cual peste de siglos pasados están asolando el país, y que de seguro, saltará sus fronteras, si los países miembros, no toman el control, mediante la fuerza.
Pero como siempre, vemos más lógico fomentar el estado armamentístico de Ucrania, es decir, barrer el salón del vecino primero, antes que, quitar la basura del nuestro que, no es que ya huela, es que nos está saliendo por las ventanas.
Por cierto, antes de que me tachéis de facha, que es un orgullo patrio. Os dejo la definición de la RAE: Morito. Del. Dim. moro. m. Ave zancuda, de tamaño similar a una garceta, de pico muy largo, corvo y grueso en la punta, plumaje castaño en la cabeza, garganta y pecho, y verde brillante con reflejos cobrizos en las alas, dorso y cola, de patas largas, verdosas, y dedos y uñas muy delgados.
¡Qué cachondo! Nuestro Diccionario de la Lengua Española.
Nota aclaratoria SD
Sanlúcar Digital publica las colaboraciones integramente como es este caso de José Antonio Córdoba o cualquier otro colaborador.Esperamos que que el autor de esta aportación a SD, estamos seguros que sí, no tenga en consideración la aclaración editorial sobre las palabras y la RAE.
Al igual que nos aclara el significado de «morito» y lo cachondo de nuestro diccionario quisiéramos aludir a la palabra «facha» proveniente del italiano fascista y esta a su vez de fascio (ramo) y que el autor califica de «orgullo patrio» según su concepción gramatical e ideológica.Sin embargo, esto es lo que dice la RAE sobre el vocablo en cuestión:
Acort. del it. fascista.
1. adj. despect. coloq. fascista. Apl. a pers., u. t. c. s.
2. adj. despect. coloq. De ideología política reaccionaria. Apl. a pers., u. t. c. s.
En cualquier caso, fascista puede ser un orgullo para quien defienda esa ideología pero en ningún caso es lo que define la Real Academia Española.
El blanqueo de las palabras y la subversión reaccionaria de la semántica es la antesala de acciones fisicas contra aquellos que no forman parte del grupo o clan patrio y que algunos defienden contra cualquier contaminación etnica, religiosa o cultural que no se remonte al menos a Don Pelayo.