Cartas de una sombra
José Antonio Córdoba.-El reflejo.
Durante los últimos años me he ido distanciando de muchos sectores y ambientes locales, tampoco es que fuera el alma de la fiesta (jajaja) Nunca lo he pretendido, pues los hay con el ombligo más grande que el mío, vayas donde vayas.
Hace un tiempo, escuchaba en las redes a un filósofo que decía: «En esta vida hay que ver, oír y sonreír» Reconozco que aún me queda por aprender a sonreír. Pero de las dos primeras he hecho y hago buen uso, aunque la edad ya me obligue a usar gafas.
No ha habido, ni habrá reunión o entidad donde no te encuentres con el sabio de turno. Filósofo de las redes. El puto amo de la Verdad. He asistido a cafés, almuerzos y reuniones, donde acabas por tener vergüenza ajena. Es más, me he encontrado hasta inútiles que han pretendido psicoanalizarme en tres semanas de conocerme, y lejos de ofenderme, te ríes porque te das cuentas de que pones trampas psicológicas en las que caen, no por casualidad o despiste, sino que se tiran en plancha. Después, leo algunos de los libros prohibidos por mí o para mí, ¡sí!, esos mal llamados de autoayuda. Y comprendes que quienes te psicoanalizan han leído, de estos, las primeras veinticinco páginas.
Nos hemos convertido en devoradores de libros, youtubers e influencers de autoayuda, buscando esa afirmación de autoestima que necesitamos. Tristemente, hemos dejado nuestra autoestima en manos de desconocidos que lejos de ayudarnos, nos convierten en ovejas.
Y, ¿Qué tiene esto que ver con la política? Pues ¡na! -que ahora parece que hacer eslóganes con el habla andalú parece que está de moda- O quizás mucho.
Hemos buscado en los políticos a Dios. Les hemos encomendado no sólo nuestro futuro, sino nuestras vidas. Los hemos convertido en youtubers e influencers salvadores. Pero la verdad, es que han resultado ser grandes estafadores a los que encima les aplaudimos y pagamos sustancialmente.
Pero en realidad, y no nos equivoquemos, son el reflejo de lo que vivimos a pie de calle, en nuestro círculo social, familiar o laboral. Lo sé, aquí todos se rasgarán las vestiduras diciendo que son santos varones. ¡Uyyyy! Lo mismo que dicen los políticos. Como decía, no son más que el reflejo de nuestro día a día.
Ellos, los políticos luchan por arrebatarse el sillón unos a otros. Por agenciarse un sueldo desproporcionado por lo que hacen y un desempleo impensable para el común trabajador.
En una entrevista, Antonio Banderas, comentaba sobre un estudio en unas universidades españolas, en las que se preguntaba a los estudiantes que querían ser, y el 75%, respondió, ser funcionario. La misma encuesta en los Estados Unidos, arrojó que el 75% de los estudiantes querían ser emprendedores. Como vemos, la ideología social que viven los jóvenes en este país, es la de vivir a costa del Estado. Pero para eso no hace falta irse a preguntar a una universidad, ¿Cuántos se parten por entrar en un ayuntamiento o en sus empresas?
Si hace unos años pensaba que los políticos no son más que el reflejo de la sociedad, durante el mandato socialista, dicho pensamiento no solo se ha ratificado, sino que tristemente para este país y una buena parte de la población se ha hecho realidad.