El PP reclama agilizar la tramitación del Ingreso Mínimo Vital y potenciar las citas presenciales a quienes lo soliciten
La presidenta del PP de Sanlúcar, Carmen Pérez, ha lamentado la incapacidad del Gobierno de Pedro Sánchez para dar respuesta a las necesidades de la población vulnerable tras la pandemia. No en vano, la medida estrella de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos, del “escudo social”, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha resultado “un fiasco”.
Pérez indica que la ayuda solo ha llegado al 13,25% de la población bajo el umbral de la pobreza y apenas alcanza a la mitad de los beneficiarios, con más de 1,1 millones de personas pendientes en toda España, pese a que las condiciones laborales, sociales y emocionales de los ciudadanos son peores que en 2018.
Para la dirigente popular, el apocalipsis económico no ha llegado para Pedro Sánchez y Víctor Mora, pero cientos de personas sufren serios problemas para llegar a fin de mes con una inflación desorbitada, la cesta de la compra, el precio de la luz y el gas a precios prohibitivos.
Por ello, el PP defenderá en el próximo Pleno municipal una iniciativa para que el Ayuntamiento defienda a los sanluqueños y reclame al Gobierno agilizar la tramitación y gestión de los expedientes, eliminando burocracia, estableciendo la atención presencial suficiente. Asimismo, los populares reclaman ofrecer, de manera paralela, a los usuarios itinerarios individualizados de inclusión social.
La segunda propuesta del PP para el Pleno municipal plantea impulsar la aprobación de los Diplomas de Acreditación por parte del Ministerio de Sanidad para certificar que los profesionales sanitarios han alcanzado las competencias y los requisitos de formación continuada establecidos como educadores en diabetes.
La enfermedad afecta a un 15,3% de los ciudadanos y los enfermeros educadores expertos en diabetes juegan un papel fundamental en este colectivo de paciente dado el seguimiento, entre otras funciones, de la información obtenida por medio de la monitorización continua de los niveles de glucosa de cada usuario.
Los profesionales están realizando la formación precisa, pero no obtienen la correspondiente certificación que reconoce una labor sanitaria fundamental que promueve la calidad de vida de los pacientes.